La madre de Sergio Scariolo, actual seleccionador español masculino de baloncesto, ha fallecido, según ha desvelado el técnico italiano en un mensaje de despedida que ha publicado este sábado.
“Sin retórica, como hubieras querido. Manteniendo todos los hermosos recuerdos. Gracias, de verdad, por todo lo que me has dado y enseñado. Te extrañaré mucho“, redactó Scariolo al respecto en su idioma natal, acompañando la publicación de una fotografía de su madre fallecida.
“En nombre de todo el baloncesto español queremos trasladar nuestro más sentido pésame a Sergio Scariolo y toda su familia. Tienes todo el cariño y el apoyo de #LaFamilia, coach”, publicó la Federación Española (FEB).
Igualmente, también mostró sus condolencias el Unicaja de Málaga, club al que dirigió entre el 2003 y el 2008: “Fuerte abrazo, Sergio. Todo nuestro cariño y apoyo en estos momentos. Descanse en paz”.
El pasado 24 de marzo, poco después de que Nika Kvekveskiri anotase el penalti que metía a Georgia, por primera vez, en la fase final de una Eurocopa, las calles de Tiflis se tiñeron de una euforia que traspasaba lo futbolístico. Muchos ciudadanos, ajenos al balón, aprovecharon el momento para reivindicar un viejo anhelo: el de la integración en la Unión Europea.
Tres días más tarde, el patriarca de la Iglesia Ortodoxa animaba a los jugadores a "seguir haciendo feliz al país con más victorias". Un mensaje relevante, dado que la popularidad de Ilia II rivaliza con la de Giorgi Mamardashvili, portero del Valencia, o Khvicha Kvaratskhelia, extremo del Nápoles, las estrellas de la selección. Desde 1977, año de su entronización, su influencia sobre la sociedad y la vida política no sólo se mantiene intacta, sino que ha sobrevivido a una tentativa de envenenamiento con cianuro.
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Georgia atraviesa una furibunda crisis política, agitada por la polarización y los discursos de odio. De ello dan prueba aquellas escenas de gozo por la Eurocopa, que pronto se transformaron, a lo largo de abril y mayo, en multitudinarias protestas contra Rusia, el gigante que ocupa militarmente, con 8.000 soldados, una quinta parte de su territorio. Siguiendo las directrices del Gobierno, la policía disolvió con tal violencia a los ciudadanos que una ola de indignación empezó a inundar el país. Hasta alcanzar al vestuario dirigido por Willy Sagnol.
"Hubo futbolistas que apoyaron esa causa, aunque debieron guardar silencio o eliminar sus publicaciones de apoyo en las redes sociales", cuenta a EL MUNDO el director de uno de uno de los periódicos más influyentes de Tiflis, con la condición de no revelar su identidad. "Algunos fueron acusados incluso de pertenecer a partidos políticos de la oposición. Aunque ningún jugador ha querido admitir presiones de la Federación, veo muy probable que se produjeran", prosigue.
El último informe de Amnistía Internacional confirma que el "procesamiento de opositores por motivos políticos", "la violencia contra las mujeres" y las "detenciones arbitrarias de civiles" resultan aún hoy moneda común en Georgia. El 8 de julio 2023, una fiesta del Orgullo Gay fue reventada por 2.000 militantes de ultraderecha, que destrozaron el escenario y prendieron fuego a los emblemas arcoíris. Los agentes de policía, según la citada ONG, "no hicieron nada para impedirlo".
Sagnol, seleccionador georgiano, con sus jugadores.AFP
Como tampoco intervinieron, a mediados de 2017 en la sede de la Federación, cuando otro grupo de violentos clamaron contra Guram Kashia. El capitán de la selección había osado portar un brazalete con su club, el Vitesse holandés, en apoyo del colectivo LGBTQ. Hoy, Kashia liderará la línea de tres centrales ante Turquía, mientras en el banquillo del Westfalenstadion, a la espera de mostrar su olfato goleador, aguardará Budu Zivzivadze.
El futbolista del Karlsruher se ha erigido como uno de los estandartes de la disidencia. No sólo por aquel doblete ante Luxemburgo que despejaría el camino hacia la última eliminatoria frente a Grecia, sino por su frontal oposición al Gobierno. Zivzivadze no ha escatimado críticas a la Ley de Agentes Extranjeros. Un texto, ostensiblemente inspirado por el Kremlin, que coloca en la diana a cualquier empresa -de los medios de comunicación a las ONG- que presente un 20% de capital extranjero. Otro ejemplo de la deriva autoritaria de Sueño Georgiano, el partido gubernamental, el que intenta controlar cada resorte del poder. Incluido el balón.
Levan Kobiashvili, quien fuera ídolo del Schalke a comienzos de siglo, compatibiliza el cargo de presidente de la Federación con su acta de diputado, mientras Kakha Kaladze, campeón de dos Champions con el Milan, ejerce como alcalde de Tiflis. Pese a su escaso pudor para hostigar a los discrepantes, ambos encabezarán hoy la expedición en Dortmund. "Son los autores de todo el mal y de toda la inmundicia que pueda imaginarse", espetó Kaladze cuando le preguntaron sobre la influencia de la oposición en el equipo nacional.
Problemas sociales
Entretanto, el primer ministro, Irakli Kobajidze, no ha perdido la ocasión para reservar su cuota de protagonismo. "Cuando algo sucede por vez primera en 30 años significa que el esfuerzo de este Gobierno también ha supuesto una gran parte del éxito", adelantó el pasado 10 de abril. Según el último registro del Banco Mundial, correspondiente a 2019, Georgia es el séptimo país del mundo donde más fácil resulta hacer negocios, sólo unas décimas por detrás de Estados Unidos. Su sector turístico representa el 33,5% del PIB, casi el triple que en España o Italia. Sin embargo, aún sigue a años luz de Europa en cuanto a Índice de Desarrollo Humano, el coeficiente de la ONU que pondera la esperanza de vida, los niveles de educación o el consumo per capita.
