Paul Pogba no podrá disputar el Mundial 2022 por culpa de una lesión en la rodilla derecha que le mantiene de baja desde el pasado abril. La ausencia del centrocampista de la Juventus, de 29 años, se suma por tanto a la de N’Golo Kanté, otra figura clave en el título de la selección de Didier Deschamps en 2018.
“Tras las pruebas médicas de ayer (domingo) y hoy (lunes), es extremadamente doloroso informar que Paul necesitará todavía rehabilitación después de su operación (a inicios de septiembre). Por esta razón, no podrá unirse al equipo de Francia en Qatar”, precisó Rafaela Pimenta, su abogada y agente, a través de un comunicado.
Los exámenes realizados en Turín y Pittsburgh (Estados Unidos) confirmaron la baja del francés para un torneo que arranca el próximo 20 de noviembre. “Si los deseos piadosos pudieran cambiar las cosas, Paul habría jugado mañana. Pero lo que cambia las cosas es el trabajo, la resiliencia y la disciplina, lo único que hay en su cabeza durante estos difíciles momentos”, añade Pimenta.
Sobrecarga muscular
Este anuncio se produce pocas horas después de que Pogba sufriese una sobrecarga muscular en la pierna derecha, justo cuando se había reincorporado a los entrenamientos colectivos y acortaba plazos para volver a las convocatorias de Massimiliano Allegri.
El centrocampista aún no ha podido estrenarse con el club donde ya militó entre 2012 y 2016, conquistando cuatro títulos consecutivos de la Serie A y dos Copas de Italia. En total, 34 goles y 40 asistencias a lo largo de 178 partidos con los bianconeri. En el verano de 2016 fichó por el Manchester United a cambio de 105 millones de euros, una cifra récord para el club de Old Trafford. Sin embargo, durante sus seis temporadas como red devil rara vez encontró la continuidad en su juego.
Pendientes de Varane
Para los bleus, que debutan el 22 de noviembre ante Australia, este revés se añade a la ausencia de Kanté, operado hace dos semanas de un problema en los isquiotibiales de la pierna derecha. El mediocentro del Chelsea se perderá los próximos cuatro meses de competición.
Otra gran duda para Deschamps pasa por la recuperación de Raphael Varane, lesionado hace unos días en el muslo derecho durante un partido de la Premier en Stamford Bridge. “Creo que sí llegará a la Copa del Mundo, aunque aún habrá que esperar a su evolución”, adelantó el pasado miércoles Erik ten Hag, entrenador del Manchester United.
Enhorabuena al Madrid. Otro título más para el museo. El decimoquinto para Carlo Ancelotti, que consigue un armisticio, quizá hasta febrero. Lo que no me queda claro es si ha sido un regalo de la FIFA o un premio por ser el equipo blanco campeón de Champions y de la Supercopa.
En todo caso, el regalo sería otro paso hacia la instalación perpetua en el cielo. En fútbol no es azul, es blanco. Muy blanco, como la camiseta del Madrid. Ya no es una le
Hazte Premium desde 1€ el primer mes
Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web
La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha rechazado el recurso de Luis Rubiales y ha confirmado la condena al ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol a una multa con una cuota de 20 euros al día durante 18 meses por el beso no consentido a la futbolista Jenni Hermoso.
La Sección Cuarta del Tribunal mantiene, no obstante, la absolución del delito de coacciones al dirigente y al resto de acusados en el procedimiento: Jorge Vilda, exseleccionador femenino, Albert Luque, exdirector de Fútbol de la sección masculina y Rubén Rivera, responsable de marketing de la Federación.
Además del recurso de Rubiales, la sala también ha resuelto los presentados por la Fiscalía de la Audiencia Nacional y las acusaciones particular y popular manteniendo la confirmación íntegra de su sentencia del pasado 20 de febrero.
