Impresionante salida del Unicaja ante un Real Madrid blando y desorientado. Y finalmente una victoria de prestigio, sin duda, y que entre otras cosas realza que los malagueños eran el equipo, de los cuatro, con menos cambios desde la temporada pasada, mientras que el Madrid ha perdido tres jugadores de primer nivel, además de la ausencia puntual de Mario Hezonja. Gran victoria, pero con su elemento anecdótico.
Malik Beasley, que la pasada temporada jugó en los Detroit Pistons, está siendo investigado por la fiscalía federal de Estados Unidos por presuntamente apostar en partidos de la NBA, informó este domingo la cadena ESPN.
Shams Charania, el 'insider' más importante de la NBA en la actualidad, señaló que se le está investigando por apuestas en partidos de NBA y por 'prop bets', que son apuestas sobre aspectos de un partido más allá del resultado (por ejemplo, cuántos puntos mete un jugador concreto), añade EFE.
El abogado de Beasley apuntó que "una investigación no es una acusación" y subrayó que su representado tiene el mismo derecho de presunción de inocencia que cualquier otra persona.
"Hasta ahora, no ha sido acusado de nada", dijo.
Beasley, de 28 años, es agente libre tras una sólida temporada en los Detroit Pistons, donde promedió 16,3 puntos, 2,6 rebotes y 1,7 asistencias por encuentro con un 43% en tiros de campo y un 41,6% en triples.
Charania sostuvo que Beasley estaba negociando un acuerdo con Detroit por tres años y 42 millones de dólares pero aseguró que estas negociaciones se han paralizado.
Las apuestas se han convertido en un tema muy espinoso para la NBA en los últimos tiempos. Como muestra, Jontay Porter (Toronto Raptors) se declaró culpable en 2024 por un escándalo de apuestas deportivas y fue expulsado de por vida de la liga.
El negocio de las apuestas es un pilar estratégico de crecimiento económico para la NBA, pero muchos jugadores y entrenadores han criticado duramente esta relación.
Por ejemplo, Tyrese Haliburton (Indiana Pacers) dijo el año pasado que a veces se ve solo como "atrezo" para el negocio de las apuestas, Jayson Tatum (Boston Celtics) admitió que se siente "mal" cuando la gente pierde dinero por culpa de su rendimiento y P.J. Tucker (New York Knicks fue su último equipo) dijo que es "una locura" y "un problema" escuchar a los fans en el estadio "gritar a los jugadores por sus apuestas".
El 'capitán' Hezonja se sienta en el banquillo unos minutos antes de las presentaciones. Cierra los ojos, relaja sus brazos, y permanece en modo zen cinco minutos, inalterable al estruendo de alrededor. Hasta el punto de que le tienen que avisar de que esto empieza ya. Al poco, se le ve frenético en el banquillo, animando a sus compañeros desde la primera canasta. Incluso pisa la pista para agarrar al joven Eli Ndiaye, que las está pasando canutas en el amanecer contra Derrick Alston Jr., para darle unos consejos. Lo mismo hará después el croata con Andrés Feliz, al que le sermonea largo tiempo en un aparte. Es la nueva versión de un tipo que, además, es incontenible sobre la pista.
Ahí, en el parqué, hizo suya la tarde Hezonja contra el Baxi Manresa en cuartos. Pero esta vez lo deportivo quedó casi en segundo plano. Lo que impresionó del alero fue su actitud. Hace un año por estas fechas sus desplantes en el Carpena fueron evidentes durante toda la Copa. Una bronca con Llull, caras largas en el banquillo, pocos festejos con el título. En la final contra el Barça apenas disputó 11 minutos. Parecía más dentro que fuera del club por entonces.
El cambio de chip vino con el final de la primavera, sus escarceos polémicos con el Barça, su renovación millonaria con el Real Madrid. Nada menos que cinco años, lo que nunca en su carrera. «Cuando firmas un contrato en el mejor club del mundo, te viene mucha responsabilidad. Por eso me veis muchas veces queriendo jugar 40 minutos cada día, y me enfado a veces con Chus. Un contrato más largo, más responsabilidad», reconocía ayer, asumiendo su liderazgo, su ascendencia sobre el resto. Y reconociendo de quién lo aprendió. «El Dios se llama Sergio Llull. Él, el Chacho, Rudy... me han enseñado que se puede liderar en muchas otras cosas. Y lo estoy intentando. Enseñando una nueva versión. También quiero ser líder cuando equipo está mal y pierde», concedió en sala de prensa.
Hezonja, felicitado por sus compañeros en el banquillo.ACB PHotoMUNDO
Donde también habló de su trabajo «mental», que nació cuando estaba tan mal en la NBA que pensó en dejarlo todo. «En cuanto a lo de antes del partido, llevo practicándolo en algunas ocasiones desde hace tiempo. Creo que eso también me ayudó a llegar a un nuevo nivel: aprender a no volverme loco con ciertas cosas y a cuidar mi mente tanto como mi físico. Me fue bien en Grecia, me fue bien en Rusia...».
Hezonja, antes del partido contra el Manresa.ACB Photo
Hezonja se postula para MVP, algo que aún no ha sido con el Real Madrid. Sus 24 puntos y seis rebotes impulsan su candidatura, aunque él sólo quiera saber de lo colectivo. Asentía en sala de prensa (no quiso irse al vestuario, por respeto) cuando su entrenador, al lado, elogiaba el trabajo de Andrés Feliz, Garuba o Ndiaye. Y se ruborizaba con sus palabras hacia él. «Para empezar, es un jugador extraordinario», comenzó Chus Mateo. «Aporta muchísimas cosas, no solo en la cancha. Yo le tengo mucho cariño personal. Tiene un carácter efervescente que a veces le juega malas pasadas, va madurando poco a poco y dándose cuenta de donde está. Ese proceso lo está dando con nosotros. Ha ido de un lado para otro y estoy contentísimo de que haya encontrado un lugar para su familia. Este equipo no tendría sentido sin Mario Hezonja».