Natalia Antyukh, campeona olímpica de los 400 metros vallas en aquella cita, es sancionada. La única rusa que mantiene su primer puesto entonces es la saltadora Anna Chicherova, cazada años antes.
Diez años después de su celebración, los Juegos Olímpicos de Londres siguen arrojando a la playa desperdicios en forma de culpables de dopaje. El último, la rusa Natalia Antyukh, campeona de los 400 metros vallas. Una pena, pero no una sorpresa ni una novedad viniendo de donde viene. El oro pasa a la estadounidense Lashinda Demus. Asciende a la plata la checa Zuzana Hejnová; y al bronce, la jamaicana Kaliese Spencer. La decisión de la Unidad de Integridad del Atletismo es recurrible, y Antyukh no será oficialmente culpable hasta que se resuelva el correspondiente recurso, si es presentado en los próximos 45 días.
Pero nadie pondría ni la uña del dedo meñique en el fuego por la inocencia de la vallista. En Rusia diluvia sobre empapado. El país obtuvo en el atletismo de Londres ocho medallas de oro: Ivan Ukhov (salto de altura), Sergey Kirdyapkin (50 km. marcha), Mariya Savinova (800 metros), la ya mencionada Natalya Antyukh (400 metros vallas), Yuliya Zaripova (3.000 metros obstáculos), Anna Chicherova (salto de altura), Tatyana Lysenko (lanzamiento de martillo) y Elena Lashmanova (20 km. marcha).
Sólo mantiene una, la de Anna Chicherova. Incluso así, es considerado un oro sucio. Chicherova carga con sus propios pecados. Por tramposa se le anularon los resultados desde agosto de 2008 hasta agosto de 2010. Perdió, pues, el bronce de los Juegos de Pekín2008 y la plata del Mundial de Berlín2009. Pero, escapada por la gatera, mantiene el oro de Londres en una prueba en la que su compatriota Svetlana Shkolina, tan enfangada como la que más, fue desposeída del bronce, que recayó en Ruth Beitia, cuarta clasificada entonces.
El caso de Kenia
El dopaje no descansa. Kenia ha tenido en menos de dos semanas siete casos, entre los que destacan Marius Kipserem, ganador del maratón de Rotterdam en 2016 y 2019, Kenerth Kiprop, vencedor en los últimos medios maratones de Praga y Lisboa, y campeón de Kenia de 10.000 metros, y Diana Kipyokei, primera en el maratón de Boston de 2021.
Kipserem utilizó EPO. Kiprop, metasterona. Y Kipserem, triamcinolona acetónica, un glucocorticoide viejo conocido. Lance Armstrong y David Millar lo usaron. Bradley Wiggins se libró de recibir una sanción a causa de una controvertida exención por uso terapéutico de la sustancia.
En los últimos años se ha venido hablando de que en Kenia no es oro todo lo que reluce. Veinticinco kenianos han sido “pillados” en lo que llevamos de 2022 y 52 están actualmente cumpliendo sanciones de diversa importancia y duración.
