Los equipos del Plan Impulso casi han agotado los fondos destinados a fichar y sanear deuda, pero apenas avanzan en crecimiento e infraestructuras
La irrupción de CVC Capital Partners en el deporte rey español hace ya año y medio ha puesto a prueba el modelo de gestión de los clubes de fútbol nacionales. La ejecución de los casi 2.000 millones de euros que el fondo de inversión está inyectando, por fases, en la competición en el marco de acuerdo con LaLiga no está siendo un camino de rosas. La mayoría de los equipos está a punto de agotar las partidas destinadas a sanear sus maltratadas cuentas y a recomponer sus plantillas deportivas, pero las inversiones reservadas a infraestructuras y crecimiento acusan una lentitud que empieza a impacientar a CVC y a la propia patronal futbolística.
Desde enero de 2021, los 42 cubes incorporados a LaLiga Impulso han recibido 914 millones de euros, casi la mitad del total. Los términos del contrato entre la competición y CVC fijó los términos del reparto de fondos. Los clubes pueden destinar el 15% de este balón de oxígeno a fichajes, lo mismo que a recortar deuda. El 70% restante debe dedicarse a reforzar áreas clave como la digitalización, la marca, la mejora de infraestructuras o la expansión internacional.
Hasta ahora, los clubes han cubierto el 83% (226,4 millones) de la partida destinada a mermar su pasivo financiero y han consumido el 64% (174,3 millones) de la dotación para fichajes. La fotografía es muy distinta cuando se habla de inversión en crecimiento: las sociedades deportivas sólo han movilizado el 28% del total.
Esto se traduce en que a los equipos españoles cuentan, hasta 2025, con apenas 48 millones para recuperar sus estados financieros y menos de 100 millones para captar jugadores. Mientras que, en sólo dos años, tendrán que dar salida a más de 900 millones asignados al crecimiento del club.
Según los términos del contrato entre LaLiga y CVC, el fondo de inversión se lo juega todo a que los clubes hagan sus deberes. La inyección de 2.000 millones a los equipos de Primera y Segunda División que se sumaron al acuerdo, tiene como contrapartida la cesión de un 10,95% de los derechos económicos de la explotación de la competición. Para que al fondo y a la patronal les salgan las cuentas, los clubes deberían aumentar su rentabilidad anual en torno a un 4%, teniendo en cuenta el aumento de ingresos de estas entidades que generarán las inversiones que deben realizar.
La impaciencia de LaLiga y su socio financiero se dejaron sentir en las intervenciones de Javier Tebas y Javier de Jaime, máximo responsable de CVC en España, durante las II Jornadas de LaLiga Impulso que se celebraron en PortAventura el 14 y 15 de febrero y a las que asistió EL MUNDO. Ante 450 asistentes, el primer espada de CVC reconoció “el enorme esfuerzo” que se está haciendo para movilizar esa entrada de capital, pero reconoció que en la firma existe “cierta frustración”. “Esto es un proyecto colectivo, si algún club se queda atrás, afectará al valor del conjunto. Si le metemos la misma ambición a la parte de gestión que a la deportiva, multiplicaremos y mucho el valor de la mayor parte de los clubs”.
Las entidades deportivas avanzan desacompasadas en la consecución de los hitos marcados. LaLiga dividió a los clubes en cuatro grupos, en función del punto de partida, teniendo en cuenta las distintas verticales a desarrollar. Esta clasificación determina si los equipos reciben más o menos fondos y si deben cumplir objetivos más o menos ambiciosos. Los que partían con más ventaja forman los grupos 2 y 3. En cuanto a cumplimiento en estas dos categorías lideran el Osasuna (90,5%), el Betis (85%) y el Valencia (84,2%). Otros, como la Real Sociedad (63,2%) fueron destacados como un caso de éxito, en el caso del club donostiarra, por la reestructuración de su organigrama y la incorporación de talento.
Resultados en 4 años
La media de cumplimiento cae en los grupos 4 y 5 que, en general, incluye a sociedades deportivas más humildes. El temor al descenso explica que algunos clubes se los piensen dos veces antes de acometer los cambios estructurales que exige el acuerdo. “Reforzar la plantilla implica disparar los costes fijos y, en el fútbol, uno puede hacer muy bien las cosas de lunes a viernes, pero llega el domingo y no depende de nosotros que entre o no el balón”, insistía un directivo en un corrillo con periodistas.
“¿Qué diferencia al fútbol de cualquier otro negocio?”. Manolo Torres, presidente de la SD Huesca, lanzó la pregunta durante la cena de bienvenida. “Las emociones”. La respuesta ilustra la idiosincrasia de un negocio donde los planes estratégicos diseñados en los despachos están condicionados a lo que ocurre en 90 minutos de partido. Y es, precisamente, la propia naturaleza de la industria del balompié la que está afectando, y mucho, al desarrollo de LaLiga Impulso.
El cónclave organizado por LaLiga, al que fueron invitados algunos medios como testigo de cargo, fue un punto de encuentro (y de debate) entre decenas de entidades con modelos de gestión diametralmente distintos. Si algo quedó patente en los dos días de retiro es que la letra pequeña del acuerdo financiero con el nuevo caballero blanco del fútbol español sigue generando dudas. Un ejemplo. Dos portavoces de equipos distintos no lograron ponerse de acuerdo sobre si un club que goza de buena salud financiera puede o no desviar el 15% destinado a deuda para cubrir otras palancas.
A cada una de las sociedades deportivas de LaLiga Impulso se le ha exigido un Plan de Desarrollo, que la patronal supervisa y perfila. A día de hoy, se han entregado 32 hojas de ruta, de las que 21 han sido ajustadas tras recibir las aportaciones de LaLiga. Un total de 11 clubes están trabajando en la subsanación de errores y otros cinco todavía no han entregado el documento.
En algunos equipos es palpable la decepción por la falta de beneficios inmediatos a los cambios acometidos hasta ahora. Tebas lo abordó en su discurso inaugural: “Algunos pensaban que con la entrada en el Plan Impulso ya tendrían que estar todos creciendo. Paciencia. En cuatro años se notarán resultados, en ocho, muchos más. Estamos adelantando inversiones que, orgánicamente, se hubiesen dilatado quince o veinte años”.
Con todo, las entidades deportivas que se han asociado con CVC están convencidas de que, pese al reto del Plan Impulso, éste llevará a los clubes a un punto de inflexión en el camino hacia su profesionalización, al introducir unos niveles de supervisión sin precedentes en la industria.