Un partido entre estrellas de internet de Francia y España este sábado en el estadio Metropolitano del Atlético de Madrid, que era seguido por más de un millón de personas en línea, fue detenido varios minutos por insultos racistas.
El partido entre las celebridades de los videojuegos, con millones de suscriptores que siguen en línea sus partidas en directo, iba en el segundo tiempo cuando fue paralizado ante las protestas de los jugadores franceses, que se marcharon del campo ante los insultos.
Al menos un espectador en las gradas, donde había unas 30.000 personas, fue expulsado del Metropolitano.
“Sé que no todos los españoles comparten las mismas intenciones, pero para mí es intolerable, Brooks recibió insultos racistas con carteles de monos”, denunció sobre uno de sus compañeros el francés AmineMaTue, uno de los “streamers” que organiza estos eventos.
Varios minutos más tarde, el juego se reanudó, cuando España ganaba 1-0. Estas celebridades de los videojuegos, con millones de suscriptores que siguen en línea sus partidas en directo, ya habían disputado un primer juego de fútbol real en París en noviembre de 2022, en el que se impusieron los galos 2-0.
Como en ese encuentro anterior, el nivel del juego fue anecdótico ante la capacidad de estos streamers de organizar competiciones con audiencias dignas de torneos tradicionales.
“Pocas veces he sentido algo así desde que estoy en YouTube, y llevo ya diez años”, dijo antes de empezar el partido el español DjMaRiiO, capitán del equipo y organizador de este partido con 9,6 millones de suscriptores en su canal de Youtube.
El encuentro fue seguido por más de 800.000 personas en el canal de Twitch de AmineMaTue (con 2,9 millones de seguidores en esa plataforma de videos en directo) y más de 400.000 en el canal de YouTube de DjMaRiiO.
El encuentro semejó uno de fútbol profesional: 30.000 espectadores en el estadio del Atlético de Madrid, árbitros, cámaras para mostrar repeticiones de jugadas y patrocinadores en el césped y en las plataformas en línea que lo transmitían.
Incluso hubo actuaciones musicales antes del partido y en su entretiempo, de los conocidos cantantes españoles Dani Fernández y Morad. Este evento se inscribió en la tendencia de competiciones reales entre creadores de contenido digitales que generan audiencias de récord, mucho más allá del universo de los videojuegos.
En la menuda pista 9 de Roland Garros todo se oye y por eso cuando Paula Badosa replica a su equipo el público se entera. «Millor no em diguis res!», reclama, es decir, «¡Mejor no me digas nada!». Su entrenador, Pol Toledo, le había pedido que arriesgara con el revés, ella había arriesgado con el revés y la pelota casi acaba fuera del recinto. El error no impediría la victoria de la española este jueves ante la kazaja Yuliya Putintseva por 4-6, 6-1 y 7-5 y su pase a tercera ronda, pero sí confirma una certeza: el tenis tiene una revolución pendiente.
Pese a que los técnicos pueden dar instrucciones desde las gradas a las mujeres desde 2020 -antes podían hacerlo bajando a la pista- y a los hombres desde 2022, la comunicación es mínima en casi todos los casos. En la Philippe Chatrier, Nenad Zimonjic, nuevo entrenador de Novak Djokovic, le lanzaba una indicación y él miraba a su palco, ponía la oreja, cerraba un poco los ojos y se concentraba para entender algo que seguramente no entendía. Tampoco importó mucho. Al final ganó por 6-4, 6-1 y 6-2 a Roberto Carballés, pero quizá la propuesta de Zimonjic le habría ahorrado algún esfuerzo.
«Es un poco decepcionante para los que amamos este deporte y lo consideramos muy táctico. Imagínate poder dar indicaciones a un ajedrecista durante una partida. La permisión del 'coaching' durante los partidos no se está aprovechando en absoluto. Actualmente sólo se dicen cosas genéricas, palabras de ánimo, pero podría servir para mejorar aspectos específicos. Podría cambiar el juego totalmente. Estoy seguro que llegará», apunta en conversación con EL MUNDO el analista Craig O'Shannessy, impulsor del cambio que vendrá.
Como experto en táctica, trabajó con Djokovic entre 2017 y 2019 y en los últimos años ha impulsado una empresa de análisis que colabora con varios torneos y federaciones. Hay alguna compañía más, como la que dirige el ex tenista argentino Franco Davin, pero su papel todavía es secundario. Todos los entrenadores les reclaman las estadísticas en directo, la mayoría las observan durante el partido, pero raro, muy raro, es quien las utiliza para aconsejar a su pupilo. «Formamos la primera generación de analistas y, de momento, nuestro trabajo se utiliza para explicar qué ha pasado, a posteriori, no para cambiar lo que está pasando. Para mi el futuro es que haya un analista en cada palco y que éste directamente dé instrucciones al jugador», expone O'Shannessy, muy optimista con el porvenir de su oficio.
Las reticencias del circuito
Porque el tenis, un deporte atado a las tradiciones como pocos, todavía reniega de la importancia del 'coaching'. En primer lugar porque estuvo prohibido durante décadas y quien se saltaba la norma estaba muy mal visto, sobre todo en los países anglosajones. Y en segundo lugar porque es muy difícil que funcione. Son dos o tres segundos de intercambio, normalmente entre los ánimos del público, y el jugador no siempre está receptivo.
«Una indicación puede ayudar a ganar un partido, pero esa comunicación tiene que estar trabajada. Más que palabras, deben ser gestos. Por ejemplo, tocarte el hombro izquierdo si quieres que saque por la izquierda, indicarle con las manos que juegue más largo o que haga más dejadas. Hay jugadores que no hacen ni caso y entrenadores que no saben controlar sus emociones y ponen más nervioso a su pupilo», señala Javi Fernández, responsable de la Tennis Group Academy de Marbella y actual técnico de Mario González, jugador de la quinta de Carlos Alcaraz que intenta hacerse un hueco en el circuito.
