«¡Aquí estoy yo!» Un grito para sí mismo y para quien quisiera escucharle cuando observó que la victoria era suya. No había medalla de por medio, no había siquiera final, pero ganar sienta bien, da confianza, y especialmente si es la primera vez. Mohamed Attaoui se lo repitió, como si se tratara de la terapia de un ganador, después de los nervios que había pasado en la cámara de llamadas. Ahí es donde muchos atletas pierden la carrera. Attaoui lo temía. Por eso necesitaba correr, soltarse. La semifinal de 800, una de las pruebas más caras del atletismo en París, le aguarda.
Ganar una primera serie puede no decir nada o puede decir muchas cosas. La que ganó Attaoui habla de este joven atleta, de 22 años, como un tipo que a la calidad añade ya las marcas y la ambición. Levantó el dedo en la meta como hacen los que no temen a los desafíos personales. Los retos empiezan por uno mismo. Acabó en 1.44.81 y con mucho margen. De hecho, es de más de dos segundos, una barbaridad en el 800, ya que esta temporada ha establecido un nuevo récord de España con 1.42.04. Se trata de la cuarta mejor marca internacional de un curso en el que los tres que han corrido más rápido que el español lo han hecho en menos de 1.42. Hasta 11 se encuentran por debajo de 1.43, hecho que aventura una semifinal y una final rapidísimas. Los que tienen esos tiempos en las piernas no quieren tráfico en las dos vueltas. Al diablo la estrategia. A correr sin trampas.
Ben, a la repesca
Attaoui, nacido en Marruecos pero español desde 2021, a pesar de que reside en Torrelavega desde los seis años, se ha convertido en meses en una de las opciones al podio del atletismo español en una prueba tan selectiva que, en las primeras series de calificación, envió a la nueva repesca a Adrián Ben, quinto en Tokio, y Elvin Josué Canales. El 800 va demasiado rápido.
Este inesperado as de la pista se añade al hispano-cubano Jordan Díaz, formado deportivamente en la isla y nacionalizado por Carta de Naturaleza en 2022, que sólo se dejó ver en la calificación de triple. Un salto basta para entrar en la final. No es necesario desgastarse más. Con 17,24 rebasó la distancia exigida para entrar en la final (17,10) y se fue para la Villa Olímpica, al igual que los que serán sus principales rivales en la final, Pedro Pichardo (17,44) y Zango Hughes (17,16). Todos se dejaron muchos centímetros en la tabla, hasta 22 Pichardo.
La final va a exigir superar los 18 metros, como sabe Jordan, que ya ha llevado hasta los 18,18 su marca y nuevo récord de España. A los 23 años, tiene tiempo para atacar el récord del mundo (18,29). La rivalidad que mantiene con Pichardo, otro cubano nacionalizado portugués, es un buen caldo de cultivo.
Jordan Díaz saltó con un vendaje en su pierna derecha, aunque ya lo ha llevado en otras competiciones. «Tenía que soltar la adrenalina y ya lo he hecho, después de una semana en la Villa sin competir. Me he sentido bien, en forma», dijo. El triplista y Attaoui son los dos ases con los que el atletismo español cuenta para llegar al podio en la pista de Saint Denis, que, ayer, rindió homenaje al dúo de oro de la marcha española en la entrega de medallas.
Asier Martínez, fuera de la final
Hay otros que, como Jordan Díaz, definieron su acceso a las finales, aunque sus opciones de subir al podio sean muy complicadas. Es el caso del vallista Quique Llopis, segundo en su semifinal con 13.17. No lo consiguió, en cambio, Asier Martínez, finalista en Tokio, pero que ha llegado a París tras una temporada complicada. Las vallas españolas, sin embargo, mantienen a un finalista, en la tradición que iniciaron Javier Moracho y Carlos Sala en Moscú’80 y Los Ángeles’84.
Yulenmis Aguilar, también cubana nacionalizada, estará en la final de jabalina, con el objetivo de lograr un diploma, y Thierry Ndikumwenayo fue recalificado para la final de 5.000 de tras prosperar la reclamación del equipo español tras una caída que le impidió terminar la carrera.
En la única final de la jornada con participación española, los 3.000 obstáculos, Dani Arce concluyó décimo, a dos puestos del diploma, en una prueba a un ritmo alto desde el principio y que dominó el marroquí El Bakkali, que repite oro olímpico y una gran tiempo de 8.06.05.