La competición se abrió con un chasco-fiasco. La primera final del Campeonato de España en Pista Corta (‘short track’, la nueva denominación de la pista cubierta), y una de las más interesantes, la del salto de longitud, no gozó de la presencia de Lester Lescay. Con molestias en los isquios, el nacido en Santiago de Cuba arrió la bandera sin llegar siquiera a izarla.
El vacío dejado por el caribeño, recientemente nacionalizado español y que debutaba como tal, un hombre de 8,35 en 2024, sexta marca del año, puso el concurso en manos de Jaime Guerra y Eusebio Cáceres. El primero, la estrella de la jornada, compensó en buena medida la falta de Lescay con un brinco magnífico de 8,14, mínima para el Europeo y cumbre métrica de una convincente serie. Cualquiera de sus saltos le hubiera proporcionado el título. El peor fue de 7,83, tres centímetros más que los 7,80 de un Cáceres renqueante, como es, a su pesar, harto frecuente desde que entró en la élite. Incluso así, el alicantino mejoró su marca del año (7,73) y dio una lección de coraje. El bronce acabó en poder de Jan Díaz (7,59).
El pentatlón fue un canto a la nostalgia a causa de la ausencia de María Vicente, ya en proceso de retorno a la escena. Sin ella, con su sombra planeando quejumbrosa sobre la pista, la prueba, en la segunda y última final del día, se la llevó Alba Ramírez. En la otra combinada, excelente actuación de Jorge Ureña, que lidera el heptatlón con 6.93 en los 60 metros; 7,49 en longitud; 14,56 en peso y 2,02 en altura.
La final del 800, plato fuerte
El madrileño pabellón Gallur acoge hasta el domingo un campeonato interesantísimo, antesala clasificatoria del Europeo de Apeldoorn, entre el 6 y el 9 de marzo. Además de María Vicente, faltan algunas figuras. Especialmente Jordan Díaz, Adel Mechaal, Mario García Romo y Marta Pérez. Pero figuran en liza muchas otras. Se espera, en los 800, un duelo electrizante, a alto nivel internacional, entre Elvin Josué Canales, flamante plusmarquista nacional (1:44.65), Mohamed Attaoui, que doblará en los 1.500, y Mariano García.
Quique Llopis, Asier Martínez y Abel Jordan dirimirán la supremacía en los 60 metros vallas. Aunque con molestias en una rodilla, es favorita Ana Peleteiro en el triple salto. En gran condición ambas, Marta García y Águeda Marqués se disputarán el título en los 3.000. Muy atractivos los 400 femeninos, el de mayor fuste conjunto en los últimos años, con, sobre todo, Eva Santidrián y Paula Sevilla, que ha subido de distancia desde la velocidad, con, respectivamente, la segunda y tercera marca españolas de todos los tiempos, 51.70 y 51.79, sólo por detrás del récord de Sandra Myers (50.99).
Un sábado trufado de finales dará paso a un domingo atestado de ellas. Las más esperadas.
Melani Bergés, albina y por ello ciega en un 90% de su visión potencial, llegó a París, en julio de 2023, lista para competir en el Mundial paralímpico de atletismo en 100 y 200 metros lisos. En semifinales se topó con una atleta a la que acababa de vencer pocos meses antes en Jesolo (Italia): la transalpina Valentina Petrillo.
Bergés y Petrillo se saludaron calurosamente. «Ella ya me había contado, cuando nos vimos en Italia, lo mal que se lo estaban haciendo pasar en su país, lo mucho que estaba sufriendo». Petrillo, también ciega, había sido hombre, y como tal, con el nombre de Fabrizio, había ganado 11 títulos italianos en categoría paralímpica masculina. En 2019, con 46 años, había iniciado su transición a mujer, compitiendo por primera vez como trans en el campeonato italiano en septiembre de 2020.
En pista, en aquellas semifinales de los 200 metros lisos , Petrillo ganó a Bergés, y luego se hizo con el bronce en la final tras ser descalificada la competidora alemana por problemas con la cuerda que la unía a su guía. La italiana tenía 49 años y Bergés 33, pero «la verdad es que tiene cuerpo de hombre y hace muy buenas marcas para su edad», explica la española ahora, año y medio después, a EL MUNDO, justo cuando Donald Trump acaba de firmar una polémica orden en Estados Unidos para, según él, «proteger al deporte femenino» impidiendo que las personas trans compitan en esa categoría en su país.
"Es una injusticia total"
Así que Bergés, maestra en Toledo, competidora paralímpica desde que ganara su primer Mundial a los 14 años, con 15 mundiales y europeos a sus espaldas, se convirtió en una de las primeras deportistas españolas «perjudicadas», según expresión propia, por la entrada en competición de atletas trans, «que en realidad biológicamente son hombres», dice ella, en la categoría femenina.
