La corredora de larga distancia Joasia Zakrzewski utilizó un coche durante un tramo de cuatro kilómetros
L2M Ultra
La corredora de larga distancia Joasia Zakrzewski fue suspendida este miércoles durante 12 meses por un organismo disciplinario de atletismo del Reino Unido por conducir un automóvil durante una carrera de 50 millas el pasado abril y quedar en tercer lugar.
Los datos del sistema de seguimiento del GB Ultras Manchester a Liverpool mostraron que Zakrzewski, que representó a Escocia en el maratón de los Juegos de la Commonwealth de 2014 en Glasgow, utilizó un coche durante un tramo de 4 km de la carrera.
La mujer de 47 años, que fue despojada de su tercer puesto, afirmó que había informado a los responsables de la carrera de haber estado en un coche y haber terminado la carrera “de forma no competitiva”.
El Panel Disciplinario Independiente de Atletismo del Reino Unido no estuvo de acuerdo con ella en su veredicto.
“La demandante había recogido el trofeo al final de la carrera, algo que no debería haber hecho si hubiera completado la carrera de forma no competitiva”, dijeron.
“Ella tampoco intentó devolver el trofeo en la semana siguiente a la carrera”.
Mohamed Katir, que cumplía una sanción de dos años por saltarse tres controles antidopaje desde el pasado 7 de febrero, ha visto incrementado su castigo otros dos años más, hasta el 6 de febrero de 2028, por manipulación de pruebas.
Según la Unidad de Integridad del Atletismo (AIU), los fallos de Katir se refieren a tres ocasiones en las que no pudo ser localizado para someterse a un control antidopaje y que el atleta español atribuyó a errores al cumplimentar los datos para su localización en la plataforma ADAMS.
Diez meses después de aquella sanción, por parte de Sport Resolutions -empresa contratada por la Federación Internacional para resolver sus propios procedimientos disciplinarios- Katir ha recibido la comunicación de una infracción prevista en el artículo 2.5 de su reglamento antidopaje. La infracción es comúnmente denominada como tampering, lo que supone una manipulación o intento de manipulación de cualquier parte del proceso de control de dopaje.
El viaje a Lisboa
Pese a la sanción de cuatro años, Katir asegura que "no se procede por parte de Sport Resolutions a la anulación de ningún resultado deportivo" logrado por su parte, puesto que se considera que "no existe actuación alguna que haya incidido en los resultados logrados" en su carrera deportiva.
"La acción de tampering por la que se pretende sancionarme habría tenido lugar el 28 de febrero de 2023, coincidiendo con el primer fallo de localización. Como ya reconocí, modifiqué la fecha de un viaje de avión a Lisboa en la reserva y el billete, dado que había informado a AIU que había viajado a dicha ciudad en determinado día, cuando, en realidad, lo había hecho dos días antes", expone en su comunicado el atleta de Mula.
"Asumí que el 28 de febrero de 2023 se produjo un primer fallo de localización por no estar correctamente actualizados los datos de paradero en ADAMS. Sin embargo, considero que la desafortunada alteración de la fecha de viaje en la reserva y el billete de avión no tuvo -ni pudo haber tenido - consecuencia alguna en el procedimiento antidopaje. Esto se debe a que, a mi juicio, el fallo de localización ya estaba plenamente establecido con anterioridad y de forma independiente a dicha alteración, por lo que no puede considerarse la existencia de una infracción de tampering", subraya.
"Justificar mi ausencia"
"La modificación de la fecha en la reserva y el billete de avión fue un intento de dar una explicación al hecho de que no me encontrara en mi domicilio cuando se intentó realizar un control fuera de competición. Este control, además, se iba a llevar a cabo fuera de la ventana de 60 minutos especificada en mis datos de localización del ADAMS. En ese momento, yo me encontraba en Lisboa, y mi intención al modificar la fecha fue aportar información para clarificar mi paradero en ese periodo, no para subvertir ni alterar el procedimiento antidopaje. Esta acción, aunque equivocada, nunca ha tenido como objetivo cuestionar el fallo de no haber actualizado adecuadamente los datos de paradero en ADAMS, sino justificar mi ausencia en determinado día, hora y lugar", apunta.
