Carlos Alcaraz está jugando el torneo de Roland Garros con una nueva camiseta a rayas que ha causado furor entre los aficionados y división de opiniones: a favor y en contra a partes iguales.
El murciano, que este viernes juega las semifinales contra Lorenzo Musetti, utiliza una camiseta de rayas negras y pantalón negro, en lo que parece un homenaje al segundo deporte más practicado en Francia, el rugby.
Incluso al final de su primer partido, contra Giulio Zeppieri, utilizó un polo de manga larga a rayas negras y blancas, también muy del estilo del rugby, en lugar de una de las habituales chaquetas de la marca.
Antes de su semifinal del Abierto de Francia, Alcaraz fotografió la huella permanente en homenaje a su ídolo de la infancia y compatriota Rafael Nadal.
El español de 21 años, considerado por muchos como el sucesor natural de Nadal, sacó su teléfono para capturar la huella en honor al 14 veces campeón de Roland Garros y se detuvo en lo que pareció un momento de comunión entre generaciones de tenistas.
Alcaraz intenta lograr su segundo título en París y seguir el camino trazado por su compatriota.
Instalada el primer día del torneo de este año, durante el homenaje al recientemente retirado “Rey de la Tierra Batida”, la huella de Nadal se ha transformado rápidamente en una especie de santuario en la cuna espiritual del tenis sobre tierra batida, informa Reuters. La italiana Jasmine Paolini la tocó antes de uno de sus partidos la semana pasada, mientras el entrenador de Alcaraz, Juan Carlos Ferrero -ex campeón de Roland Garros- posaba para una fotografía delante de la huella.
Desde el calentamiento, una cintilla rosa en la nariz, y en cada paso por el banquillo, ungüento de mentol, Vicks VapoRub, en el pecho. Los remedios de Carlos Alcaraz para combatir los problemas respiratorios del resfriado parece que funcionan. Al fin y al cabo con ellos venció a Andrey Rublev el miércoles y este viernes ante Alexander Zverev (14.00 horas, Movistar) puede clasificarse para las semifinales de las ATP Finals. Quizá acabe dependiendo de lo que ocurra en el encuentro posterior entre Rublev y Casper Ruud (20.30 h., Movistar), pero en principio con una victoria -más si es dos sets- tiene muchas opciones.
En todo caso, durante el partido, gracias al dilatador nasal y a su botecito mentolado no le faltará el aire y podrá correr y correr en los intercambios con el alemán. En teoría los dos productos le abren las vías respiratorias, de la nariz al pecho, y su cuerpo lo agradece, pero... ¿Y si son sólo placebos? Tanto en el caso del ungüento de mentol como en el cinta nasal no hay evidencia científica que respalde su uso en el deporte y menos que señale una mejora del rendimiento. Si ayudan es porque Alcaraz cree que ayudan y eso ya es importante.
«No hay estudios que respalden sus efectos fisiológicos, pero se pueden utilizar porque no tienen contraindicaciones y sirven como refuerzo moral. Cuando hablamos de efecto placebo, hablamos de placebo, pero también de efecto. Si a Alcaraz le ayuda, adelante», apunta Pedro L. Valenzuela, doctor en Ciencias de la Salud, investigador de la Universidad de Alcalá (UAH) y editor de la revista Fissac que ya recogió todos los papers referentes a ambos remedios.
"El dilatador no muestra incrementos"
En el caso de los dilatadores nasales, los primeros análisis que señalan que no aporta «beneficio alguno» en el rendimiento datan de 1995, pero en 2020 se cerró el debate sobre su funcionalidad. Entonces, seis investigadores de la brasileña Universidad Federal de Minas Gerais analizaron los 624 estudios completaron sobre la cinta en todo el mundo y llegaron a una conclusión inequívoca: «El dilatador nasal externo no muestra incremento de la cantidad máxima de oxígeno, ni de la frecuencia cardíaca ni del índice de esfuerzo percibido».
«En realidad en los últimos años esa cintilla nasal exterior se creía desfasada y todos los estudios se centraban en analizar el dilatador interno Turbine que se puso de moda entre los ciclistas. Lo utilizaba Chris Froome, por ejemplo. Se pensaba que éste sí tenía beneficios, pero tampoco se encontraron», señala Valenzuela con dudas también sobre el ungüento de mentol.
Un alivio subjetivo
Porque miles de personas -especialmente niños- han utilizado el VapoRub para aliviar el agobio que provoca la mucosidad propia de un constipado, pero su uso en competición no es muy científico. Como ocurre con los dilatadores nasales, Alcaraz no es el primer deportista que lo usa y de hecho el año pasado futbolistas del Real Madrid como Jude Bellingham o Vinicius aparecieron en varios partidos con un ungüento de mentol rociado por el pecho. Pero eso no quiere decir que sea efectivo. Un estudio de 2009 de la estadounidense Universidad de Wake Forest y otro de 2016 en el que incluso había un investigador de Procter & Gamble concluyeron que el alivio es subjetivo.
Antonio CalanniAP
El olor puede provocar una sensación de frescor, pero poco más. «El único beneficio que está realmente probado se da en circunstancias de calor extremo. Ese frescor que aporta el mentol reduce el sofoco y ayuda ligeramente a los deportistas», aporta Valenzuela que va más allá en la cuestión. El dilatador nasal y el Vicks VapoRub no ayudan a captar más oxígeno, pero es que aunque lo hicieran tampoco sería efectivo.
