”No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo”, afirmaba Óscar Wilde. Y, sin duda, las personas mayores tienen mucho que decir. Para celebrar su talento, la Fundación ”la Caixa” regresa con la 17ª Edición del Concurso de Relatos 2025 para autores de más de 60 años.
En las pistas pequeñas que hay en el extremo norte de Roland Garros, allí donde ya no hay aficionados, los chavales del torneo júnior se reparten palos y más palos y más palos con la perspectiva de ganarse la vida con ello, triunfar, incluso trascender. Sin españoles en liza, la comidilla es un italiano de 17 años llamado Jacopo Vasami, que se forma en la Rafa Nadal Academy y cuya ligereza recuerda a Jannik Sinner. Hay tenistas italianos por todos lados: es su momento. En semifinales, Lorenzo Musetti se enfrenta este viernes a Carlos Alcaraz (14.30 horas, en Eurosport y Max) y Sinner a Novak Djokovic (19.00 horas) en lo que ha obligado a la prensa italiana a fantasear: ¿Y si la final es 100% nacional?
España lo vivió en 1994 (Bruguera-Berasategui), 1996 (Moyà-Corretja), 2002 (Costa-Ferrero) y 2013 (Nadal-Ferrer), pero ahora es el tiempo de Italia. ¿Por qué? «Cuando un jugador despega genera una atracción gravitatoria a su alrededor. Todo el mundo puede entrar a su estela porque saben cuál es el camino, reciben más apoyo, hay una rivalidad... Se crea una oportunidad conjunta para todos los tenistas del país», lanza en conversación con media docena de medios, entre ellos EL MUNDO, Jim Courier, actual comentarista de Max y Eurosport, dos veces ganador aquí y protagonista en el lugar de la única final completamente estadounidense, en 1991, ante André Agassi.
«Italia ha desarrollado un sistema que funciona y está dando mucho apoyo financiero a sus jugadores. A veces se habla del dinero, pero el dinero son oportunidades. En la formación, por ejemplo. O en los inicios. Cuando estás empezando y juegas torneos pequeños, pierdes dinero, no puedes viajar con tu entrenador... Italia ayuda a sus jugadores para que compitan lo máximo posible en las mejores condiciones. Eso ha hecho que estén llegando a un nivel que nunca hemos visto. Hay muchos países, incluido Estados Unidos, que están mirándoles y diciendo: '¿Cómo podemos copiarles?' Ahora mismo son los reyes del tenis mundial», analiza Courier, que reconoce que en su tiempo como jugador nunca se hubiera imaginado que esto podía pasar.
Dinero para salir de la nada
En 1992, cuando él fue número uno, el mejor italiano del ranking ATP era Omar Camporese, número 42 de la lista, y nadie del país llegó a tercera ronda en Roland Garros. Ahora, junto a Sinner y Musetti hay otros siete compatriotas en el top 100 del ranking, Cobolli, Berrettini, Arnaldi, Darderi, Sonego, Bellucci y Nardi. La mayoría tienen 23 o 24 años por un motivo: cuando eran niños la Federación Italiana dobló el presupuesto, hizo una apuesta en firme.
JULIEN DE ROSAAFP
«La Federación invirtió mucho dinero en los jóvenes, en ayudas para que viajaran con sus preparadores, en invitaciones a torneos... Tenemos torneos en todas las categorías para jugar y eso es clave», apunta en París Filippo Volandri, ex tenista y capitán del equipo de Italia que ha ganado las dos últimas Copa Davis. Sólo un país, Estados Unidos, organiza más torneos Challenger que Italia, la categoría donde se forman los jugadores y se empiezan a acumular puntos ATP: Nápoles en marzo, Barletta, Roma y Cagliari en abril, Francavilla al Mare, Turín y Vicenza en mayo, y así hasta 19 competiciones.
El mismo Musetti ganó dos veces en Forli y fue finalista en Biella entre 2020 y 2022 antes de asaltar los torneos grandes, como el ATP 500 de Hamburgo donde derrotó precisamente a Alcaraz. Desde entonces se han vuelto a medir cinco veces y en las cinco ha vencido el español, como en la final del último Masters 1000 de Montecarlo o las semifinales del Masters 1000 de Roma.
«Este año Lorenzo ha encontrado el equilibrio tanto dentro como fuera de la pista, ha crecido su autoestima. Siempre ha tenido el talento», define Volandri sobre el rival de Alcaraz hoy en semifinales con una vida muy vivida. Aspirante a actor de niño, nieto e hijo de artesanos del mármol -es de Carrara, epicentro mundial de este material- Musetti fue padre por primera vez el año pasado, cuando tenía 22, y ya espera al segundo junto a su esposa, Verónica Confalonieri. Su último verano no fue tan glorioso como el de Alcaraz, pero se le pareció: fue semifinalista en Wimbledon y ganó el bronce en los Juegos Olímpicos de París. Ahora desafía al español para seguir tiñiendo de verde, blanco y rojo todas las pistas del tenis mundial.
