El director de fútbol de la Real Sociedad, Roberto Olabe, abandonará el club donostiarra al término de la actual temporada, pese a que aún contaba con un año más de contrato. De este modo, el máximo responsable deportivo cierra su tercera etapa en la entidad y cede su puesto a Erik Bretos, que hasta ahora ejerció como su mano derecha.
A lo largo de estas seis últimas temporadas, el trabajo de Olabe se tradujo en el gran éxito de la Copa del Rey 2020, el primer título txuri urdin en más de tres décadas, y las cinco clasificaciones para competiciones europeas. Asimismo pudo cerrar exitosos fichajes como los de David Silva, Mikel Merino, Alexander Isak y Take Kubo, así como la proyección de canteranos como Robin Le Normand, Igor Zubeldia, y Martín Zubimendi.
Olabe, nacido en Vitoria en 1967, tuvo su primer contacto con la Real Sociedad en 1995, cuando fichó como portero del primer equipo, aunque no dispuso de muchas oportunidades y fue suplente de Alberto López. Entre 2002 y 2005 ejerció por primera vez como director deportivo y de su mano llegó Raynald Denoueix, quien no sólo enderezó el errático rumbo del equipo, sino que logró pelear la Liga 2002-2003 al Real Madrid hasta la última jornada.
La apuesta por Imanol
Abandonó la Real en 2005 en plena época de turbulencias institucionales y un deterioro de la gestión que acabó con el equipo en Segunda División dos años después. A partir de ahí, tras varias incursiones en Almería, Qatar y Ecuador, volvió a San Sebastián en 2016 como director de fútbol. Esta segunda etapa, ya con Jokin Aperribay como presidente, finalizó abruptamente ocho meses después.
En 2018 regresó a Donosti en sustitución de Lorenzo Juarros, Loren, y desde entonces ha dirigido la estrategia deportiva con notable éxito. Su primera apuesta para el banquillo, Asier Garitano, no funcionó, pero sí su sustituto, Imanol Alguacil, artífice, junto con Olabe y el presidente Aperribay, de todos los últimos éxitos de la Real Sociedad.
Cuando aceptó la oferta del Atlético para vender a Alexander Sorloth este verano, el Villarreal se puso rápidamente manos a la obra para buscar futbolistas que pudieran suplir los 26 goles que marcó el noruego la pasada temporada. En lugar de poner todas sus fichas a un solo delantero optó por repartirlas. "No era fácil sustituir a Sorloth y lo hemos hecho con un delantero como Ayoze Pérez, de más seguridad, español, y una apuesta como Thierno Barry, que estamos muy convencidos tanto el cuerpo técnico como la secretaría técnica que nos va a aportar mucho", explicaba recientemente el consejero delegado, Fernando Roig Negueroles.
A falta de que Barry confirme las buenas sensaciones que ha dejado en sus primeros partidos de amarillo, el que se ha revelado como una apuesta segura y ganadora es Ayoze. El futbolista canario está siendo el hombre-gol del Villarreal en este inicio liguero y sus tres dianas en cinco partidos le han dado al conjunto amarillo cinco de sus 11 puntos.
Suyo fue el tanto en el descuento que dio al equipo de Marcelino García Toral la victoria en el Sánchez-Pizjuán, un gol especial por ser el primero que marcaba vestido de amarillo y por el rival. "Cuando vives un derbi en Sevilla ya se te queda esa cosita dentro, vives los partidos contra el que era rival de una manera diferente. Por muchas circunstancias que se dieron, minuto noventa y tantos, mi pasado bético... se hace más especial", contaba el futbolista a DAZN.
Un gol cada 83 minutos
También su segundo gol, el que permitió empatar en Mestalla, llegó en el añadido, pero del primer tiempo. Y, por último, el del pasado sábado en Son Moix también el tiempo extra para atrapar la tercera victoria del curso y colocar al Villarreal en puestos de Champions. Este domingo será amenaza ante el Barcelona (18.30 horas, DAZN).
Al margen del valor de sus goles en este arranque, Ayoze está firmando el mejor inicio de cara a puerta de su carrera, promediando un gol cada 83 minutos. En ninguno de los equipos por los que ha pasado desde que dio el salto al profesionalismo había empezado un curso con números similares.
Su mejor temporada en esta faceta es la 2013-14, con el Tenerife. En su último curso en tierras canarias antes de dar el salto a Inglaterra, Ayoze anotó 16 goles en 34 partidos disputados en Segunda División. En la máxima categoría, su techo son los 12 goles en 37 encuentros con el Newcastle United la campaña 2018-19. Ya de vuelta a España, la pasada temporada, la primera completa en el Real Betis, la cerró con nueve goles en 31 encuentros de Liga.
Las llamadas de Luis de la Fuente
El conjunto verdiblanco trató de retenerlo, pero una cláusula de rescisión de solo cuatro millones de euros y la sensación de que el Betis no le valoraba lo suficiente le hicieron salir. "El mercado se dio como se dio y al final todo pasa por algo. El Villarreal vino con todo valorándome mucho como futbolista, dándome la importancia que merecía y estoy contento del cambio, de estar aquí, de cómo han surgido las cosas y del inicio tan importante".
Su buen rendimiento tanto la pasada temporada como en la actual le ha servido, además, para ganarse la confianza de Luis de la Fuente. Ayoze formó parte de la selección que se proclamó campeona de Europa este verano en Berlín y ha seguido entrando en los planes del seleccionador, siendo convocado para los primeros partidos de la fase de grupos de la Nations League ante Serbia y Suiza.
