El Almería llegó al Santiago Bernabéu como colista de LaLiga, sin haber ganado ni un sólo partido y con el agobio del descenso sobre sus cabezas. En un escenario tan gigantesco, el conjunto andaluz se fue al descanso ganando 0-2 y terminó el partido desesperado y enrabietado con el árbitro al ver cómo Dani Carvajal culminaba la remontada del Real Madrid y les dejaba, una semana más, sin los tres puntos. Una victoria que les hubiera dado aire y esperanza en su pelea por la salvación, que ahora se escapa a diez puntos.
El penalti del 1-2 que transformó Bellingham tras mano de Kaiky, el tanto anulado a Arribas que era el 1-3 de los visitantes y el concedido a Vinicius para el 2-2 se repetían en la mente de jugadores y técnicos del cuadro almeriense.
«Alguien ha decidido que no podíamos ganar, que no podía acabar así el partido», señaló Pubill sobre el césped. Más contundente todavía fue Gonzalo Melero, ya en una zona mixta muy caliente: «Me voy con la sensación de que nos han robado», declaró el centrocampista. «Me jode decirlo, pero no hay por dónde cogerlo. Ya van varias este año. Lo de hoy ha pasado todos los límites. Es increíble», añadió.
El jugador del Almería trató de reflexionar la mano del penalti, donde Hernández Maeso entendió que Kaiky extendió su brazo demasiado y desvió el balón con él. El cuadro visitante pidió falta de Rüdiger en el salto con los centrales, pero el colegiado, desde la pantalla, decidió señalar pena máxima. «No se ha podido hacer más para que ganen el partido. Han tenido muchas jugadas de interpretación, como el gol con la mano, o es mano o no es pero no hay que ir al VAR», explicó, advirtiendo de algo todavía más grave: «Los jueces de línea nos han amenazado», aseguró el futbolista.
A su lado, Edgar González, autor del 0-2, insistía en la falta de Rüdiger en la acción del penalti que anotó Bellingham, algo que el colegiado no valoró al revisar la jugada: «Esta es una competición que debería ser justa para todos y a veces cuesta verlo. Es falta clarísima en el salto». Además, el defensa también se quejó del gol de Vinicius en el 2-2. El brasileño remató con su extremidad hacia la portería y en un primer momento el árbitro había señalado mano en su remate, pero desde el VAR Hernández Hernández avisó a Hernández Maeso y éste fue a revisarlo a la pantalla. Su decisión: gol con el hombro.
«Creo que es mano de Vinicius en el segundo gol. Es una suma de todo, de ver que todas iban para ellos. No he visto el gol que nos anulan a nosotros», admitió Edgar.
A unos metros, Gaizka Garitano se mordía la lengua en sala de prensa: «¿Mi opinión? Luego nos sancionan por hablar, ya habéis visto lo que ha pasado», respondió a la primera pregunta, dejando alguna ligera interpretación en las siguientes: «No tengo nada que decir. Me ha expulsado justamente. Estoy caliente, este partido lo ve todo el mundo, ¿qué queréis que diga? No tengo palabras», finalizó el técnico.
Ancelotti: “Me he equivocado”
Lejos de la rabia del Almería, Ancelotti se sentó ante los medios como líder provisional de la Liga y aludió al «empujón» que el Bernabéu había dado a su equipo en la segunda parte tras el error que cometió con la alineación y que provocó la horrible primera mitad de su equipo. «Es una primera parte de olvidar. La evaluación que hice después del entrenamiento del sábado fue errónea, el equipo estaba cansado y lo hemos hecho muy mal», admitió el italiano: «Es mi culpa. Algunos jugadores han pagado la prórroga contra el Atlético y me he equivocado».
Sobre las quejas de su rival, Ancelotti aseguró que «entiendo perfectamente las quejas del Almería», pero cree que «las tres revisiones del VAR y las decisiones del árbitro son correctas». «Son bastante claras. El árbitro acierta», declaró el transalpino, que vio bien los pitos de la afición: «Se aceptan totalmente porque jugamos muy mal, sin energía». En Twitter, el Almería dio las gracias a su equipo tras luchar en las «circunstancias», dice el conjunto andaluz, del Bernabéu.