Sarina Wiegman, leyenda a la que inspiró Cruyff dispuesta a hacer añicos el techo de cristal de los banquillos

Sarina Wiegman, leyenda a la que inspiró Cruyff dispuesta a hacer añicos el techo de cristal de los banquillos

Mundial de Fútbol Femenino

Actualizado

Sus éxitos con Países Bajos e Inglaterra han despertado el interés de EEUU y hasta la Federación inglesa se la plantea como relevo de Southgate

La seleccionadora inglesa Sabina Wiegman.FRANCK FIFEAFP

En 1984, para los jóvenes futbolistas de las canteras de Holanda, aún no rebautizada como Países Bajos, la mayor ilusión era que su equipo fuera invitado por Johan Cruyff a su programa de televisión. En Cruyff&Co podían compartir un entrenamiento con el astro, hacerle preguntas, conocerle. A él acudió una niña de 13 años que quedó marcada. Sarina Wiegman llevaba jugando desde los seis y había llegado a la recién creada selección femenina. Entonces ni siquiera imaginó que su nombre también se apellidaría leyenda unas décadas después.

Si a Wiegman le asombró Cruyff en el campo, su estilo como entrenador le caló. «Es la filosofía de fútbol total en la que todos crecimos, un fútbol con juego muy dinámico, muy creativo», admitía la seleccionadora inglesa tras su última proeza. Hace un año, se convirtió en la primera entrenadora que gana dos Eurocopas: con Países Bajos en 2017 y con Inglaterra en 2022. A la orange, además, la llevó a la final del Mundial en 2019, pero cayó 2-0 con la poderosa Estados Unidos liderada por Rapinoe. «Fue duro perder esa final, pero siempre tenemos que usar las experiencias, buenas o malas, para prepararnos y mejorar». Esa filosofía es la que le llevó a ser elegida mejor entrenadora del mundo en 2017 y 2020 y que la Federación neerlandesa la convirtiera en la primera mujer con estatua en el jardín de su sede por su contribución fútbol.

Su lema es «ser mejor cada día» y no solo se lo aplica en su carrera sino que se exige a sus futbolistas. Como hizo en la educación de sus hijas Lauren y Sacha, coloca a las mejores en el campo con nociones de lo que deben hacer, pero dándoles libertad. «Tiene que aprender a tomar sus propias decisiones», defiende la entrenadora, seria en el banquillo, contenida siempre detrás de su coleta rubia y sus gafas metálicas.

Sabe cómo piensan sus jugadores porque ella fue la primera de su país, hombre y mujer, en jugar 100 partidos internacionales. Fue en 2001, dos años antes de retirarse y tras una carrera labrada entre Países Bajos y Estados Unidos. «Tengo mucho respeto por Sarina. Para los hombres, todo está dado. Aquí, esto es mucho más difícil», fueron las palabras del entonces seleccionador nacional Louis Van Gaal.

Personalidad clara y directa

La libertad que Wiegman fomenta en sus jugadoras no significa que haya caos. Su orden se refleja en el 3-4-3, pero no es inamovible, como demostró en el último precedente ante España, cuando giró el partido con sus cambios. Durante la Eurocopa apostó de inicio en todos los partidos por las mismas jugadoras y fue «clara y directa» con el resto. «Me gusta hablar con ellas y darles contexto para que sepan cómo pueden competir por entrar», explica.

El rendimiento que extrae a sus equipos, reflejado en el palmarés, ha hecho que la Federación Inglesa se inquiete. Con contrato hasta 2025, son conscientes de los «rumores» que señalan el interés de Estados Unidos tras la dimisión de Vlatko Andonovski. Tanto es así que, como el compromiso con Southgate acabará tras la Eurocopa, hay voces federativas que apostarían por Wiegman al frente de los Three Lions. Nunca una mujer ha dirigido un equipo masculino, un hito sólo a la altura de una leyenda.

kpd