Era el minuto 13, rozaba el 14, en aquella tarde del 25 de mayo de 1996 en el Vicente Calderón cuando Diego Simeone peinaba un balón a la red del Albacete en el último partido de liga. El entonces mediocentro del Atlético de Madrid corría como un poseso mostrando la camiseta mientras el presidente rojiblanco, Jesús Gil y Gil, murmuraba: "El primero, el primero", para después pedir calma. En esa camisola, en grandes letras azules figuraba un nombre: "Marbella". Ese patrocinio fue el principio del fin para Gil tanto en el club como en el consistorio andaluz.
Pese a que fue el tanto más feliz para Simeone, según reveló en una entrevista, ya que era el que certificaba el doblete Liga y Copa con Radomir Antic en el banquillo, ese mismo año, la concejal socialista, Isabel García Marcos, denunciaba las posibles irregularidades en los patrocinios deportivos del ayuntamiento de la Costa del Sol. Querella respaldada posteriormente por la Fiscalía Anticorrupción.
Mientras la Justicia comenzaba su investigación, el nombre de Marbella, que presidía las camisetas del equipo colchonero, también aparecía en la de clubes andaluces como el Sevilla y el propio Atlético Marbella, controlado en la sombra por Jesús Gil. Y hasta en equipos de baloncesto como el Joventut. "Valoro negativamente que una ciudad de fuera tenga que patrocinar al equipo más emblemático de Badalona. No se trata más que de una maniobra de Gil y Gil, que más que un político es un showman y un folclórico, para introducirse en Cataluña con vistas a las próximas elecciones generales", declaró en su momento Xavier García Albiol, representante del Partido Popular en Badalona.
14 de octubre de 1998
En el Atlético, el nombre de Marbella lució de 1991 a 1993, de 1994 a 1996 y la campaña 1998/99. Pero sería un 14 de octubre de 1998 cuando todo estalló. La Guardia Civil entró a las 12 del mediodía de manera simultánea en las oficinas del Vicente Calderón y en las del consistorio andaluz. Había serias sospechas de que Jesús Gil, presidente del Atlético y alcalde de la localidad, desviara fondos públicos hacia el club.
Según la investigación, Gil había falsificado los contratos de patrocinio del Ayuntamiento de Marbella respecto al club rojiblanco. El juez Santiago Torres mandó a prisión provisional al mandatario colchonero porque, en la instrucción, encontró indicios del trasvase de 450 millones de pesetas (2,7 millones de euros) de la entidad pública al Atlético de Madrid. Prisión de la que Gil saldría gracias al abono de una fianza de 100 millones de pesetas (6 de euros) y debido a su teórico delicado estado de salud.
Simeone, con Marbella en la camiseta, celebra el doblete del Atlético.EFE
No se libraría en cambio de la pena. En el año 2000, la Audiencia Provincial de Málaga condenaría al mandatario en lo que se bautizó como el caso Camisetas a 28 años de inhabilitación por cuatro delitos de prevaricación, dos de ellos en concurso con tráfico de influencias. Sin embargo, resultó absuelto de los delitos de malversación y falsedad. Esa condena fue ratificada por el Tribunal Supremo dos años después y eso terminó forzando la dimisión de Gil al frente del consistorio marbellí. Aguantaría un año más al frente de la entidad rojiblanca.
Durante ese proceso judicial, el club viviría el mismo desarrollo que su presidente, un mandatario volcánico para el que "echar un entrenador es como tomar una cerveza". Si aquel mayo de 1996, el Atlético holló la cumbre, apenas cuatro cursos después, en el Tartiere, descendió a los infiernos. Dos temporadas estuvo el club en Segunda División de la que conseguiría salir gracias a Luis Aragonés el mismo año en el que el Supremo ratificaba la sentencia de las Camisetas contra Gil.
La transformación del Marbella
La caída del Atlético Marbella, en cambio, fue anterior. El filial de Gil en la Costa del Sol llevaba el proceso contrario a su hermano mayor. Venía de estar cuatro años en su cumbre, la Segunda División, cuando en la temporada del doblete del Atlético de Madrid encadenaría dos descensos consecutivos que llevaron, junto con una deficiente gestión económica culminada con una relegación administrativa a Regional Preferente por impagos a jugadores, a su desaparición en 1997 tras declararse en quiebra.
El club se refundó como Unión Deportiva Marbella ese mismo año y cambió de nombre a Marbella Fútbol Club en 2013 tras ser comprado por el millonario ruso Alexander Grinberg. Ahora la entidad pertenece al empresario chino Zhao Zhen y aspira a llegar al fútbol profesional, algo que no ha logrado en sus 27 años de historia.
Gil, tras renunciar a la alcaldía de Marbella, con Julián Muñoz detrás.EFE
Este sábado a las 21.30, en La Rosaleda, estadio en el que debutó el Cholo como entrenador rojiblanco hace justo 13 años, se enfrentan esos dos hermanos unidos por un pasado turbulento. Que sólo se habían cruzado una vez en el camino, también en Copa del Rey, y en el que los colchoneros ganaron a los andaluces tanto en el partido de ida como en el de vuelta. Si repiten los colchoneros, serían 13 victorias seguidas e igualarían la mayor racha en la historia del Atlético, conseguida también por Simeone en la temporada 12/13.