Sampaoli arriesgó y perdió en Manchester

Sampaoli arriesgó y perdió en Manchester

City 3 – Sevilla 1

Actualizado

El Sevilla se fue por delante al descanso gracias a un gol de Rafa Mir pero los de Guardiola remontaron en el segundo tiempo

Jugadores del Manchester City celebrando uno de los tantos frente al Sevilla.PETER POWELLEFE

El Sevilla de Sampaoli es un equipo en tenguerengue, pero con cierto encanto. Como un galán avejentado que mantiene entre temblores su elegancia. Y además está aprendiendo a sufrir, que es uno de los misterios del fútbol. Ese desfondarse suave del que se sabe extraviado. Sólo sus malas salidas de balón, demasiado tiernas, improvisadas e imprecisas, evitaron un mejor resultado en Manchester (3-1).

A veces se gana ganando, todavía le queda lejos al Sevilla, y a veces se gana no perdiendo, que es lo que pretendía esta noche el técnico argentino. El Manchester City es mejor y se vio muy pronto. El talento, como la belleza, es ostentoso, aún sin pretenderlo. Grealish envenenó el carril izquierdo. Bono se mostraba inseguro con los pies. El equipo visitante se constreñía en su propia área tratando de sacar el balón controlado, pero el hostigamiento celeste era continuo, ordenado y peligroso. Los futbolistas ingleses invocaban el gol, los futbolistas españoles enmudecían agotados. Pero hablamos de un deporte arisco, benditamente inesperado. Y el guion no fue tan previsible.

Pese a la asimetría entre ambos bloques, el Sevilla estaba dando algunas dentelladas. Había avisado Rafa Mir. En el minuto 19 ya había probado al habitual meta suplente de los de Guardiola. Tras una honda cabalgada disparó potente y raso, pero Stefan Ortega palmeó con firmeza. En el 22, el cuestionado delantero murciano cabeceó fuera por muy poco un gran centro de Acuña. El Manchester City se sacudió la pereza e hizo alguna de las suyas. Latigazos azules. Orfebrería acelerada. Gundogan, tras una pared en el área con Foden, se plantó solo delante de Bono, pero Marcao desvió con un roce su tiro.

Con más entusiasmo que armonía, seguía llegando el Sevilla al arco local. En el minuto 30, Isco sacó un córner. Lo hizo largo, bombeado, predecible. Pero Rafa Mir estaba con hambre. Esperó pacientemente en el pico del área pequeña y cabeceó cruzado ante el estático meta de los citizens. El gol animó aún más a los nervionenses, que defendieron con entereza hasta la llegada del descanso. Marcao, lesionado, tuvo que ser sustituido por Gudelj. Fueron buenos minutos del Manchester City, resarciéndose del daño, pero el Sevilla soñaba con una bonita noche europea y se vació en el auxilio de su cancerbero.

Sampaoli quiso cementar su sistema tras la salida del vestuario, pero la entrada de Alex Telles y Suso no dio resultados inmediatos. Un nuevo fallo en la salida dinamitó el plan. Telles dio un pase huérfano, regalando una ocasión irrechazable al joven Lewis, que batió a Bono de un derechazo. Apenas unos minutos después, un cabezazo de Rúben Dias permitió a Bono lucirse, evitando el gol a una mano cuando parecía vencido. El Sevilla se deshacía. El City se agigantaba sobre la hierba del Etihad Stadium.

Jordán y Lamela entraron para socorrer a un equipo vapuleado. Con Bernardo Silva, De Bruyne y Rodri ya en el rectángulo, Guardiola fue a por la victoria sin ambages. Defendía como podía el conjunto de negro, pero el talento azul se abrió paso inexorable. De Bruyne dio un preciso pase a Julián Álvarez, que recortó a Bono y mandó la pelota a la red. El orgullo es una arquitectura frágil. Mahrez marcó el 3 a 1 en el 82 tras un despiste de Carmona. La fugacidad es inherente al sueño. Sampaoli tiene un plan ganador. Ya sólo necesita tiempo y futbolistas que sepan ejecutarlo.

kpd