Más anchura, drop cero y ‘corefoot’, la revolución que llega al calzado deportivo: “En unos años veremos raro llevar el pie tan apretado”

Más anchura, drop cero y 'corefoot', la revolución que llega al calzado deportivo: "En unos años veremos raro llevar el pie tan apretado"

Cristiano Ronaldo cuelga un post en Instagram para sus 644 millones de seguidores y nada parece extraño. Son fotos suyas, entrenando en el gimnasio del Al Nassr de Arabia Saudí, y un texto anodino: “Back to work”. No hay nada noticiable más allá del hecho de que siga jugando a los 39 años, pero un detalle deslumbra. Emblema de Nike, con contrato vitalicio, en sus pies no se distingue el swoosh y de hecho calza unas zapatillas de otra marca. Son unas Five Fingers de Vibram -al parecer, unas V Trail-, el modelo ‘barefoot’ que usa cuando no está sobre el césped en las últimas temporadas. Una suela mínima de goma, nada de amortiguación, mucha anchura en la parte central y espacio para los cinco dedos: son como ir descalzo.

Pese al conflicto empresarial, en su esfuerzo por alargar su carrera, Ronaldo se ha entregado a la moda que marcará el calzado deportivo en los próximos años. Seguirá la carrera tecnológica con sus placas de fibra de carbono y sus gomas ultrareactivas, pero ya nadie aceptará llevar el pie embutido.

“El calzado deportivo está evolucionando hacia una forma más respetuosa con el pie. En el fútbol se necesitan tacos y en el baloncesto, agarre, pero todo se pueda dar en unas zapatillas más anchas. Hasta ahora siempre se ha hecho deporte con el pie apretado, sin permitir el desarrollo de la musculatura, eso va a cambiar. Ya he visto modelos de marcas incluso para jugadores de la NFL, que siempre utilizan mucha tecnología”, explica Juanjo López, traumatólogo deportivo, médico de Carlos Alcaraz y diseñador del calzado respetuoso Mustang Free, de la marca Mustang.

Una solución a muchas lesiones

Más allá de los beneficios del calzado puramente ‘barefoot’ que ya vivió su auge y caída en el atletismo hace 15 años gracias al libro ‘Nacidos para correr’, la proyección es que el calzado sea cada vez más ancho, menos robusto para que el pie pueda trabajar y los dedos hagan su función. Es el llamado ‘corefoot’, la musculación del pie, crucial en la estabilidad y en el impulso de los deportistas. La tendencia, que se creó recientemente en la podología infantil, con toda una generación de madres y padres entregados a marcas como Zapato Feroz, ahora se traslada a los mayores. Si me preocupo por el desarrollo del pie de mi hijo, ¿Por qué no preocuparme por el mío propio?

“Muchos corredores llegan a nosotros después de comprar zapatillas a sus hijos o recomendados por podólogos. Quizá sufren un neuroma de Morton, que es bastante habitual, o una dolencia parecida. Y se dan cuenta que con nuestras zapatillas pueden fortalecer el pie como todos necesitamos y evitar estos problemas”, comenta Eduard González, representante en España de Altra, la pequeña marca estadounidense que ha asaltado las carreras de montaña y que empieza a sobresalir en el asfalto. En el último Ultra-Trail del Mont Blanc (UTMB), la prueba de trail más importante del mundo, fue la tercera zapatera más utilizada sólo por detrás de Hoka y Salomon.

Su propuesta parte de hormas muy anchas, caja de dedos cuadradas y el ‘controvertido’ drop cero, es decir, prescindir del refuerzo específico en el talón. “No hacemos calzado puramente ‘barefoot’, nuestras suelas tienen volumen, tienen amortiguación, pero el talón no está más alto que los dedos. Entendemos que así el corredor puede hacer una transición hacia una zancada más natural”, añade González que sabe que ahora el reto es saltar al rendimiento, es decir, competir con Nike, Adidas y el resto de gigantes en hacer las zapatillas más rápidas del mercado.

El punto débil de la nueva tendencia

En principio, la comodidad y la velocidad deberían ser compatibles, pero la tecnología ha ido tan lejos, que costará llegar a ese punto. “Ese es el punto débil de momento. Las zapatillas respetuosas pueden ser más pesadas y sobre todo menos reactivas. Pero está claro que en los diseños de running o incluso baloncesto ya se están viendo hormas más anchas y un cambio de tendencia”, analiza Idoia Pascalet, podóloga deportiva de la Clínica Iknos que ha trabajado con equipos como el Bàsquet Girona de ACB.

“Lo que está claro es que una mejora en el corefoot lleva a una mejora en la estabilidad y en la propulsión. Hay deportes en los que nunca se podría utilizar un calzado ‘barefoot’ porque las protecciones son importantes, pero los diseños están cambiando, sin duda. Se ve mucho también en quienes hacen crossfit o incluso por la calle”, finaliza Pascalet, que en su propia consulta utiliza calzado respetuoso y que aboga por la sustitución en los centros de salud de los clásicos zuecos por este tipo de zapatillas.

kpd