Se mantiene la confirmación de la orden de alejamiento de Rubiales respecto a Jenni Hermoso en un radio de 200 metros así como cualquier otra comunicación con la víctima en el espacio de un año. Pese a la petición de 50.000 euros por parte de las acusaciones en concepto de indemnización, la Audiencia mantiene el importe en 3.000 euros más los intereses generados en este periodo.
Se confirman así los hechos probados en la sentencia respecto a la agresión sexual sufrida por la jugadora durante la entrega de medallas del Mundial de Australia en 2024, en el que la selección española de fútbol femenino se proclamó campeona. Así como que la futbolista no sufrió ningún tipo de coacciones en el retorno del equipo nacional a España ni tampoco en el viaje posterior a Ibiza, como premio a la consecución del título.
«¡Yaaa, Lexus, amigo mío!». Juan Matute (Madrid, 1997)chasquea la lengua, palmea con tanta firmeza como cariño el cuello de su caballo, al que monta en una danza hipnótica bajo el sol primaveral. «Tiene nueve años, es el Lamine Yamal de esto», presume el jinete español, hace un momento a lomos del tordo Navaltocón, otro ejemplar de una belleza sublime. Fue una mañana como esta, en el cuadrilongo cubierto del Centro Ecuestre Sun Point, cuando hace poco más de cinco años Juan volvió a nacer. «El regalo», le gusta llamarlo al jinete.
«El 5 de mayo de 2020 estuve al borde de la muerte. Desde entonces tengo dos cumpleaños. Esa fue mi segunda oportunidad de la vida».
Aquella era la primera vez que, en pleno confinamiento por la pandemia, Juan pudo acudir a entrenar con sus caballos a la finca de Arroyomolinos. Los Juegos de Tokio habían sido pospuestos por el coronavirus, pero seguía latiendo el anhelo de imitar al padre, una leyenda Juan Matute senior de la doma clásica española, olímpico en Barcelona, Atlanta y Sidney (en Pekín, con Juan ya nacido, acudió como suplente). Bajo su mirada ejecutaba el movimiento estrella, el passage piaffe, encima de Guateque IV. «Estábamos ya terminando. Le di un respiro al caballo y estábamos descansando, cuando me empecé a marear, a perder el campo de visión. Una sensación de náuseas. Gracias a Dios mi padre estaba a pie de pista y me dijo que me bajara del caballo. El accidente hubiera sido fatal. Según me senté en el suelo, el dolor de cabeza fue brutal. Grité: '¡Mi cabezaaaa!'. No recuerdo absolutamente nada más». Había sufrido un gravísimo derrame cerebral.
Matute, con otro de sus caballos, en Arroyomolinos.Angel Navarrete
Lo que siguió, en palabras de Juan, al que se lo contaron mil veces porque lo olvidaba, que todo lo repasa con una sonrisa y todo lo apoya en una fe que el proceso despertó -«antes del accidente era más bien tibio, de ir a misa de vez en cuando. Después, llegó mi conversión al camino de la verdad. Obró el milagro el Jefe»-, fue de «película de terror».
Ambulancias, policía, un helicóptero que lo trasladó al Hospital La Paz. «Todo por un chavalín sano de 22 años que hacía su deporte». Que venía sufriendo desde días atrás intensos y extraños dolores de cabeza, «punzantes en el ojo izquierdo». Asomaba una malformación de nacimiento, arteriovenosa congénita. Le operaron de urgencia pero no funcionó y quedó en estado crítico. «A mis padres les llegaron a preguntar si yo era donante de órganos. Ellos pensaban que me habían dado por muerto. Pidieron a un sacerdote que me diera el último sacramento, la extremaunción», pronuncia con frialdad, antes de relatar, ahora sí con emoción, el siguiente milagro, «la llamada de Estela, una conocida del mundo de la hípica». Que les habló del doctor Claudio Rodríguez y su equipo, de la Fundación Jiménez Diaz, de su experiencia en operaciones intravenosas. «Había visto las imágenes y creía que podría conseguirlo. Mis padres se agarraron a ese clavo ardiendo. Me pudieron trasladar dos días después, cuando bajó la presión intracraneal. El 9 de mayo fue la segunda operación». Cuatro horas en el quirófano a vida o muerte. 25 días en coma.
