Vuelve a la competición este sábado en el US Classic tras el bloqueo mental que sufrió en Tokio aunque se desconoce si hará el programa completo y a qué nivel
Será en la madrugada de este sábado, a las 2.00 horas en España. Será en Hoffman Estates, una pequeña ciudad de Illinois cerca del lago Michigan. Será en el US Classic, la competición que da acceso al Campeonato de Estados Unidos. Será -se supone- en las barras paralelas, luego en la barra de equilibrio, en el suelo y finalmente en el potro. Será el regreso de la mejor gimnasta de la historia, Simone Biles, dos años después del bloqueo mental que sufrió durante los Juegos Olímpicos de Tokio. “Siento el peso del mundo sobre mis hombros”, dijo tras cometer errores inusuales durante los ejercicios y renunciar a última hora a varias pruebas apelando a su seguridad física.
La estadounidense señaló que sufrió el fenómeno conocido como twisties, que provoca que los gimnastas pierdan el sentido de la orientación cuando hacen ejercicios y están en el aire. Entonces, aumentan los riesgos de caídas y lesiones. “Es la sensación más loca. No tener ni un milímetro de control sobre tu cuerpo. Lo que da más miedo es que, como no tengo ni idea de dónde estoy, tampoco sé cómo voy a caer”, explicó en 2021.
Vuelve Biles y el deporte lo celebra pese a los muchos interrogantes que se mantienen alrededor. A sus 26 años, el entusiasmo la sitúa otra vez en la cima en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde puede volver a ser estrella, a colgarse varios oros, a asombrar al mundo con alguna pirueta inédita. Pero, pero, pero. Su retorno es una incógnita desde el principio: ¿Realmente competirá? ¿Puede retirarse a última hora?
Regreso parcial
Biles es una de las 40 gimnastas inscritas para el programa completo del US Classic y la Federación de Estados Unidos (USA Gymnastics) confirmó su presencia semanas atrás, pero su entorno ha insinuado que cualquier cosa puede pasar. De hecho, lo más probable es que participe, pero que se ahorre alguna prueba, especialmente las barras asimétricas.
“Lo más difícil para mí siempre serán las barras, tanto física como mentalmente. Pero dar vueltas en cualquier evento sigue siendo complicado. Cuando los mareos empezaron, trabajé con ellos en el gimnasio y un año después desaparecieron. Pero volvieron. Y me quedé petrificada. Ahora puedo decir que estoy bien, que he vuelto a dar vueltas y que todo va bien”, escribió en Instagram, en conversación con una fan, una rara política de comunicación, muy moderna, muy vacía. Biles todavía no ha explicado, en rueda de prensa o entrevista, cómo se encuentra. Sólo se sabe de ella por sus Stories o por sus clips de TikTok, donde ha mostrado trocitos de su entrenamiento.
Su propio regreso se conoció así, por una serie de videos cortos que revelaron que había vuelto a entrenar. Hace unos meses Biles empezó a salir como figurante, por detrás, allá lejos, en el TikTok de gimnastas como Jordan Childs o Tiana Sumanasekera, que también se preparaban en el World Champions Centre de Houston, el gimnasio que posee, y un desliz de un conocido hizo las veces de anuncio. A principios de junio, el marido de Alice Sacramone, ex gimnasta y actual directiva de la USA Gymnastics, dijo en un podcast: “No sé si esto ya es público o no, pero Simone Biles volverá a competir pronto”. Y así hasta esta semana.
El plan de Biles
Supuestamente el plan de Biles pasa por brillar en el US Classic, clasificarse para el Campeonato de Estados Unidos y conseguir una plaza para el Mundial de Amberes que tendrá lugar a principios de octubre, pero el enigma permanece. En la competición en Illinois Biles compartirá focos con Sunisa Lee, la nueva estrella, vigente campeona olímpica del programa completo, o Jade Carey, que en Tokio venció en el ejercicio de suelo, pero toda la atención estará sobre ella.
De momento, de Biles sólo se sabe lo que ha hecho fuera de la gimnasia desde los Juegos de Tokio 2020. La dueña de cuatro oros olímpicos ha construido toda una vida fuera del deporte, aquello que anheló cuando estaba en la cima. El año pasado se casó con Jonathan Owens, defensa del fútbol americano de los Green Bay Packers, se mudó a una nueva mansión cerca de Houston, rompió con Nike y creó toda una línea de ropa con Athleta -la marca que también atrajo a Allyeson Felix– y multiplicó sus patrocinadores. Todo ello siempre con los cuidados de la salud mental como bandera. “Hago mucha terapia, voy una vez a la semana durante casi dos horas”, ha confesado.
Su activismo le llevó incluso a la Casa Blanca y a ser recibida por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que le entregó la Medalla de la Libertad. Condenadísimo ya Larry Nassar, el médico que abusó de ella y de otras muchas gimnastas, apuñalado en la cárcel el mes pasado, la vida de Biles parece preparada para su vuelta. Ya sólo queda saber si ha superado definitivamente los mareos y puede volver a ser quien fue, es decir, la mejor gimnasta de la historia. El primer paso ya está anunciado. Será esta madrugada, a las 2.00 horas.