Muere a los 58 años Dikembe Mutombo, el legendario rey de los tapones de la NBA

Muere a los 58 años Dikembe Mutombo, el legendario rey de los tapones de la NBA

A Dikembe Mutombo se le recordará por un gesto inconfundible que tantos han copiado después, su enorme dedo índice negando tras haber taponado al rival, el “no en mi casa” que era a la vez una definición de sí mismo. El africano, uno de los mejores pívots defensivos de la historia de la NBA, ha fallecido este lunes a los 58 años tras no haber superado un tumor cerebral.

Dikembe Mutombo Mpolondo Mukamba Jean-Jacques Wamutombo llegó a jugar, con sus 218 centímetros, casi 1.200 partidos en la mejor liga del mundo tras haber nacido en Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo, y sólo Akeem Olajuwon ha puesto más tapones que él en la historia de la liga. Su media por partido fue de 2,8 (un total de 3.289 gorros). Llegó a ser ocho veces All Star, cuatro veces nombrado mejor defensor y, ya retirado, fue incluido en el Hall of Fame.

Había llegado a EEUU ya con 21 años para enrolarse en la Universidad de Georgetown, donde formó una pareja inexpugnable junto a Alonzo Mourning y, fuera de las canchas, se licenció en Lingüística y Diplomacia e incluso estudió Medicina. En 1991 fue elegido en el puesto 4 del draft por los Nuggets, donde pronto impactó en la competición: fue ya All Star, nombrado Rookie del Año y promedió el tope de su carrera en anotación (16,6 puntos), además de 12,2 rebotes y, por supuesto, tres tapones.

En su tercera temporada, la franquicia de Colorado iba a protagonizar una de las grandes gestas de siempre. No sólo regresó a los playoffs: en la primera ronda eliminaron al mejor equipo del Oeste y favorito al anillo, los Sonics de Gary Payton y Shawn Kemp.

Mutombo, con su envergadura y su intuición defensiva, siguió siendo un jugador único en la protección de la pintura, aunque el anillo siempre se le resistió. Cuando más cerca estuvo fue en su posterior etapa en los Sixers, donde disputó las Finales de 2001 junto a Allen Iverson. Eso fue tras su paso por los Hawks. Después, ya algo en declive, llegó a jugar y perder otra final con los Nets de 2003. Alargó su carrera hasta 2009, siempre aportando en cada franquicia -ganó el premio al defensor del Año hasta en cuatro ocasiones, marca que sólo ha sido igualada por Rudy Gobert y Ben Wallace- que se hizo con sus servicios. Ese abril, un choque con Greg Oden dañó aún más su rodilla cuando jugaba para los Rockets y puso fin a su enorme trayectoria, a la que nunca faltó una sonrisa como acompañante.

“En la pista fue uno de los mejores taponadores y defensores en la historia de la NBA. Fuera de la cancha, puso su corazón y su alma intentando ayudar a los demás”, ha destacado Adam Silver en el comunicado de la NBA que anunciaba el fallecimiento del pívot a los 58 años tras no poder superar su cáncer cerebral, que le fue diagnosticado en octubre de 2022. Tras su periplo como jugador, fue embajador de la Liga. Además, desempeñó una destacada labor humanitaria con la Fundación Dikembe Mutombo para intentar erradicar enfermedades infantiles que sufrían muchos niños en su país natal. Hasta en dos temporadas había sido reconocido con el Premio J. Walter Kennedy, el galardón que premia al jugador que más servicios y dedicación presta a la comunidad.

kpd