Por no hablar de la libertad de prensa, donde en 2024 ya ha retrocedido 26 posiciones, según el informe anual de Reporteros Sin Fronteras. De ello bien saben en las redacciones de Tiflis. "Son tiempos duros. Desde que Vladimir Putin lanzó su guerra a gran escala contra Ucrania, mi país ha tomado una senda iliberal. La propaganda afecta a todos los niveles. Incluso al de la rivalidad con Turquía, el único país vecino que reconoce plenamente nuestra soberanía. A pesar de los prolongados intentos de Rusia de instigar la turcofobia, esos sentimientos son mínimos", concluye el citado informante georgiano.
No ha sido la Eurocopa el gran escaparate de la compraventa de jugadores salvo en el caso de la selección española. Los campeones de Europa han sido los agitadores del mercado nacional con sus cambios de camisetas, su regreso al campeonato nacional y, en dos casos, ventas que han dejado cifras destacables en la tesorería de sus clubes.
Nico Williams parecía iba abrir el camino, pero seguirá al menos una temporada más en San Mamés y el camino lo abrió otra de las estrellas de Luis De la Fuente en Alemania, Dani Olmo. Ya habían anunciado su cambio de aires, a Arabia y Qatar, Nacho y Joselu con la carta de libertad, pero ya como campeón, Olmo llegó al Barça por 55 millones de euros. Lo siguió Robin Le Normand al salir de la Real Sociedad hacia el Atlético dejando 32 millones en Anoeta. El tercero en cambiar de aires fue el capitán Álvaro Morata cerrando su fichaje por el Milan por 13 millones. Ayoze Pérez también dejó el Betis para ponerse a las órdenes de Marcelino en Villarreal tras el pago de cuatro millones de euros. El último en unirse ha sido Mikel Merino, que partió como suplente en la Eurocopa pero acabó marcando el gol que clasificó a España para semifinales.
Su traspaso al Arsenal se cerró en 32 millones y ha sido el segundo más alto de LaLiga hacia otras competiciones. El primero fue la venta de Joao Félix al Chelsea por 52 millones y los terceros el de Mamardashvili y Dovbyk. El Liverpool ha abonado 30 millones al Valencia, más otros cinco que podrían llegar en variables, para llevarse a partir de junio de 2025 al guardameta georgiano que encandiló a media Europa. En el caso del delantero ucraniano, por el máximo goleador de la pasada Liga la Roma ha pagado 30,5 millones.
Los cuatro estuvieron en la Eurocopa con diferente brillo, pero de las ventas totales de LaLiga apenas un 21% ha sido de estos jugadores que enseñaron su talento en el campeonato de Europa y, de manera individual, el único traspaso que se cuela entre los 15 más altos es del portugués ex del Atlético.
En términos relativos, la liga portuguesa es la más beneficiada por el escaparate de la UEFA, con un movimiento de ventas que duplica al de fichajes (140 frente a 304 millones) y pone su balance en positivo. Uno de los traspasos más suculentos lo ha protagonizado el centrocampista internacional Joao Neves, que deja el Benfica por el PSG a cambio de 60 millones de euros.
Las marchas del defensa neerlandés Matthijs de Light del Bayern al United por 45 millones y la de Olmo del Leipzig han incrementado los ingresos de la Bundesliga, que ha comprado menos que hace un año (573 millones frente a los 864 de 2023) pero ha vendido más del doble. Aún así, sus cuentas globales siguen en rojo.
La Serie A italiana, lejos de la contención de años anteriores, se ha estimulado tanto que se coloca tras la Premier como segundo mercado más activo, con 917 millones de gasto. De la Eurocopa han salido sus dos ventas más potentes, ambas del Bolonia. El central Ricardo Calafiori vestirá la camiseta del Arsenal por 45 millones y se las verá en el área con su ex compañero Joshua Zirkzee. El neerlandés forma parte de la plantilla del Manchester United tras el pago de 42,5 millones. Al cierre de esta edición, Osimhen trataba de sellar su marcha del Nápoles al Chelsea o al Al Ahli saudí.
La Premier sigue siendo la gran animadora, especialmente en clave interna, con sus 2.222 millones invertidos. Reparte recursos en otras competiciones, pero en los traspasos entre sus clubes es donde las cifras engordan. Si bien es cierto que su venta más importante ha sido la de Julián Álvarez al Atlético por 75 millones, a la que se suma la de Douglas Luiz a la Juventus por 51,5, las siguientes en la lista son entre equipos ingleses. El Tottenham ha pagado al Bournemouth por el delantero Solanke 64,3 millones y el Chelsea al Wolverhampton por el portugués Pedro Neto. Esos dos movimientos están entre los 10 más altos de la ventana estival.
LaLiga, a la cola de la grandes competiciones en gasto (531 millones) y tercera en ventas (537), es la única equilibrada, y los flujos han sido llamativos, a diferencia de lo ocurrido otras temporadas. Y no sólo en traspasos y fichajes exteriores, entre las que destacan la de Julián Álvarez, Olmo o Endrick por el Madrid (47,5 millones) o Gallagher, sino también en compraventas internas. El Atlético ha sido el gran estimulador con las llegadas de Le Normand y Sorloth, que alimentaron las arcas de la Real Sociedad y el Villarreal y han provocado otros interesantes movimientos.
A la cabeza de los clubes que más han gastado está el Atlético y a la cola, el Valencia y el Rayo, que apenas han gastado para reforzarse acogiéndose a jugadores libres de contrato y cesiones.