El Betis empató en casa del Dinamo Zagreb, quedó eliminado de la ronda previa a los octavos de la Conference League y consumó un nuevo e inesperado fracaso en Europa. El equipo verdiblanco decepcionó, a pesar de adelantarse con una genialidad de Cédric Bakambu, quien marcó de tacón en el minuto 38, pero en la reanudación igualó Takuro Kaneko y a partir de ahí, en un partido muy discreto, fue incapaz de reaccionar con un juego rácano en ataque, sin dinamismo y sin ocasiones claras. [Narración y estadísticas (1-1)]
Los béticos se lo jugaban todo a una carta en el Maksimir, donde el Dinamo defendía su ventaja de hace una semana en el Villamarín (0-1), tras una pésima actuación del conjunto de Manuel Pellegrini. El técnico arrastraba 11 bajas por la lesión de cinco futbolistas, la no inscripción de otros cinco en este torneo y la sanción de Germán Pezzella, la más sensible de entre las recientes y que obligó a retrasar su posición a Marc Roca.
Con un fútbol poco fluido, eso sí, el Betis puso en apuros a la zaga croata, sobre todo por medio de Ez Abde y Nabil Fekir. Poco antes del descanso encontró el premio, ayudado por un grave error de Mauro Perkovic en una internada por la derecha de Aitor Ruibal, quien centró raso y Bakambu, muy cerca de la portería, hizo ‘magia’ y desvió el balón con un sutil taconazo.
Igualdad e incertidumbre
En la reanudación, el goleador -último fichaje verdiblanco- se quedó en el banquillo por unas molestias y fue suplido por Willian José. A los pocos segundos, Fekir tuvo el segundo tras una incursión de Abde, pero, con todo a favor, remató mal y su intento lo interceptó un defensa. Con mucha igualdad e incertidumbre, al conjunto andaluz le faltó más empuje, más verticalidad y también claridad de idas para desnudar el sólido sistema del Dinamo, ya que hombres desequilibrantes como Abde o Fekir perdieron presencia.
El cuadro croata se defendía sin pasar apuros y no renunciaba a buscar el área de Rui Silva. Así, en un rápido ataque, Arbër Hoxha, muy incisivo por la izquierda, superó a su par y su centro al área chica lo remachó a gol Kaneko, llegando desde atrás y anticipándose a Juan Miranda, para hacer el 1-1 al filo de la hora de juego.
Los béticos apenas generaron ocasiones claras, salvo en una falta directa de Fekir que paró sin problemas Ivan Nevistic casi al final. Además, pudo ser aún peor, pues Urs Schnyder pitó penalti por una entrada de Héctor Bellerín sobre Hoxha, aunque finalmente, avisado por el VAR, lo anuló tras ver la acción en el monitor. En los últimos minutos, el Betis fue incapaz de meter miedo, ni con opciones de forzar la prórroga y consumó su despedida de Europa en una noche muy decepcionante.
Lucas Sáez-BravoEnviado especial MálagaEnviado especial MálagaActualizado Domingo,
18
febrero
2024
-
00:59Esta tarde (18.30 h., Movistar Plus+) en el Martín...
Llegaba el Inter en octavos de Champions, último finalista de la competición, sin perder desde septiembre, salvo un duelo en Coppa ante el Bolonia. Con una riqueza táctica y técnica que impresionaba en Europa. El partido de San Siro para el Atlético de Madrid fue como una visita al dentista salvada por Oblak, como anestesista, y por una gran falta de acierto italiano. Entonces, el éxtasis en la vuelta en el Metropolitano, de nuevo con el esloveno como héroe.
El Atlético de Madrid volvía a hacerlo. Como ante el Chelsea en 2014, el Bayernde Múnich en 2016 y el Liverpool en el 2020, el equipo rojiblanco se sobreponía a una presunta inferioridad sobre el papel para salir victorioso, aunque fuera en la agonía de la tanda de penaltis. "Gran parte de los logros del Atlético son mentales, ante los grandes se motivan", explica a EL MUNDO el ex guardameta rojiblanco, Abel Resino.
Una de las primeras gestas futbolísticas fue la remontada ante el Chelsea de Mourinho en Stamford Bridge en 2014. Era el acceso a la primera final de la Champions del Cholo y la segunda en la historia del club. Los pupilos del argentino tuvieron que sobreponerse no sólo al empate a cero del Calderón en la ida, sino a que 'su Niño', Fernando Torres, adelantara a los blues en la primera media hora del encuentro.