"Tienen capacidad pulmonar de sobra"
Lo importante para el rendimiento es la cantidad de oxígeno en los pulmones si no la capacidad para metabolizar ese oxígeno. «Lo normal es que los deportistas metan más aire del que pueden utilizar, tienen capacidad pulmonar de sobras. Son como coches con un depósito de más de 100 litros de gasolina, pero lo que realmente les define es el motor», concluye el investigador, que se reafirma en el efecto placebo.
Más de una semana lleva Alcaraz con el constipado a cuestas y ha mejorado su gestión. El lunes, en su debut en las ATP Finals ante Ruud, apareció agobiado, atenazado por tan incómodos mocos. El miércoles, ante Rublev, en cambio, se centró en su juego y ganó. Pese a la falta de evidencia científica, la cintilla en la nariz y el Vicks VapoRub le vinieron bien. Si ayudan es porque Alcaraz cree que ayudan.
Un anuncio de la organización provocó carreras de los periodistas en Wimbledon de la sala de prensa en la planta baja del edificio principal hasta la sala de conferencias cuatro plantas más arriba. «Djokovic, on his way», « Djokovic está de camino». Carlos Alcaraz tenía que comparecer ante los medios de comunicación justo al acabar la semifinal ante Jannik Sinner y Novak Djokovic, pero el serbio pidió adelantarse, no quiso ni pasar por el vestuario después de su derrota por 6-3, 6-3 y 6-4. La intuición decía que tanta prisa escondía algo extraño: ¿Anunciará que se retira?
Los sprints escaleras arriba con los ordenadores encendidos en una mano fueron cómicos, pero cuando todos los periodistas estaban colocados los altavoces rectificaron. «First, Alcaraz», «Primero, Alcaraz». Sin saber nada sobre el alboroto, el español apareció en el Media Theatre y su reacción fue genuina: «¡Guau!». «Nunca había visto esto tan lleno. Gracias, supongo», bromó y empezó a responder preguntas sobre su victoria ante Taylor Fritz por 6-4, 5-7, 6-3 y 7-6(6) y su pase a la final de este domingo (17.00 horas, Movistar+). Fueron pocas porque el ganador de 24 Grand Slam estaba esperando en el pasillo para anunciar... que continúa.
ADAM VAUGHANEFE
«No quiero acabar mi carrera en Wimbledon hoy. Espero volver aquí como mínimo una vez más», proclamó Djokovic, aunque al mismo tiempo aseguró que en las próximas semanas «revisará todo» a su alrededor para tener la opción de ganar otro grande. «El físico me está matando. Quiero jugar, pero el cuerpo no me responde. Quizá tengo mucho desgaste acumulado, quizá no puedo competir con el tanque de gasolina medio vacío. Por un lado siento que es duro estar sufriendo tantas lesiones en los partidos decisivos de los Grand Slam, pero por el otro debo pensar que he estado sano muchos años. Probablemente deba tomarlo simplemente como una adversidad y seguir adelante», valoró después de un partido en el que casi se resintió de la lesión de cadera sufrida en cuartos de final ante Flavio Cobolli.
«¡Novak, Novak, Novak!», le animaba el público londinense, con quien mantiene una relación tensa pese a sus siete títulos, pero no había manera. Sinner le aplaudía al finalizar el encuentro en reconocimiento de su esfuerzo y probablemente de su carrera. Por cortesía no hubo celebración del italiano, aunque en el tercer set Djokovic le sorprendió con un break temprano y tuvo que remontar un 0-3 adverso.
La delicadeza con Sinner
«Me esperaba otra cosa, me ha sorprendido más de su partido», admitió Alcaraz en su papel de espectador y añadió: «Ganar a Novak es muy difícil y hacerlo en tres sets es más difícil todavía. La actuación de Jannik ha tenido mérito porque no ha bajado el nivel. Es increíble lo que puede hacer una pista de tenis». En su comparecencia, antes de marcharse con los muchos familiares y amigos llegados este viernes desde Murcia, se congratuló por volverse a medir a Sinner en la final de un Grand Slam, restó importancia a lo ocurrido en Roland Garros y estiró sus valoraciones sobre el triunfo ante Fritz. Quizá pensaba que al hablar de lo ocurrido en París podía multiplicar la motivación del italiano. Lo más probable es que no quisiese hurgar en su herida.
GLYN KIRKAFP
«No he vuelto a ver la final de Roland Garros, sólo algunos puntos, algunos clips, pero no todo el partido. Creo que es el mejor partido que he jugado. A veces pienso en lo que pasó, en cómo pasó, en cómo Jannik me empujó a mi límite. Estoy seguro que aquí volverá a hacerlo. Es duro estar cinco horas y media sobre la pista, pero lo haré si es necesario», aseguró después de una semifinal más complicada de lo que pareció.
Alcaraz construyó una fortaleza con su servicio y desde ahí atacó en los momentos precisos. La paciencia es su nueva virtud, lo ha demostrado en los últimos días. Fritz concedía lo mínimo, pero ese mínimo era suficiente. La mayoría de sets avanzaron con el mismo guión. Juegos y más juegos sin intercambios, continuos saques y, de repente, una genialidad propia o un despiste ajeno llevaban al español al éxito. El mejor ejemplo fue la muerte súbita que cerró el duelo: dominó y fue dominado -del 1-4 al 6-4-, pero con sus mejores trucos, levantó dos bolas de set y se lanzó a por el triunfo. Al acabar le salió un grito, un grito poderoso, un grito para lo que viene el domingo.