La intrahistoria del regreso de Rolando Uríos a los 51 años: una broma, “agujetas increíbles” y unos movimientos “innatos”

La intrahistoria del regreso de Rolando Uríos a los 51 años: una broma, "agujetas increíbles" y unos movimientos "innatos"

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El mejor pivote de la historia del balonmano vuelva a jugar este domingo en Ciudad Real y lo hace en División de Plata. “Que nadie espere muchísimo de mí: si ahora volviera Jordan no metería 60 puntos”, advierte mientras intenta hacer carrera como entrenador

Uríos posa para EL MUNDO esta semana.CARLOS GARCÍA POZO

Cuenta Juan Pablo Marciel, presidente del Balonmano Alarcos de Ciudad Real, que colgó el teléfono cuando le dijeron que Rolando Uríos jugaría en su equipo: creía que era una broma. “Es el mejor pivote de la historia, lo he visto ganar tres Champions aquí… pensé que me la estaban jugando. Tiene 51 años, ¿Para qué liarse ahora?”, confiesa el dirigente, que después del anuncio entró en una reunión y, al salir, entendió que todo era cierto.

Uríos, el pivote de todo los pivotes, campeón del mundo con España en 2005 y referente del mejor Ciudad Real de la historia, vuelve a competir con más de 50 años y lo hace en División de Plata: este domingo debutará en el derbi de la ciudad manchega, Alarcos contra Caserío, los dos clubes resultantes de aquella desaparición. Tendrá un contrato amateur, un salario muy modesto y la opción de dejarlo cuando quiera; es decir, por dinero no lo hace. Entonces: ¿Por qué?

“Para ayudar. Cuando volví a Ciudad Real este verano, fui a ver algunos entrenamientos del Alarcos porque mi amigo Julio Fis [ex lateral de Valladolid o Ciudad Real, cubano como él] está de segundo entrenador y me pasé por un par de partidos amistosos. Le propuse echarles una mano, trabajar los movimientos de los pivotes. Cada vez que iba lo hacía un poquito bien, pero tenía unas agujetas…¡no te lo imaginas! Como el pivote del equipo se rompió los cruzados me propusieron jugar la primera jornada y, al final, hablando con mi gente, decidí aceptar”, relata Uríos, prudente, cauto. Los problemas de rodillas que le atormentaron al final de su carrera ahí continúan y no jugará más de 10 o 15 minutos por parte. “No esperéis el Roland Uríos de 2005”, advierte, pero, pero, pero.

CARLOS GARCÍA POZO

“Está claro que no es el mismo, pero se mueve, se coloca, gana la posición y lanza de manera natural. Ni lo piensa, no creo que pueda ni explicarlo. Es algo innato, le sale solo, aunque no esté en la mejor forma”, analiza Marciel, uno de los pocos que ha disfrutado ya del regreso de Uríos. En las últimas semanas ha participado en varios de los entrenamientos del Alarcos y, al parecer, su estado de forma ha ido mejorando. No está para dominar el mundo, pero ayudará y volverá a disfrutar del balonmano 13 años después de su retirada.

Su carrera como técnico

Cuando decida dejarlo, además, pasará a integrar el cuerpo técnico del Alarcos, su meta al fin y al cabo. Porque desde que dejó las pistas Uríos ha intentado hacer carrera como entrenador sin mucha suerte. La desaparición del Balonmano Ciudad Real, donde se formaba como técnico en las categorías inferiores, fue “un mazazo” y tras pasar por equipos modestos de la zona como el Cátedra 70 de Malagón o el Pío XII, por la selección de República Dominicana o por el Marratxí balear, se marchó a Alemania a buscar oportunidades. Allí juega su hijo, Rolando Uríos junior, pivote del Postdam de Bundesliga 2 y allí quiso abrirse camino, pero le falta fortuna.

Aterrizó en Berlín en febrero de 2020. Indudablemente, un mal momento: como bienvenida, un confinamiento. Su adaptación fue todavía más difícil y su aprendizaje del alemán, imposible. Ayudó en el HSV Wildau y VfL Tegel, ambos clubes de categorías inferiores, y al final terminó regresando a España.

CARLOS GARCÍA POZO – EL MUNDO

A Ciudad Real, claro, donde encontró un hogar tras su deserción de Cuba allá por 2001, cuando el balonmano de su país se abrió al mundo. De ahí a su vuelta a los entrenamientos. De ahí a su vuelta a la competición. El balonmano le recibe con nostalgia y cariño. “Es bonito porque es como la primera vez: llego a Ciudad Real desde otro país y la gente me acoge como si fuera de los suyos. Pero en la pista que nadie espere muchísimo de mí. Es como si volviera a jugar ahora Jordan y la gente le pidiera 60 puntos por partido”, finaliza Uríos. Su vuelta tardía parecía una broma, el presidente de su club lo creyó así cuando se lo dijeron, pero no lo es.

kpd