El Potro Salvaje del pelotón español exhibe su fortaleza en la clásica del mar de olivos. Oier Lazkano (Movistar), campeón de España en ruta, sucede a Tadej Pogacar en la carrera de Jaén Paraíso Interior, la prueba creada por Pascual Momparler que se abre paso en el calendario internacional con letras de molde gracias a su atractivo recorrido sembrado de exigentes tramos de grava, el temido sterrato. Oliva de oro para el fenomenal ciclista vitoriano.
Lazkano, un corredor de cerca de un 1,90 metros, con poderosas piernas, planteó una batalla larga a un pelotón integrado por ilustres representantes. El vitoriano de 24 años lideró una fuga a falta de 90 kilómetros de la meta. Una escapada que se mantuvo viva hasta la meta de Úbeda. Nuevo triunfo para el chaval de la escuadra telefónica, que el pasado año se anotó el campeonato español de fondo en carretera y una etapa en la Vuelta a Burgos. En 2022 sumó un triunfo parcial en el Tour a Valonia. Segundo en las dos últimas ediciones del campeonato de España de contrarreloj.
Lazkano acaparó protagonismo en una jornada en la que había ganas por observar el estreno de temporada de las dos perlas españolas. Juan Ayuso y Carlos Rodríguez, que buscan la consolidación definitiva en la zona noble del ránking UCI, arrancaron trayectoria en un escenario desconocido para ambos que cautiva a público y corredores. La clásica de Jaén sólo suma tres ediciones, pero ya presume de ganadores de tronío. Antes de Lazkano impusieron su clase Tadej Pogacar y Alexey Lutsenko.
El telón de la nueva campaña se levantó en una cita de calidad, con corredores de primer rango, como el fenómeno Wout van Aert, Tim Wellens (dos veces segundo), Sepp Kuss (dueño de la última Vuelta a España) o Michal Kwiatkowski (ex campeón del Mundo).
El trayecto de 158 kilómetros entre Baeza y Úbeda fue alterado por la lluvia caída en las últimas jornadas. El agua obligó a suprimir cuatro de las ocho zonas de grava. Los barrizales hacían imposible el avance de los corredores. Un recorte que apenas restó espectáculo a una prueba plagada de encantos, con subidas, descenso, baches y repechos para el lucimiento de los más hábiles, como Oier Lakcano (Movistar), Igor Arrieta (UAE), Jefferson Cepeda (Caja Rural) y Nicolas Prodhomme (Ag2R), que abandonaron el pelotón cuando restaban más de 90 kilómetros para la meta.
La carrera se rompió a falta de 50 kilómetros, cuando Van Aert sufrió una avería mecánica y el Ineos de Carlos Rodríguez asumió el ritmo de caza de los fugados, que marchaban con una renta superior a los tres minutos. Por atrás, el propio Van Aert tuvo que emplearse a fondo para conectar con el grupo principal. Esfuerzo inútil.
Lazkano, con su maillot de campeón de España, exhibió su poderío en las rampas más exigentes. Su empuje fracturó el grupito de fugados y su ritmo sólo lo aguantó Prodhomme. Por detrás, el UAE aceleró la marcha para impedir que Van Aert contactara. Un día tenso para el belga, derrotado por la desgracia entre el mar de olivos. Ayuso, siempre en la primera línea, ejerció de escudero de Wellens.
Lazkano cimentó su victoria a falta de 16 kilómetros, en el último tramo de tierra, conocido como Virgen de la Salud, cuando respondió con un esplendido acelerón a un contragolpe de Prodhomme. El español se marchó y supo administrar su ventaja ante el impulso infructuoso del francés Bastien Tronchon (segundo), el esloveno Jan Tratnik (tercero), Kuss y Wellens. Todos los honores para el Potro Salvaje.
“¿Que cómo me siento? Cansado. La escapada se ha hecho varios grupos, con cortes por el aire. Ha sido un pulso muy duro todo el día. Estoy feliz. Es la primera victoria del año para mí, y siempre es bonito ganar, pero como dije el año pasado en Burgos, lo es más aún ganar en España con el maillot”, dijo corredor del Movistar antes de subir al podio.
”Estoy muy orgulloso del trabajo de estos meses y contento de que dé frutos. En los últimos 15 kilómetros, cuando me he ido solo, no se piensa mucho, a 190 pulsaciones es imposible pensar, es todo pura agonía. Algún día me gustaría ganar más fácil (sonríe), pero nunca es sencillo”, cerró el vencedor de la oliva de oro.