Manu ReinoAraba
«Se dijo entonces en todos los medios que Petrillo me quitó la plaza en los Juegos Paralímpicos y no fue así, es totalmente falso: lo que me quitó fue un puesto en la final del Mundial, y la posibilidad de una medalla», cuenta. «Ahora, la realidad es de una injusticia total que las mujeres tengamos que competir ahora con hombres biológicos cuando nos ha costado un siglo tener nuestras categorías, nuestro espacio para hacer deporte. Es injusto y si me ha tocado a mí tener que decirlo, representando al resto de compañeras, pues lo digo».
Bergés, que después de pasar por la residencia Blume se fue al Centro de Alto Rendimiento de Madrid cinco años, y siempre se ha buscado «la vida» con becas «para ir tirando en esto del deporte paralímpico», ahuyenta «muy fácilmente» la acusación, recibida desde diversos ámbitos, de transfobia: «En mi propia familia tengo a una persona trans: un primo hermano. Cada uno que haga con su vida lo que quiera, y menos mal que tenemos esa libertad. Pero no podemos invadir la de los demás, y eso está pasando en mi deporte. Se pretende borrar la categoría femenina. Si no se ponen límites, al final habrá una categoría masculina, y una trans, porque los hombres hormonados para ser mujeres van a tener siempre más capacidad física, musculas y pulmonar que cualquier mujer».
¿Por qué, a su juicio, no ha hecho nada el Comité Paralímpico Internacional? «No lo sé. Imagino que no se quieren mojar, que no es popular hacerlo, o que temen que les llamen tránsfobos. Es lo único que se me ocurre. Sencillamente, no se atreven».
El PP ha registrado en el Congreso de los Diputados una proposición de modificación de la denominada Ley Trans para «garantizar la igualdad en las competiciones deportivas femeninas». Para muchos llega tarde, porque la mayor parte de federaciones deportivas ya ha legislado limitando el acceso de personas transgénero, «pero no todas», matiza Bergés, «por ejemplo la mía no».
Manu ReinoAraba
La Relatora Especial sobre la Violencia contra las Mujeres y las Niñas, Valentina Petrillo, presentó el 8 de octubre pasado un informe ante la Asamblea General de Naciones Unidas sobre «violencia ejercida contra las mujeres y las niñas en el deporte», en que afirmaba que «hasta el 30 de marzo de 2024 más de 600 deportistas femeninas perdieron más de 890 medallas en más de 400 competiciones de 29 deportes distintos» por la participación de trans en esas pruebas.
La propuesta del PP
«Yo no quiero para nada que las eliminen de nuestras competiciones», dice Melani Bergés, «lo que quiero es que puedan competir, de la manera que sea, pero en igualdad de condiciones. Yo no puedo competir con alguien que no vea absolutamente nada, porque yo tengo un fondo del 10%, y tampoco contra nadie que vea perfecto. Pues esto es igual».
Le preocupa, también, tener que poner voz al problema: «He asumido hasta ahora que yo pongo la cara en este problema, porque es verdad que fui perjudicada por ello, pero quienes deberían solucionarlo, nuestros representantes, son los que deberían hablar, no lo hacen y si esto me empieza a pasar factura psicológica dejaré de hacerlo».
La propuesta del PP llega con la bancada del otro partido mayoritario, el socialista, dividida: en el último congreso del PSOE se impusieron las llamadas feministas clásicas, que propugnan medidas como la ahora impulsada por los populares, a la que por otro lado se opondrán frontalmente Sumar y Podemos, más partidarios de la doctrina queer y de la autodeterminación de género, que tacha de tránsfobo todo lo que se distancie de su postura.
Ni hubo récord en el Maratón de Valencia, pero sí sorpresa y mejor marca mundial de 2024. El keniano Sabastian Sawe se proclamó ganador en su debut en la distancia con un tiempo de 2:02:06. Fue una prueba diferente, en el que el homenaje a las víctimas de la DANA y la participación de corredores populares damnificados marcaron la carrera.
Sawe, de 28 años, ha pasado de ser especialista en Medio Maratón a dar el salto a la distancia reina con éxito.
En categoría femenina, la atleta etíope Megertu Alemu cumplió el pronóstico y fue la vencedora con un tiempo de de 2:16:49, quince segundos por encima de su mejor marca personal. Ella cruzó la línea de meta con un lema 'Força, València'.
