Atlético 6 Sevilla 1
El Atlético pasa por encima de un débil Sevilla la noche en que Simeone hizo historia y superó a Luis como entrenador rojiblanco con más partidos. Ilusionante doblete de Memphis
Como si la presión se hubiera esfumado de golpe, superados los desvelos de tanta derrota y espesura a comienzos de curso que dejaron al Atlético fuera de Europa y sin opción de título alguno todavía en enero, el equipo de Simeone se reconoce, al fin, a sí mismo. Y compite y no pierde. Y se divierte. Y se lamenta, de que sea la jornada 24 y no la 10, y de que ya cualquier reacción sea insuficiente para ni siquiera acechar a Barça y Real Madrid. De momento, es ya tercero gracias a su estruendosa goleada ante el Sevilla, la noche más plácida y dichosa del curso. [6-1: Narración y estadísticas]
Son ya ocho partidos de Liga sin perder los que han propiciado el sorpasso a una Real Sociedad que también hace nada parecía inalcanzable. El Atlético, desplumado por las salidas (Joao Félix, Cunha, Felipe), las lesiones (Reinildo, De Paul, Reguilón) y hasta las sanciones (Correa, Molina), se siente seguro de sí mismo. En la noche que el Cholo hizo historia con mayúsculas al superar a Luis Aragonés y convertirse en el entrenador rojiblanco con más partidos (613), la que destapó las esencias de killer de Memphis Depay, al fin, el Atlético sintió su plenitud.
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La puesta en escena lo fue todo, indicio de lo que estaba por venir. Un púgil decidido, el otro timorato. El Sevilla es frágil como un cervatillo recién nacido. Le acecha el descenso, pero, peor, le arrinconan sus propios fantasmas. Y Sampaoli no es capaz de salir del laberinto. A los dos minutos Memphis ya anticipó que iba a ser el gran protagonista. En su primera titularidad, hecha ya la mili del Cholo tras su llegada invernal desde el Barça, el neerlandés se plantó sólo ante Bono. Erró. Pero ya no iba a perdonar más.
Porque lo que vino fue un vendaval. De fútbol y de ocasiones. Con un Griezmann magistral, sobrevolando por el césped del Metropolitano como un director de orquesta. El Atlético destrozaba al Sevilla, por la derecha con Carrasco, controles que valen quilates; por la izquierda con Llorente, que a punto estuvo de abrir el marcador con un disparo que no cruzó lo suficiente. No iba a tardar Depay, penalizando el suicidio visitante: una pérdida, Koke, Memphis, Griezmann pase de gol, Memphis de nuevo y pum. Una sucesión relampagueante.
Cuatro minutos más tarde, otra recuperación rojiblanca en el medio y un chutazo del neerlandés, pleno de confianza, desde la frontal a la escuadra de Bono, para éxtasis del Metropolitano. Que, sin embargo, se iba a ir al descaso con algo de amargura, porque en la única incursión hispalense, una llegada en la que sólo Gueye creyó, Es Nesyri pescó un gol que le daba una vida que ni imaginaba. El marroquí suma cinco tantos en los últimos seis partidos.
Pero fue un espejismo. Nada más volver de vestuarios, otro electroshock local. Otra conexión letal entre Memphis y Griezmann -pareja prometedora que se inaugura-, ante la pasividad de la zaga sevillista. Y un zurdazo a la escuadra del francés desde 30 metros, con dedicatoria cariñosa al Cholo.
Doblete de Morata
El partido estaba ya despedazado. Carrasco hizo el cuarto a pase genial de Pablo Barrios y, para hurgar en su tristeza, Rakitic falló un penalti que había cometido Llorente. Morata redondeó con dos goles más, debutó Doherty y Gueye fue expulsado por doble amarilla.
Del derbi en el Bernabéu, de las polémicas y lo que pudo ser y no fue, escapó el Atlético con una goleada como no recordaba. No hubo mejor homenaje al Cholo, en honor a Luis.