La mañana que volvió a la hípica, meses después, sus caballos se asustaron. Pesaba 55 kilos y sufría hemiparesia. «Fue emocionantísimo. Los caballos me miraban raro. Olía a medicina. Emitía un aroma extraño para ellos, que son tan sensibles. Y andaba como un robot, no me reconocían». No tardó en volver a subirse, en volver a caerse también. «Mi lado derecho estaba paralizado. Si en nuestra disciplina ya es complicado, ahora me faltaban recursos. Habilidad. Mi padre me gritaba: '¡Juan, levántate, inténtalo de nuevo!'».
Juan Matute, con Lexus, en Arroyomolinos.Angel Navarrete
No iba a ser la última caída para un chico de 22 años, 10 de ellos viviendo en Florida, que había visto cómo todo se truncaba sin previo aviso. El niño que desde los seis practicaba la hípica -«empecé en la categoría de ponis, en la disciplina contraria, los saltos de obstáculos»-. Que fue campeón de Europa juvenil en 2015. Y que descubrió «el trallazo» de que lo cotidiano se convirtiera en pesadilla, de sufrir hasta «en la tontería más absurda». «No podía peinarme por mí mismo, no podía sonarme los mocos. Tenía que ir en silla de ruedas, me tenían que dar de comer, me duchaban...». Llegaron las nubes negras, la depresión. «Cada mañana me despertaba queriendo tirar la toalla. Estaba rendido, deprimido. 'Que me deje todo el mundo en paz, que ya he sufrido suficiente. Adiós'. Mi madre me decía: 'Hazlo por todas esas personas que no lo han podido superar como tú'». Trabajó con psicólogos, se refugió en la familia y en la iglesia, hasta apreciar lo que él llama «la belleza de la superación diaria».
Juan cuenta todo esto, tan reciente, con una naturalidad que contagia. Sonríe a la vida y persigue con ahínco su sueño olímpico, cada día más de ocho horas con sus caballos. Con sus cuidados, con su entrenamiento. «Todo en la doma es arte, tacto ecuestre. Es un talento, poder compenetrarte con otro ser, con otro animal. Que no es depredador, es más bien presa, un animal de huida. Por lo que tiene que confiar en el jinete. Y eso lleva a la compenetración. Al resultado», cuenta de sus compinches equinos, como «amigos íntimos» con los que quiere triunfar. Y eso que... «Al 100% nunca se recupera uno. Es mucha herida la que me causó el derrame. Hay una facetita que me obliga a superarme cada día, desde la humildad», desvela, sin querer dar más detalles.
Un año después del accidente, aún en plena recuperación, ya se quedó a las puertas de los Juegos de Tokio. Como tres años después a las de París. Y ahí sigue el escudo que llevó su padre, que pretende bordarlo en su propio frac olímpico, porque «a la tercera va la vencida». Los resultados ilusionan. Matute ganó a finales de 2024 en Frankfurt con Lexus, un Gran Premio Internacional Cinco Estrellas, "mi mayor hazaña hasta el momento". También de su récord (69,8% y victoria) con Navaltocón después en el Jarama. Y del Campeonato de España, hace unos días, donde estuvo al borde de otro triunfo. Fue plata en el segundo día de la competición en la prueba de la Intermedia 1 con Formentor (otro de los caballos de su equipo de competición). Con Lexus fue sexto en la final de la prueba grande. «Con margen de mejora y mostrando grandes cualidades y potencial. Recibí comentarios muy optimistas por parte del jurado», relata. Lo siguiente, este mismo año, será el Campeonato de Europa. Y en 2026, el Mundial.