Líder de la Euroliga, líder de la ACB, campeón de la Copa del Rey, el Real Madrid podría ser juzgado y analizado como uno de los grandes de la temporada, pero una serie de imprevistos accidentes de recorrido, cuando apenas empieza marzo, han alimenta
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El presidente de LaLiga, Javier Tebas, afirmó que su "objetivo es que no haya más Mundiales de clubes" y que la única manera es eliminarlo del calendario ya que los partidos les parecen "de pretemporada", al término de una ponencia en la ESADE Business School de Madrid.
"Eliminándolo. Mi objetivo es que no haya más Mundiales de clubes, no hay fechas. No hace falta otra competición más. No hay más dinero en el mundo de los derechos audiovisuales. Lo que hay que hacer es mantener el ecosistema y eliminarlo. Hay que mantener la sostenibilidad del fútbol. No lo estoy viendo. Ayer vi un poco del Chelsea y me pareció un amistoso de verano, no vi intensidad en los 25 minutos que vi del encuentro", explicó Tebas.
Sobre la posibilidad de que Atlético de Madrid y Real Madrid inicien más tarde la competición de Liga, Javier Tebas confirmó que lo han solicitado, pero todavía no existe ningún acuerdo y esperarán a observar su evolución en la competición.
"Hay un convenio colectivo que dice tres semanas de vacaciones. Que yo sepa los equipos de la Premier o de la Bundesliga van a empezar como siempre. Si el Real Madrid o el Atlético de Madrid ganan o llegan a semifinales, van a ganar 120 millones de euros. ¿Vamos a tener que empezar más tarde porque vienen cansados? Esto está bien. Hay que pensar en el resto de clubes. Han pedido, aún no ha habido respuesta", sentenció Tebas.
El fútbol, demasiadas veces, es cruel para los porteros. De nada le sirvió a Paulo Gazzaniga firmar grandes intervenciones ante Ousmane Dembélé o Achraf Hakimi. Justo cuando parecía que nada ni nadie podría evitar que el Girona se llevara un punto de París en su gran estreno en la Champions, el argentino no logró atrapar un disparo de Nuno Mendes que, tras pasar el balón entre sus piernas, acabó por convertirse en el gol que le daría el triunfo a un PSG que se las había visto canutas hasta entonces para batir al portero. [1-0: Narración y estadísticas]
El gesto del portero, desencajado, desconsolado, llevándose sus enguantadas manos a la cara consciente de lo caro que había salido su error, quedará marcado para siempre en la historia del equipo de Míchel.
Los estrenos siempre son complicados. Muy especialmente, ante a un PSG que, sin Mbappé, sigue siendo un rival temible. El equipo que de Luis Enrique manda con puño de hierro en su liga, contando sus partidos por victorias y sumando 16 goles a favor y solo tres en contra. Con esas premisa, no es nada raro que el conjunto parisino tardara nada y menos en meterle el miedo en el cuerpo al Girona con una incursión de Barcola que la defensa visitante acabó por desbaratar como pudo. De poco les sirvió a los de Michel responder poco después por medio de Bryan Gil. Los locales consiguieron mandar en la posesión a lo largo de unos primeros 45 minutos en los que se acercaron con serio peligro a las inmediaciones de un Gazzaniga que, pese a todo, no se vio demasiado exigido bajo los palos. El PSG llegaba, pero le faltaba finalización. El Girona, mientras, tuvo que esperar para silenciar, al menos por unos instantes, la grada del Parque de los Príncipes. Su posesión más larga no sólo le permitió reconciliarse con sus esencias, sino que culminó con un centro cargado de intención que Safonov, relevo bajo los palos del lesionado Donnarumma, le quitó prácticamente de la cabeza a un Stuani que ya se relamía pensando en el remate.