El cruce de Flax no tiene nada. Absolutamente nada. Una carretera recta y un camino de tierra que nace a la derecha. Nada más. Si hay que destacar alguna cosa, se puede decir que el asfalto está en buen estado para los estándares de Kenia. "¿Seguro que era aquí?", es necesario preguntar al guía. "Sí, sí, aquí, chocó contra aquellos árboles", contesta y lo certifica con Google Maps. No hay flores, ni una placa, ni mucho menos una escultura que recuerde que el 11 de febrero aquí murió Kelvin Kiptum, el portento de sólo 24 años que el pasado octubre llevó al ser humano ante la barrera de las dos horas.
A sólo cinco minutos en coche del campo de entrenamiento del NN Running Team de Eliud Kipchoge en Kaptagat el lugar ha olvidado el accidente y, de alguna manera, Kenia también.
Kiptum llegó rápido, con un récord del mundo en su tercer maratón, y se marchó rápido: su huella fue efímera. De fuera de los grupos de entrenamientos más conocidos, a las órdenes del ruandés Gervais Hakizimana también fallecido, y representado por una agencia pequeña, la belga Golazo, al maratoniano apenas le había dado tiempo a comprar un terreno y a planear un pequeño campamento en Chepkorio, su pueblo, también muy cerca de donde murió.
Según un atleta de la zona, sus compañeros de siempre, Donikat Komon, Henry Kipyego, Hillary Kipchumba, Dan Kosgey y Hillary Kipkosgey, siguen entrenando juntos, pero su futuro se complica sin su apoyo.
En los medios locales, tras la muerte, sólo se nombró a Kiptum por dos cosas. La primera, la construcción de la casa familiar en los terrenos del atleta, que se hizo por encargo del Gobierno a través de módulos prefabricados, una rareza en Kenia. Y la segunda, y más importante, la investigación policial de lo ocurrido. Desde un primer momento hubo sospechas de que algo turbio hubo detrás, pero la población llegó rápido a una conclusión: no se sabrá todo lo ocurrido.
"Fíjate en la carretera, es una recta, no tiene nada difícil, y aquel día no llovía. Era de noche, quizá se le cruzó un animal, pero aquí realmente no hay ningún peligro", señala el guía con razón. Como ocurrió con el fallecimiento del campeón olímpico Sammy Wanjiru en 2011, los detalles quizá son demasiado mundanos para apagar una estrella así.
Un ajustes de cuenta o una mala noche
Porque existe una teoría de la conspiración internacional, pero otra más cercana, más local, incluso más probable. La primera habla de una especie de ajuste de cuentas. Poco después de su éxito fulgurante, tras ganar el maratón de Valencia de 2022, Kiptum firmó un acuerdo de más de 100.000 dólares -según reveló 'Corredor'- con la marca china Qiaodan, pero más tarde acabó compitiendo con Nike. El atleta tenía un problema legal.
Los representantes de la marca china, de hecho, viajaron varias veces a Kenia para intentar lidiar con él, pero no había manera de llegar a un entendimiento. Cuatro días antes de su muerte, tres personas relacionadas con Qiaodan visitaron la casa de Kiptum y las versiones de lo ocurrido difieren. El padre del corredor asegura que fue amenazado y, por eso, esos agentes fueron detenidos. Pero ellos, a través de su abogada, aseguraron que sólo estuvieron charlando.
En todo caso, la empresa china poco o nada ganaba con la muerte de Kiptum. Por eso en la zona que lo vio nacer o crecer apuntan más a una larga noche que acabó mal. Antes del accidente, Kiptum, Hakizimana, y una mujer llamada Sharon Chepkurui Kosgei fueron vistos en tres locales, el hotel Talex Inn, el The Well Irish Pub y el The Grand Miarmir Guest House y quizá después el conductor no estaba en plena condiciones para seguir su ruta. La investigación concluyó que el vehículo no había sufrido ninguna avería, pero no se conocen muchos más detalles.
"Dijeron que los resultados del análisis toxicológico iban a estar en tres meses. Veremos sin salen publicados", comenta un taxista de Eldoret. Sea como sea, el lugar del accidente, el cruce de Flax, sigue como estaba, ha olvidado el accidente que mató al actual plusmarquista mundial de maratón y, de alguna manera, Kenia también.