Toda leyenda guarda en su biografía una anécdota que es medio verdad y medio mentira. Para Gout Gout puede ser la siguiente. Diane Sheppard, una entrenadora australiana de velocidad de pelo canoso y décadas de experiencia, estaba a punto de jubilarse cuando pasó por el patio de un colegio, el Ipswich Grammar de Queensland, y vio a un niño de siete años ganando una carrera tras otra contra chavales mucho mayores que él, de 10, 11, 12, ¡de 13 años!
Tenía una anatomía privilegiada, una técnica natural y, por si fuera poco, una sonrisa enorme: el prodigio sólo estaba jugando, se lo estaba gozando. Sheppard se acercó a él y le dijo: "Si quieres, puedes ganar el oro en los 100 y los 200 metros en los Juegos Olímpicos de Brisbane 2032". La realidad tuvo que ser distinta, pero quién prefiere la verdad a una buena historia. Y, en todo caso, una certeza sobresale entre detalles fantasiosos: Gout Gout realmente puede ganar dos oros en 2032.
¿Quién es Gout Gout? El nuevo nuevo Usain Bolt. Un joven de 16 años que lleva ya un par de temporadas asombrando al mundo a base de vídeos virales y marcas estratosféricas y que hace unas semanas, en los All School Championship de Australia, acabó de explotar como promesa planetaria. En los 200 metros marcó 20.04 segundos y en los 100 metros, 10.04 segundos con demasiado viento a favor y 10.17 legales. Nadie a su edad había registrado esos tiempos y el mismísimo Bolt pierde en la comparación: de adolescente corrió en 20.13 en los 200 metros y apenas probaba el hectómetro. Pero lo mejor de Gout Gout no son los números.
Sólo una zancada más que Bolt
"A esa edad hay corredores muy desarrollados que ya hacen grandes tiempos, pero es que a él aún le falta. Como le pasaba a Bolt a los 16 o 17 años, Gout todavía está por hacer, le faltaba mucho trabajo de fuerza", indica Pau Fradera, entrenador del velocista español Guillem Crespí, finalista en el último Europeo, que ahonda en el análisis: "Técnicamente ya es mejor que Bolt. De adolescente a Bolt le faltaba mucha estabilización, iba de un lado a otro, corría muy descontrolado. Gout es mucho mejor en eso. Aunque lo más asombroso que tiene es la zancada".
Según el estudio de Fradera, Gout corrió los 100 metros de los All School Championship en sólo 42 zancadas, muy por debajo de las 44 o 45 habituales. Bolt, en su récord del mundo de la distancia (9.69 segundos), lo hizo en 41 zancadas. "Tiene una planta impresionante, da gusto verle correr. Es un poco más bajo que Bolt [1,82 metros], pero ya mete zancadas de casi tres metros. En su carrera se ve que no hace una gran salida, pero que de los 20 a los 30 alarga hasta los 2,50 metros y que en los últimos 60 metros sólo da 22 pasos, una barbaridad. Para cualquier amante del atletismo es ilusionante pensar en el potencial que tiene en cuanto entrene más la fuerza. Ha nacido quien puede superar a Bolt", proclama Fradera que acepta que Australia, donde vive Gout, no es una potencia en velocidad, pero que tiene formación deportiva de sobras para rodear al prodigio de los entrenadores que necesite para crecer. Por lo pronto, ya ha fichado un contrato multianual con Adidas y el próximo enero viajará a Estados Unidos para entrenar durante dos semanas con Noah Lyles, el vigente campeón olímpico de los 100 metros.
El error en su inscripción
Será inevitable que las universidades americanas le hagan ofertas para que corra allí, aunque con sus marcas no tendrá ningún problema para correr ya en el próximo Mundial de Tokio de 2025 con sólo 17 años. Lo único que preocupa a su entorno es cierta debilidad de sus tendones de Aquiles porque es un "toe-walker", es decir, que siempre camina de puntillas y que el mundo le llame como realmente se llama. Porque Gout Gout en realidad es Guot Guot y su padre, Bona Guot, lleva varios meses pidiendo a las instituciones, a los medios de comunicación y a los seguidores del atletismo que rectifiquen.
De Sudán del Sur, la familia emigró a Australia previo paso por Egipto, y cuando nació el sprinter, ya en Queensland, las autoridades registraron mal su nombre. Gout Gout convive con el error con ligereza -pide que le llamen GG-, pero a su padre, que trabaja en un hospital, le atormenta que al chaval le llamen como una enfermedad porque, en inglés, gota es 'gout'. "No acepto que mi hijo sea conocido como Gout Gout", reclamaba hace unos días en el canal 7News. Sea Gout Gout, Guot Guot o GG, fuera descubierto de casualidad por Diane Sheppard en el patio del colegio o no, una certeza sobresale: realmente puede ganar dos oros en 2032.