"Resulta llamativo que la apertura del procedimiento sancionador en relación con la supuesta infracción del artículo 2.5 se produjera justo después de que, el 19 de febrero de 2024, se solicitara por mi parte a la AIU la corrección de la resolución publicada relacionada con la infracción del artículo 2.4 del reglamento antidopaje (infracción de localización). Ante mi petición, AIU procedió a modificar, aunque no sin cierta reticencia, el punto 37.2 de la resolución publicada el 16 de febrero de 2024, suprimiendo la referencia a las cantidades fijas recibidas por participación en competiciones", destaca.
La decisión de Sport Resolutions, que no es firme, puede ser recurrida ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), valorándose por parte de Katir "apelar la decisión en el derecho" que le asiste.
La pista cubierta, un estuche, acoge un atletismo de transición, de paso con un calendario breve y necesariamente intenso. Un atletismo no en miniatura, pero concentrado en un programa reducido con pruebas en todas las disciplinas que se amontonan sin estorbarse. Un atletismo de mediano voltaje en un escenario recogido, accesible, íntimo, con todas las actuaciones al alcance del ojo y casi de la mano, del espectador in situ. Es un atletismo bonito, dinámico, bullente, de vistosos contrastes instantáneos. Un ensayo a cielo cerrado, pero a puertas abiertas, del gran atletismo en los grandes estadios de las grandes competiciones en las grandes fechas.
Tiene tradición y prestigio. Alicientes de peso para que, acompañados de otros importantes, unos cuantos máximos nombres pisen el terreno. No han abundado, pero no han faltado en este Mundial de Nankín. Hemos visto, por ejemplo, a Armand Duplantis (pértiga), Jakob Ingebrigtsen (1.500 y 3.000), Grant Holloway (60 vallas), Miltiadis Tentoglou (longitud), Yaroslava Mahuchikh (altura), Gudaf Tsegay (1.500) y Devynne Charlton (60 vallas).
Todos, menos Tentoglou, quizás debilitado por una gripe que le impidió su participación en el Europeo, y Mahuchikh, afectada por unas inopinadas molestias en la rodilla, obtuvieron el oro prometido, pero nunca reservado. Ingebrigtsen consiguió su perseguido doblete, una hazaña que sólo había logrado antes Haile Gebrselassie. El noruego se apresta a enfrentarse a una temporada al aire libre con el Mundial de Tokio en el aún lejano horizonte de septiembre y, antes o durante, el ambicioso objetivo de batir el récord mundial de los 1.500 en poder desde 1998 de Hicham el Guerrouj. Lo tiene a tiro. Pero eso no significa que acierte con la bala. En cualquier caso, ese duelo en el tiempo y la distancia supone uno de los mayores atractivos del curso.
En la última jornada mundialista, España se revistió de bronce por partida doble con Fátima Diame en el salto de longitud y Elvin Josué Canales en los 800 metros. Bañarse en oro sigue siendo en extremo difícil para todo el mundo. Incluso, en un momento dado, a tenor de las diferentes circunstancias y los neutrales caprichos de un azar que no se casa con nadie, para los dominadores de su disciplina. Esto es deporte y la incertidumbre forma parte de la gracia y el interés de la competición. A menudo, con el mismo peso que el oro en el cronómetro, pero no el mismo brillo en la pantalla, la plata y el bronce se quedan a un centímetro o una centésima del color, el olor y el sabor inseparables del triunfo absoluto:
En la longitud, un imperceptible centímetro separó el oro de la plata. Y otro igual de escueto la plata del bronce. Mattia Furlani (Italia) saltó 8,30. Wayne Pinnock (Jamaica), 8,29. Y Liam Adcock (Australia), 8,28. Una centésima medió, en los 60 vallas, entre el oro y la plata. Y otra entre la plata y el bronce. Devynne Chambers (Bahamas) corrió en 7.72. Ditaji Kambundji (Suiza), en 7.73. Y Ackera Nugent (Jamaica), en 7.74. Más aún, la cuarta y quinta clasificadas también realizaron 7.74.
Fin del invierno en el atletismo con tejado. Queda inaugurada la primavera.