"Sentíamos que podíamos con cualquiera. Habíamos ganado todo y nos faltaba la Champions. Fuimos muy superiores, a pesar de que ellos se adelantaran", cuenta Mario Suárez, uno de los mediocentros titulares del conjunto rojiblanco. Adrián y Diego Costa de penalti darían la vuelta al marcador, Arda Turán remataría al Chelsea y encargaría el ticket para la final de Lisboa, que se terminaría perdiendo con el Madrid.
Adrián tras marcar al Chelsea.
El viaje a la segunda final del Cholo conllevaría otra semifinal que asombraría al mundo y daría cuenta de la capacidad de resiliencia del conjunto rojiblanco. Sería, además, frente al Bayern de Guardiola en 2016. Saúl hizo en la ida en el Calderón uno de los goles más bonitos de la historia de la Champions y, probablemente, el más importante de su carrera. Con esa exigua ventaja llegaba el Atlético a Múnich a sufrir uno de los mayores asedios de la historia de la competición.
"Fue un ejercicio de fe", apunta Suárez, "saber que para ganar y conseguir el objetivo hay que sufrir", añade. El Bayern tuvo un 73% de posesión y realizó 33 remates, pero sólo consiguió vencer por dos goles a uno con Griezmann y Oblak como héroes de la noche y se hizo bueno el valor doble de los goles fuera de casa. "El equipo ante los grandes tiene que saber en todo momento lo que tiene que hacer. No puede salir a tumba abierta. Hay que realizar un juego defensivo sin fisuras", apunta Resino.
Saúl tras su gol al Bayern.MARCA
De nuevo, la alegría que lleva a la decepción de perder la segunda final consecutiva ante el Real Madrid. En un club en el que, tras otro palo, entraron las dudas desde la cúpula hasta el banquillo pero, como dice Abel Resino, solo había que tener un poco de memoria. "El cambio que produce la llegada de Simeone es como el día y la noche. La gente que dice que ya ha pasado no se acuerdan de cómo era el club antes de él. No se entraba en Europa, se quedaba décimotercero...", apunta.
Y es cierto que desde la llegada del argentino hay más Chelseas, Bayerns y otras gestas; como la del Liverpool en el año de la pandemia, con esa remontada épica en Anfield por dos goles a tres con aquel doblete de Llorente in extremis y el gol de la victoria de Morata; que decepciones. "A nivel emocional estos partidos de Champions te sacan lo mejor", comenta el ex futbolista rojiblanco Filipe Luis, presente en Stamford Bridge, pero apunta también el bajón mental que se produce tras estas grandes exigencias.
Las decepciones
Filipe se refiere a los partidos ligueros entre eliminatorias europeas, pero esa relajación quizás también afecte al equipo ante retos más sencillos en Europa. De hecho, todos los equipos querían el pasado 15 de marzo que le tocase la bola del Borussia de Dortmund en el sorteo de los cuartos en Nyon. Era, a priori, el rival más asequible. Le cayó al Atlético y, a juzgar por la primera media hora en el partido de ida, parecía que iba a ser un paseo. Entonces, se relajó la tensión y, lo que iba a ser un partido de 3-0 terminó dos a uno, y gracias.
"No fue relajación, a lo mejor ese día con ese equipo no juegas bien. Tan fácil como que no metes las que tienes", explica Mario Suárez. Una explicación y una relajación que se extiende a otras sombras europeas como aquella fase de grupos en 2017 en la que el equipo rojiblanco no consiguió ganarle un partido al desconocido Qarabag y quedó tercero de grupo. Aunque luego se alzara ese mismo año con la Europa League ante el Olympique de Marsella.
Tampoco podemos olvidar la derrota ante el Leipzig en aquella Champions de la pandemia cuya fase final se jugó a partido único en Portugal. Y, por último, la mayor decepción europea del Cholo hasta la fecha cuando el equipo, el año pasado, no consiguió pasar de la primera fase de la máxima competición en un grupo en el que coincidió con el Brujas, el Oporto y el Leverkusen. "No es que el entrenador no consiga mentalizar, es que el propio técnico cree que ante ese tipo de partidos no hace falta hacerlo. No es lo mismo un partido ante un City que ante un Almería o Villarreal", apunta Resino.
Esta noche en Alemania el equipo deberá elegir qué cara poner, si la de las grandes noches europeas o la de las grandes decepciones. "El Atlético de Madrid tiene plantilla como para ganar la Champions y a eso se suma que los jugadores se lo llegan a creer", apunta Abel. Como dice el eslogan rojiblanco: "Nunca dejes de creer".