"Lo más aconsejable es que animen"
«Hay muy poco tiempo y el jugador está concentrado, por eso el coaching durante el partido es complicado. Lo más aconsejable es que los entrenadores animen, que transmitan su apoyo al jugador, pero que no den muchas instrucciones. Si no, puede llegar lo que llamamos parálisis por análisis. Si en tres segundos indicas al tenista que juegue más profundo, que ataque más al revés y que salte más en el saque, lo normal es que luego cometa una doble falta. Como mucho una indicación y si puede ser comunicación no verbal, mejor», añade Miguel Crespo, doctor en psicología y entrenador de entrenadores como responsable del Departamento de Educación de la Federación Internacional de Tenis (ITF), que pese a todo cree que «el tenis evolucionará en ese sentido», más si vuelven a cambiar las reglas.
Stefanos Tsitsipas, este miércoles, en Roland Garros.CHRISTOPHE PETIT TESSONEFE
Ahora los entrenadores pueden hablar, pero sólo cuando el tenista está en su lado y no en todos los torneos. Los Grand Slam acceden, pero algún Masters 1000 todavía se resiste. «Shut up!», es decir, «¡Cállate!», le exigía Stefanos Tsitsipas a su padre, Apostolos, este miércoles en pleno partido ante el alemán Daniel Altmaier, que también terminaría ganando. Realmente el tenis tiene una revolución pendiente.
El ugandés Jacob Kiplimo y la keniana Beatrice Chebet revalidaron sus títulos mundiales absolutos de cross. Kiplimo, plusmarquista mundial de medio maratón, atacó a falta de algo más de un kilómetro para la meta y nadie pudo seguirle. Detrás, el etíope Berihu Aregawi y el keniano Benson Kiplangat se disputaron a mordiscos de dientes apretados la plata y el bronce.
Un ugandés, un etíope, un keniano. Altérnense las fichas y el resultado sería el mismo: otro festival, otro festín africano. Catorce africanos entre los 15 primeros clasificados. Bueno, con el español Thierry Ndikumwenayo en novena posición, la misma que obtuvo en 2019 con los colores de Burundi. Ese puesto y los de Aarón Las Heras (17º), Fernando Carro (34º) y Miguel Baidal (39º), le proporcionaron a España la cuarta plaza por equipos, tras Kenia, Uganda y Etiopía. Buena actuación, dadas las circunstancias. Imposible aspirar a más.
Cinco kenianas coparon los primeros puestos en la carrera femenina. Chebet, Noah Rengeruk y Kipkemboi atraparon las medallas. Y hubo 19 nacidas en África en los 19 primeros lugares. La kazaja Daisy Jepkemoi vio la luz como keniana. Y la estadounidense Weini Kelathi Frezghi, como eritrea. Carolina Robles, vigesimocuarta, fue la primera española. Irene Sánchez Escribano (26ª), la segunda. El equipo, quinto.
Condiciones amables
Hierba de parque y no de bosque. Pequeños obstáculos artificiales: arena regada para producir un rectángulo de barro, dos puentecitos en rampa, unos fardos de paja, unas curvas cerradas... Sol. Calor que fue ascendiendo desde los 24 hasta los 29 grados. Buenas condiciones para la gente de pista, que abundaba.
Volviendo a los africanos, su dominio -el de los subsaharianos, para precisar- en las carreras de fondo es aún más patente en el campo a través. Una superioridad hiriente, infamante que abre una zanja, un abismo entre dos mundos dispares. No diferentes: opuestos.
Para empezar, en las categorías senior masculina y femenina, sólo siete países europeos (y algunos, ya se ve, con atletas africanos de cuna o sangre en sus filas) pisaron la campa de este Mundial celebrado en... Europa. En la categoría Sub-20 femenina, triple triunfo etíope (Marta Alemayo, ¡de 15 años!, ungida con el oro). Las africanas abrazaron las 14 mejores plazas, con Eva Méndez, primera española, en la 48ª posición. En la masculina, los 15 primeros, con el keniano Samuel Kibathi al frente, nacieron al sur del Sahara, con Mesfin Escamilla, en el puesto 32.
Éste es el presente del cross, éste el futuro que aguarda. Por otra parte, una maravilla de facultades, soltura, fluidez y pies alados que flotan sobre el piso sin herirlo.
El Celta de Vigo ha anunciado este martes la destitución de Rafa Benítez. El técnico, que asumió las riendas del equipo a principio de temporada, no ha cumplido con las expectativas y los malos resultados le han acabado condenando. La goleada encajada ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu (4-0) fue el último partido que dirigió.
El Celta informó que la destitución del técnico se produce porque bajo su dirección el equipo "no ha obtenido los resultados esperados" por el club que preside Marian Mouriño.
El técnico madrileño llegó el pasado verano a Balaídos como una fuerte apuesta de la nueva presidenta de cara a la temporada del Centenario. Firmó un contrato por tres temporadas, pero la mala dinámica de su equipo, con solo dos puntos de ventaja sobre el descenso, ha acelerado su salida.
El Celta agradece a Rafa Benítez y a sus ayudantes su "implicación, honestidad y profesionalidad" desde su llegada a Vigo, además de desearle "mucha suerte y éxito" en el futuro.
El nombre que ahora mismo se baraja en Balaídos es el de Claudio Giráldez, técnico del Celta Fortuna, con el que está completando una gran temporada.