Todos los grupos de oposición barcelonista han solicitado de forma conjunta “la dimisión inmediata” de la directiva que preside Joan Laporta y amenazan con una moción de censura, según ha anunciado en un comunicado.
El mismo está firmado por ‘Si al Futur’, que lidera Víctor Font, ‘Som un clam’ (Joan Camprubí), el primero segundo en las elecciones ganadas por Laporta y el segundo que ha mostrado su interés a presidir el club, así como ocho grupos más.
El caso Dani Olmo y Pau Víctor es “el último episodio de negligencias” en el debe de la directiva de Joan Laporta, según los citados colectivos.
Dani Olmo y Pau Víctor no pueden ser reinscritos tras la decisión de LaLiga y la RFEF
El sábado, LaLiga y la Federación denegaron la última petición del club azulgrana para inscribir a ambos jugadores, que podrían perderse la Supercopa, que se disputa en días en Arabia. El Barcelona presentará ahora ante el Tribunal Administrativo del Deporte, dependiente del CSD, una medida cautelarísima con el fin de contar cuanto antes con ellos.
El Barça ya ha dado con la fórmula para poder inscribir tanto a Dani Olmo como a Pau Víctor, los únicos fichajes que llegaron al club el verano pasado y que inicialmente fueron inscritos hasta finales de este año aprovechando la lesión de larga duración de Christensen. El pasado viernes, el juez Ignacio Fernándezde Senespleda, titular del Juzgado de lo Mercantil número 10 de Barcelona, echó un jarro de agua fría sobre la entidad al denegar la cautelar para que ambos futbolistas pudieran seguir jugando sin más, tal y como ocurrió hace unos años con Gavi.
Ahora, el club ya tiene en sus manos una nueva palanca en forma de ingresos para lograr el fair play necesario: la venta de localidades VIP del Spotify Camp Nou en Oriente Medio por valor de 100 millones de euros.
La operación está cerrada, pero no es aún oficial a todas luces. El Barça, en este caso, podría esperar a que se sepa en principio este mismo lunes la resolución de los juzgados de Primera Instancia ante los que se pidió también la cautelar para ambos jugadores. En caso de que los tribunales atiendan la petición de la entidad azulgrana, la operación podría ser aparcada hasta finales de la presente temporada, a pesar de que los ingresos que se obtendrían con la misma podría facilitar el retorno a la fórmula del 1-1 para inscribir jugadores. Una circunstancia que, en este caso, deberá también contar con el visto bueno de La Liga.
Siu WuEFE
El organismo que preside Javier Tebas ya advirtió al club de que los ingresos conseguidos con el nuevo acuerdo de patrocinio deportivo con Nike, ratificado la semana pasada en el marco de una asamblea extraordinaria de compromisarios, no era suficiente y, ahora, la entidad barcelonista quiere asegurarse del todo de que los cálculos de todas las partes coinciden.
El peligro de su marcha
En el caso de Dani Olmo, un jugador que firmó unos números excelentes en su regreso a la disciplina azulgrana y que ahora mismo, no obstante, no pasa por su mejor momento, el hecho de que no pudiera ser inscrito sería un golpe durísimo para el Barça en más de un sentido. En el entorno barcelonista se asegura que el jugador cuenta con una cláusula en su contrato que, en caso de no poder seguir jugando bajo las órdenes de Hansi Flick a partir de enero, obtendría de manera automática la carta de libertad para negociar su marcha.
Algo que ha hecho que se multipliquen en las últimas horas las especulaciones sobre su posible llegada al PSG o con un hipotético salto a la Premier League. En los últimos días, de hecho, el agente del egarense, Andy Bara, según ha señalado The Times, habría sido visto en las gradas del Etihad Stadium, donde juega sus partidos como local un Manchester City de Pep Guardiola que está atravesando en estos momentos un considerable bache de resultados en la competición inglesa.
El 15 de noviembre de 2019, Dani Olmo debutaba como internacional absoluto en Cádiz. Morata le dio la alternativa a un chico de 21 años que jugaba en el Dinamo de Zagreb y que ese día llevó el dorsal 12. Como si fuera una premonición. Cinco años después, Olmo partía en esta Eurocopa de Alemania como el jugador número 12, ése al que los entrenadores no se atreven a dar la titularidad pero acaba siendo imprescindible. Con España brillando en una Eurocopa, el último que vistió ese traje fue Cesc Fàbregas y Olmo recoge ahora el testigo. Además, ambos fueron el 'primer suplente' llevando el 10 a la espalda.
Para Luis de la Fuente es uno de sus incuestionables desde que lo llamó para la Sub-21 cuando andaba emigrado en Croacia. Sin embargo, su hueco en el campo se lo tuvo que pelear con Pedri desde su recuperación y el canario había ganado la partida de la titularidad hasta el pasado viernes. El debate lo zanjó Kroos con una entrada que deja al jugador del Barça fuera de la Eurocopa y le abre las puertas del once al jugador del Leipzig. Él ya estaba a punto de derribarlas.
