En la ikastola quería ser Iríbar, pero su aita le quitó la idea de la cabeza: «No tienes altura para ser portero, es mejor que juegues en otra posición». El niño probó de lateral y central con más voluntad que nivel. Xabier Clemente pronto asumió que no había heredado el talento futbolístico de su padre. El chaval decidió, con buen criterio, que era mejor dedicarse a los libros, pero sin olvidarse del balón. Lo suyo fue la preparación física y en eso ya es un símbolo de este Athletic que hoy busca la final de la Copa del Rey.
El hijo del emblemático seleccionador es una valiosa pieza en el organigrama técnico de Ernesto Valverde. Es el guía de la intendencia, el bálsamo de los leones heridos. Xabier (49 años, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte) está integrado en el área de Readaptación del club de San Mamés. Su actividad consiste en trabajar y recuperar a los jugadores lesionados, los que no viajan y se quedan en Lezama. Una ocupación que precisa conocimientos técnicos, médicos y psicológicos. Iñaki Williams, Muniain, Raúl García, Yeray o De Marcos están muy agradecidos. Sin él, sus respectivos periodos de baja habrían sido más espinosos.
«Xabier es tranquilo, metódico y más listo que yo. Nunca se mete en líos», dice Javier Clemente, que atiende la llamada del periodista interesado en descubrir a un tipo que prefiere quedar en un segundo plano. «Xabier no habla con la prensa, no se busca problemas. Desde pequeño observó todo lo que yo he pasado. Él es muy bueno en un trabajo complicado, para hacer lo que él hace hay que tener buen humor», dice el entrenador que ganó las Ligas 1982-83 y 1983-84 con el Athletic.
Xabier conoce todos los secretos de Lezama. Creció y se formó donde su padre fue un ídolo. Estudió Químicas, se licenció en INEF, en Vitoria, y estuvo becado en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Fadura. En julio de 2002 ingresó en el club como preparador físico de cadetes y alevines. Desde entonces permanece en Lezama, con sólo el paréntesis de la temporada 2010-11, cuando su padre le reclamó como preparador físico de Camerún. «Le llevé conmigo porque necesitaba alguien de confianza y porque él ya tenía muchos conocimientos sobre preparación física», explica Javier Clemente, que no consiguió clasificar a Camerún para la Copa de África.
Xabier pronto se ganó el respeto de los jugadores y técnicos, que entendieron que no era un enchufado. Luis de la Fuente le requirió como preparador físico del Bilbao Athletic en 2009. «Supongo que algunas veces le habrá perjudicado ser el hijo de quien es, pero él ha sabido seguir su propio camino», recalca el aita Clemente. Desde 2007, Xabier trabajaba para el primer equipo. En aquel año se ocupaba de la preparación, entre otros, de Aduriz, Del Horno, Iraola, Etxebarría y Javi Martínez. Ha estado a las órdenes de entrenadores como Caparrós, Bielsa, Marcelino, Ziganda o Berizzo.
Valverde, que tras fichar por el Athletic se llevó a su propio preparador físico, José Antonio Pozanco, mantiene permanente contacto con Xabier para conocer el estado físico de sus jugadores. En las últimas semanas ha trabajo intensamente con Nico Williams para que hoy salga contra el Atlético de Madrid en plenitud de condiciones. En el departamento de Readaptación comparte mesa con Imanol Martín.
«En Lezama tienes que estar a las necesidades que aparezcan, una veces te ocupas del juvenil, otras del segundo equipo y otras del primero. Hay que amoldarse, y eso Xabier lo hace bien», señala Javi Clemente.
Xabier, que tiene dos hijos y vive en Lejona, huye de los focos y la notoriedad, sus apariciones públicas son mínimas, un par de breves entrevistas en ETB y ya está. Hace unos años en la televisión vasca decía que siempre será un hijo agradecido: «Toda mi infancia ha estado relacionada con el fútbol, viendo los entrenamientos de aita. Ir todos los fines de semana a Lezama era sagrado. Llevar este apellido es un orgullo. Que me reconozcan por mi aita es síntoma de que él ha hecho bien las cosas. Él nunca me ha quitado la ilusión por hacer algo, al contrario, me ha animado a seguir mi camino». También reconocía que ha sabido protegerse de los ataques generados por la herencia de su padre: «Es verdad que las críticas pueden afectar al entorno familiar. En el fútbol hay gente con muchas opiniones, pero nunca han conseguido sacarme de mis casillas».
Xabier Clemente, el hijo discreto y readaptador de leones.