Jayson Tatum se niega a entregarse ante Miami sin pelear y, por ello, ha firmado una actuación estelar en el cuarto partido de la serie para despertar del letargo a sus Celtics en la final de la Conferencia Este.
“No nos dejéis ganar uno”, repitieron Jaylen Brown y Marcus Smart antes de este enfrentamiento, amenazando de que, en caso de tener al menos una oportunidad de luchar, lo harían hasta el final. Y así será, la final vuelve a Boston y los hombres de Joe Mazzula tendrán la opción de acongojar a los Heat con la fuerza del TD Garden.
De esto tiene la mayor culpa Jayson Tatum. El que fuera número dos del draft de 2017, ha firmado una actuación estelar con 34 puntos, 11 rebotes y siete asistencias que sirvieron decantar la balanza de un igualado encuentro para los Celtics.
Porque esta victoria no es fruto de una desconexión de Miami. El conjunto de Florida ha vuelto a competir liderado por Jimmy Butler (29 puntos) y sostenido por Caleb Martin (14 puntos y 100% en el tiro), el único acertado desde la línea de tres en unos Heat que firmaron un ocho de 32 desde este rango.
Al quinto. Partido en el que la lógica invitaría a pensar en la clasificación de Miami y la muerte de Boston, pero los Celtics parecen haber resucitado y eso es sinónimo de peligro cuando se trata de una de las dos franquicias que más campeonatos han logrado (17). Por delante tres partidos y la sombra de lo imposible, remontar un 3-0 para evitar lo que ya se daba por hecho, que Miami Heat sería el rival de los Denver Nuggets en la final de la NBA.
Impresionante salida del Unicaja ante un Real Madrid blando y desorientado. Y finalmente una victoria de prestigio, sin duda, y que entre otras cosas realza que los malagueños eran el equipo, de los cuatro, con menos cambios desde la temporada pasada, mientras que el Madrid ha perdido tres jugadores de primer nivel, además de la ausencia puntual de Mario Hezonja. Gran victoria, pero con su elemento anecdótico.
La carrera de Juancho Hernangómez ha tenido mucho de tobogán, como él reconoce, de «montaña rusa». De expectativas, ilusión, apuestas, éxitos y también desengaños. Al madrileño Berlín le trae recuerdos inmejorables. Aquí se produjo el punto cumbre de su carrera hace dos años. En el ahora llamado Uber Arena asestó siete triples (27 puntos) a Francia por el oro de un Eurobasket mágico para los Hernangómez, -"aún se me pone la piel de gallina", reconocía este jueves en la misma pista-MVP del torneo Willy, MVP de la final Juancho. Este viernes (18.00 h., Movistar) disputará la primera Final Four de su carrera en el año que regresó a Europa tras tantos zigzagueos en la NBA.
El atribulado y millonario proyecto del Panathinaikos AKTOR ha conseguido el objetivo de mínimos, volver, 12 años después, a la lucha por esa Euroliga que no hace tanto dominaron con Zeljko Obradovic (seis títulos entre 1996 y 2011) y en semifinales se las verá con el Fenerbahçe BEKO de Sarunas Jasikevicius. Juancho fue uno de los fichajes estrella junto a Kostas Sloukas, Mathias Lessort o Kendrick Nunn para reflotar a un equipo que el curso pasado acabó penúltimo, pero su impacto a las órdenes del histriónico Ergin Ataman no ha sido el esperado. «Había grandes expectativas, nadie tiene quejas sobre su esfuerzo. Pero la impresión es que que el dinero que recibe es demasiado», cuentan desde Atenas del español, que ha ocupado un puesto en la segunda unidad verde.
Sus números en Euroliga son pobres. Hay siete compañeros con mejor valoración. En poco más de 16 minutos de juego, 4,3 puntos, 3,6 rebotes y apenas un 27% en triples. Mucho trabajo en la sombra que Juancho acepta de buen grado. En la Liga griega, algo mejor (8,8 puntos). Y eso que arrancó con fuerza: su noche más plena en Europa fue la primera, 13 puntos y 10 rebotes en el derbi ante el Olympiacos en la jornada inicial. "Es un año de aprendizaje, tras siete en la NBA. Estoy adaptándome. Pero estoy feliz y contento", valoraba este jueves.
Segunda unidad
«Ha tenido algunos problemas después de tanto tiempo en la NBA. Juegan menos allí, no asumen mucha responsabilidad. Juancho tiene muy buen carácter, trabaja duro. Pero a veces comete errores clave durante el partido», se quejó su entrenador durante la temporada.
Y, para colmo, en el momento clave le visitó la mala fortuna. Durante la ajustadísima serie de cuartos de final contra el Maccabi, Juancho sorprendió a todos con una extraña imagen en el primer partido. El rostro visiblemente hinchado. Aún así, atrapó nueve rebotes y batalló. Después viajó de urgencia a España y se confirmó que sufría una fuerte sinusitis. «Estuve muy enfermo durante toda la semana. Jugué ese partido como con siete kilos de más. Pero jugué a pesar de todo», ha comentado estos días ya en Berlín. Estuvo 10 días ingresado en el hospital y regresó para el quinto y definitivo. En la fiesta del OAKA aportó 11 puntos. "El equipo ha vuelto con mucha ilusión. Es un histórico y llevamos muchos años sin estar en una Final Four. Toda la ciudad está volcada", cuenta el ex colegial.
Así que Juancho, al que también visitan los rumores de un posible cambio de aires a pesar de tener un año más de contrato, regresa a la ciudad que ha visto su versión más decisiva a las órdenes de Sergio Scariolo. «Juego todo el año para estos momentos. Tengo grandes recuerdos. Ojalá acabemos igual que entonces». Después le aguarda un ajetreado verano con la selección, con el importantísimo Preolímpico de Valencia a comienzos de julio.