Unos días atrás, Jim Walmsley, estrella de las carreras por montaña, algo así como el Kilian Jornet estadounidense, miraba al lado mientras disputaba la UTMB, la prueba más importante del mundo, y alucinaba: «¿Qué haces tú por aquí?». A mitad del recorrido alrededor del Montblanc, completados unos 80 de los 176 kilómetros totales, se encontraba en el grupo de cabeza junto a él al francés Vincent Bouillard, con el que Walmsley llevaba años trabajando.
Para el diseño de las mejores zapatillas de Hoka, el corredor yankee, imagen de la marca, había dado su opinión sobre varios modelos a los ingenieros y entre ellos estaba Bouillard. Pero en plena carrera, éste no quería ayudar a Walmsley con el calzado, estudiar sus pisadas para próximos prototipos, tampoco animarle: Bouillard realmente quería ganarle. Y lo hizo. Pese a su empleo a jornada completa como diseñador de zapatillas en Hoka, el francés triunfó en la meca del trail running para sorpresa de todos, especialmente de los atletas profesionales patrocinados por la empresa.
«Quizá para ellos era raro, sí, pero yo no pensaba mucho en ello. En una carrera de ultra distancia, que dura unas 20 horas, te debes centrar mucho en ti mismo y en la gestión de tu propio esfuerzo. En los primeros kilómetros recuerdo que estaba feliz como un niño, disfrutando de poder correr con los mejores y hablando con ellos. Muchos de los corredores de Hoka, como Jim, son amigos míos y yo pensaba: 'Wow, soy capaz de correr junto a ellos'. Pero a medida que fue pasando la prueba me concentré mucho en mantener el ritmo y en hacer las cosas bien», explica Bouillard a EL MUNDO.
Probador del calzado que diseña
Con su triunfo cogió el relevo de dos leyendas francesas como François D'Haene y Xavier Thevenard y se quedó a unos minutos del récord de la prueba del propio Walmsley. Sólo le perjudicó un control de material algo accidentado en uno de los últimos avituallamientos y una pequeña caída al final del descenso de La Flégère, a la entrada de Chamonix. «Me hice un poco de daño, pero ya me quedaba muy poco. En ese momento lo más importante era disfrutar de la entrada a meta», comenta el corredor y diseñador de zapatillas o diseñador de zapatillas y corredor. Más o menos una cosa llevó a la otra.
De Annecy, mediofondista desde la infancia, mientras estudiaba Ingeniería en la Universidad de Lyon llegó a competir en los 800 metros de algunos meetings franceses, pero cuando se graduó dejó de soñar en un futuro como profesional. El tartán estaba olvidado; trabaja investigando sobre polímeros. Pero para mantenerse en forma empezó a correr por la montaña, consiguió una beca para trabajar en Hoka, una cosa llevó a la otra y encontró su sitio, su equilibrio, su vida.
Entrenar a cualquier hora
En su trabajo estudia nuevos materiales para la marca, siempre en contacto con los corredores profesionales, y en su tiempo libre prueba por los caminos los prototipos que diseña. Entre 2017 y 2022, sumó algunas victorias en carreras pequeñas y poco conocidas en Francia y el año pasado empezó a sonar el mundillo al ganar la Kodiak Ultra, una prueba modesta de 100 millas en Estados Unidos. Pero nadie esperaba que fuera a ganar la UTMB, una especie de Mundial de la especialidad. La retirada de muchos de los favoritos, entre ellos el mismo Walmsley o el español Pau Capell, y la maestría de Bouillard llevaron a la campanada.
«Muchos se sorprenden porque he ganado pese a tener un trabajo a jornada completa, pero sólo ha sido una carrera. Tengo mucho respeto por los corredores profesionales porque tienen que rendir mucho más, durante muchos años. Yo simplemente disfruto mucho de correr por la montaña y supongo que ése es el secreto. Saco tiempo para entrenar de dónde puedo, por la mañana, por la tarde y por la noche y, de momento, no tengo hijos así que no tengo muchas obligaciones familiares», resume Bouillard que ahora no quiere cambiar de vida.
Las marcas deportivas ansían fichar a nuevos talentos y Hoka lo tiene fácil, puede ofrecerle un contrato de corredor sin salir de la empresa, pero el francés quiere seguir trabajando como diseñador de zapatillas. «Hablaré con la marca y es posible que redefinamos mi posición, pero yo disfruto de mi trabajo, no quiero dejarlo», finaliza.