A las 11:30 horas de este martes, en el interior del Inalpi Arena de Turín, una multitud se agolpaba alrededor de una pista, pero no era la pista de juego, donde se disputan los partidos de las ATP Finals, era la pista de entrenamiento. Justo detrás de las gradas, en el mismo interior del pabellón, los aficionados pueden ver cómo los mejores del mundo se preparan y muchos acudieron para seguir a Carlos Alcaraz.
Con su entrenador, Juan Carlos Ferrero, y su agente, Albert Molina, ya presentes y preparados, los minutos pasaban, el público se impacientaba y sobre las 11:45 horas, con retraso, apareció el número tres del mundo. Saludo a los fans, sonrisa abierta, su típica alegría. Con un sparring invitado por la organización, Andres Martin, un jugador estadounidense de 23 años, parecía que Alcaraz iba a completar una sesión de más de una hora antes de enfrentarse este miércoles a Andrey Rublev en el decisivo encuentro de la round robin, pero no fue así.
Aunque tenía reservada la pista hasta las 13.00 horas, después de 10 minutos de peloteo ligero, sin moverse mucho del sitio, Alcaraz volvió a su banquillo, se puso las manos a la cabeza e informó a su equipo de que no podía más. Fue a disculparse ante Martin, pidió perdón al público presente y más serio que antes, se marchó a los vestuarios.
Sin descanso gana o pierda
“En cuanto se mueve un poco le cuesta respirar. Sigue con el pecho cogido. No creo que debamos adelantar si jugará mañana o no. Creo que no llegará a tanto como para no saltar a la pista, pero va a ser difícil que esté al 100%”, comentó Ferrero a los periodistas presentes, preocupado por la salud de su pupilo. Antes de que llegara a Alcaraz, al entrenador se le veía alicaído y necesitaba que el representante del jugador, Molina, le diera unas palmaditas de ánimo.
“Es un mal momento para haberse puesto malo”, aseveraba Ferrero, consciente de la situación. Pese a sus problemas físicos, este miércoles Alcaraz debe ganar a Rublev para seguir adelante en las ATP Finals, un torneo que reparte muchos puntos del ranking, más que un Masters 1000. Si pierde caerá eliminado, pero tendrá que enfrentarse a Alexander Zverev el viernes y no podrá descansar antes de viajar a Málaga y empezar las Finales de la Copa Davis el martes ante Países Bajos.
Allí le espera Rafa Nadal y el resto del equipo español para ayudarle si es necesario, aunque difícilmente podrá saltarse la ronda de cuartos de final y descansar hasta las semifinales. Países Bajos no cuenta con ninguna estrella, pero sus dos jugadores de individuales, Tallon Griekspoor y Botic van de Zandschulp, guardan peligro y su especialista en dobles, Wesley Koolhof, está entre los mejores del mundo.