Luis Enrique, durante el partido.FRANCK FIFEAFP
Las cosas se le complicaron un poco a Luis Enrique con la inesperada lesión muscular de un Marco Asensio que, de hecho, había protagonizado una de las muchas llegadas de los parisinos al área conraria. La entrada en el terreno de juego de Kolo Mouani, no obstante, no contribuyó en primera instancia a cambiar decisivamente un panorama que acabó con la primera parte marchándose al descanso sin que ni unos ni otros lograran hacer subir por lo menos un gol al marcador. El Girona, eso sí, tenía al menos en parte el consuelo de haber sobrevivido a un acoso en toda regla de un PSG que, de haber encontrado una opción de remate clara, podría haberle amargado su tan deseado debut en la máxima competición europea. Algo que, apenas unos pocos años atrás en el tiempo, parecía poco menos que una quimera y que se hizo realidad con una temporada 2023-24 de ensueño para los gerundenses.
Tras el descanso, el PSG y el Girona empezaron a lanzarse golpes para deshacer la igualada en unos primeros minutos del segundo tiempo en que la mejor ocasión pasó por las botas de un Dembélé tan voluntarioso como desesperante. El ex azulgrana, con el rival volcado en el área parisina, cruzó casi medio campo con el balón controlado sólo para ver cómo Krejci, inasequible al desaliento y sin hacerle falta, acababa por rebañarle el esférico justo cuando se plantaba solo ante Gazzaniga en una acción defensiva tan valiosa como un gol. Volvería a intentarlo poco después el Mosquito, con un disparo lejano que acabaría por morir en manos del meta argentino, tan solvente como de costumbre a pesar de algún que otro titubeo. Por lo menos, hasta el final y, sobre todo, frustrando de nuevo al francés cuando trató de sorprenderlo buscando la escuadra. De nada le sirvió tampoco pedir penalti por mano, no sancionado por el árbitro al entender que su posición era natural.
Con los locales cada vez más nerviosos, el Girona podría haber encontrado sus opciones para enmudecer completamente al Parque de los Príncipes, en un ocaso en el que Kolo Mouani y Achraf rozaron también el gol. A la postre, sería Mendes, en el añadido, quien acabaría por aprovechar el único gran error de Gazzaniga para condenar a los gerundenses a marcharse de vacío de París.
Aryna Sabalenka tiene un problema. Es la mejor tenista del mundo, una fuerza desmedida golpeando la bola, quien más se ha acercado al juego de Serena Williams. Pero no soporta que le respondan. Pese a su progresión en los últimos años, desde que llegó al circuito WTA necesita vencer por KO en todos sus partidos. Ganadora de dos Open de Australia y un US Open, lo habitual es que sus rivales se marchen de la pista mareadas, con algún 6-0 en contra y sin saber muy bien qué ha pasado. Pero cuando eso no ocurre, Sabalenka se desespera rápido. Por eso todavía no ha vencido en Roland Garros ni en Wimbledon.
Este sábado Coco Gauff le arrebató el título en París con un ejercicio de defensa, madurez y tenis que acabó con un 6-7(5), 6-2 y 6-4. La estadounidense, mucho más joven, 21 años por los 27 años de Sabalenka, demostró que está más preparada para brillar en un gran escenario. Mientras la bielorrusa fallaba golpes y más golpes -acabó con 68 errores no forzados, una cifra histórica-, Gauff resistía una y otra vez.
Muchas veces pudo rendirse la estadounidense y muchas veces ese levantó para seguir en la pelea. En el partido no hubo control ninguno, se acumularon hasta 15 'breaks' entre ambos lados, pero ella siempre mantuvo la serenidad que le faltaba a su rival. Bajo las bombas de Sabalenka aguantó muchos intercambios para acabar con un pasante, o una dejada, o lo que hiciera falta. Después de aquel US Open de 2023 que le descubrió cuando sólo era una niña, Gauff ha demostrado que su lugar está entre las mejores del planeta.
Hubo un momento clave en el que Sabalenka empezó su descenso a los infiernos. En el primer set dominaba el marcador por 4-1 y 40-0, es decir, contaba con dos roturas a su favor, pero Gauff le remontó ese juego y ahí cambió todo. Otro paseo de la bielorrusa iba a ser. Pero se convirtió en un sufrimiento. Durante algunos minutos pareció recuperada, más con su actuación en el tie-break de ese periodo inicial, pero su mente ya jugaba en su contra. En el segundo y tercer set falló cada punto decisivo, siempre que no tocaba, hasta caer derrotada.