"Es el día de la marmota", escribía Paquito Navarro en sus redes sociales. Una de las caras más conocidas del pádel español reaccionaba así a la última guerra de su deporte. Por un lado, el pádel crece como casi ningún otro juego en nuestro país, en Europa y en diferentes partes del mundo, y por otro esa evolución camina de la mano de la controversia desde hace ya varios años. Primero con la batalla entre World Padel Tour, histórico circuito, y Premier Padel, la organización catarí liderada por Nasser Al-Khelaifi que ha terminado haciéndose con el pádel mundial bajo la promesa (y la creencia de jugadores y técnicos) de bañar en oro este deporte. Y ahora, apenas unos meses después de la llegada de Qatar, con el plante de los mejores jugadores del mundo a dos torneos (Gijón y Cancún) en mitad de una serie de reivindicaciones que han paralizado el circuito como nunca había sucedido.
Los jugadores, liderados por la Asociación de Jugadores de Pádel (PPA), decidieron no acudir hace unos días al torneo de Gijón, un evento que en el circuito es un P2, es decir, tercer nivel por detrás de los 'Major' y los P1. Y esto es importante para entender el porqué del momento de las reivindicaciones. En unos días se celebrará el torneo de Cancún, también un P2, y ahí, salvo Juan Lebrón y Franco Stupaczuk, los mejores jugadores del mundo tampoco estarán.
Las estrellas como Agustín Tapia y Artullo Coello o Ale Galán y Federico Chingotto (parejas número 1 y 2 del mundo), y también aquellos que están algo más abajo en el ranking, volverán a jugar en el P1 de Miami. ¿Por qué? Consideran que por contrato están obligados, aunque sus demandas no estén satisfechas en ese momento, y las marcas, que patrocinan a jugadores y torneos, presionan para que el espectáculo vuelva. Incluso se ha producido una llamada entre Ale Galán y Al-Khelaifi para intentar reconducir la situación.
Premier Padel, mientras, les acusa de "boicotear" los torneos, de "autodestruirse" y les advierte con posibles multas millonarias porque, según la organización, esos torneos P2 también son obligatorios para los primeros del ránking. Y aquí viene el inicio de la guerra. El contrato de 25 años firmado entre Premier y los jugadores en 2022, cuando la batalla entre el circuito de Qatar y World Padel Tour era gigante.
"Es el primer contrato que se firma con Premier Pádel y en teoría era transitorio porque tiene muchas lagunas", ha explicado esta tarde Jose Diestro, miembro de la Junta de la PPA. "Estábamos con una demanda de 25 millones encima (por parte de World Padel Tour) y se firmó deprisa y corriendo", ha asegurado, deslizando que "hay un nuevo contrato entre manos que está bloqueado y que sería la llave para todo esto".
En ese contrato, según el abogado de la PPA, "se dice que hay que jugar un mínimo de torneos, en otra página que todos y en otra algunos. Son cláusulas de libre interpretación". Pero el abogado de Premier Pádel, Roberto Álvarez, del despacho Cuatrecasas, declaró en Marca que "en ninguna cláusula se establece diferencia entre Majors, P1 y P2 y existe la obligación de jugar los torneos organizados por Premier Padel sin distinguir categoría".
Fuentes de ambas partes confirman a este periódico que llevan meses valorando añadir modificaciones y firmar un nuevo contrato, pero desde la Asociación de Jugadores se denuncia un "incumplimiento sistemático de compromiso" y que "el modelo actual es insostenible", como ha recalcado hoy Álex Ruiz, presidente del PPA.
Las peticiones de los jugadores
Pero, ¿qué piden los jugadores? Reclaman la reducción del número de torneos, que ahora mismo es de 20 y según ellos debería ser de 16. Esas cuatro semanas libres son claves para los deportistas tanto a nivel físico como económico. Descansarían de la competición y, a la vez, tendrían tiempo para acudir a exhibiciones que, en algunos casos, les reportan más dinero que los torneos.
Por otro lado, según explico Diestro, quieren "el cambio en el sistema de puntos". Ahora mismo hay bastante revuelo en el circuito porque por debajo de los torneos de Premier (Major, P1 y P2) están los torneos de la Federación Internacional de Padel (FIP), donde una victoria da incluso más puntos que llegar al cuadro final de un P2. "Pedimos cosas deportivas, no pedimos dinero. Queremos tener una regulación clara, saber con tiempo el tipo de cuadro, la cantidad de puntos y el premio de un torneo y que no cambien a poco de empezar. No pedimos dinero a nadie", aseguró Martín Di Nenno (número 6 del mundo).
Además del calendario y los puntos, los jugadores reclaman "un convenio entre la PPA y la Federación, seguridad jurídica ante cambios y ponerse al día con temas fiscales del acuerdo de 2022". "En definitiva, ser parte real del proyecto", terminó Diestro.