Asistió a Ferran ante Albania en el único partido que fue titular, redondeó la victoria frente a Georgia en octavos saliendo desde el banquillo y, ante Alemania, en un partido que marcará su carrera, marcó el gol que ponía en ventaja a España y puso el centro perfecto para el remate de Merino. Con esos números, el parecido con el papel que jugó Cesc en 2008 se multiplicó. De hecho, ambos son los jugadores de España que más goles han marcado saliendo desde el banquillo en una fase final.
En aquella Eurocopa de Luis Aragonés en Austria y Viena, el jugador 12 fue el entonces jugador del Arsenal, también con 21 años. Entre Xavi, Silva, Xabi Alonso, e incluso Fernando Torres, se fue colando en los planes del técnico de Hortaleza hasta el punto de que acabó lanzando el decisivo penalti ante Italia que metía a España en semifinales a pesar de no haber tirado uno desde los 15 años. Antes ya había marcado su primer gol en el torneo para cerrar la goleada a Rusia del primer partido. Con minutos en todos los encuentros, Cesc acompañó a Marcos Senna y Xavi en el once titular de la final ante Alemania para después ser sustituido por Xabi Alonso.
Cesc marca el penalti de los cuartos de final ante Italia en 2008.AFP
La calidad y la confianza de Cesc le llevó también a ser imprescindible en la convocatoria de Vicente Del Bosque cuatro años después y a volver a contribuir con goles y su seguridad en el lanzamiento de penaltis. Marcó en los dos primeros partidos, luego tiró en la tanda de penaltis frente a Portugal en semifinales y fue titular en la goleada a Italia. El ahora entrenador del Como recién ascendido a la Serie A no duda en ver similitudes entre aquella selección y la que tendrá que vérselas con Francia mañana en las semifinales. Existirá la duda de si, en caso de que el pase a la final se decida desde los once metros, Dani Olmo lanzará. Sería una forma de sacarse la espina del fallo ante Donnarumma en la Eurocopa de 2020.
Lo que sí es una certeza es que Olmo estará en el equipo titular de De la Fuente. Sin saber que perdería a Pedri horas después, el seleccionador lo dejó claro antes del duelo ante Alemania: «Está preparadísimo. Cambiará el nombre del jugador, pero no la idea». Ese nombre será el de Olmo que, ahora sí, pasará del 12 al 10.
Hansi Flick se convertirá este sábado en el último técnico extranjero que se estrena en el fútbol español. Lo hará desde el banquillo de un Barcelona que en los últimos años ha sido una montaña rusa de emociones. Y, también, un potro de tortura. Dos leyendas de la entidad azulgrana, Ronald Koeman y Xavi Hernández, acabaron triturados por la exigencia de un puesto para el que no se tiene memoria. Ni paciencia. El primero, dejó la entidad por la puerta de atrás tras ganar una Copa del Rey. El segundo fue despedido tras sumar una Liga y una Supercopa de España y poco después de ser ratificado en su cargo.
El banquillo azulgrana supone un desgaste tremendo. Incluso a nivel físico. Basta con ver fotografías de Pep Guardiola, Luis Enrique o Ernesto Valverde, al inicio y al final de sus respectivas etapas, para comprobarlo de manera tremendamente esclarecedora. Para esta entidad que el primer equipo cierre una temporada en blanco es imperdonable. A sus seguidores no les importa lo más mínimo que la caja del club esté atravesando por un largo proceso de recuperación. Algo que condiciona las operaciones que pueden llevarse a cabo para conseguir los refuerzos adecuados para pelear por todo. Por lo pronto, el club ha cerrado este verano, hasta ahora, únicamente dos llegadas: Pau Víctor y Dani Olmo. Y, al menos hasta ayer, ninguno de los dos estaba convenientemente inscrito para jugar el sábado ante el Valencia en el estadio de Mestalla.
Cambios en el estilo
Las lesiones de Pedri o Frenkie de Jong, la Eurocopa y los Juegos Olímpicos han provocado que Flick se viera obligado a afrontar los primeros amistosos sin muchos jugadores clave. Y, cuando por fin pudo contar con algunos de ellos, sobre todo con uno que ha tomado tanta trascendencia como Lamine Yamal, llegó la derrota más dura y clara. Con el 0-3 encajado ante el Mónaco, el alemán escuchó los primeros pitos de una grada que va a ser muy exigente. Desde el primer minuto. Los seguidores barcelonistas quieren victorias y buen juego, y les trae sin cuidado que el libro de estilo del ex entrenador del Bayern (bajo su dirección derrotó 2-8 al Barcelona en la Champions de 2020) y de la selección germana (estuvo desde 2021 a 2023) tenga en principio poco que ver con aquello a lo que se han acostumbrado en las últimas décadas.
La preparación física es vital para un entrenador que exige a los suyos que desplieguen una presión asfixiante por todo el terreno de juego. Por eso, las cargas de trabajo están siendo muy fuertes. Ante el Mónaco, los azulgrana parecieron no tener fuelle suficiente durante muchos minutos. Puede que su equipo vaya a ir de menos a más. Pero, aun así, ganar ante el Valencia es vital. Si no, descubrirá muy pronto la peor cara de ser técnico azulgrana.