Ni etapas, ni podio, ni la montaña… las razones del inmenso vacío español en el Tour: “Nos toca una época en la que es súper complicado”

Ni etapas, ni podio, ni la montaña... las razones del inmenso vacío español en el Tour: "Nos toca una época en la que es súper complicado"

La etapa entre Muret y Carcassone fue un buen síntoma de la frustración permanente del ciclismo español, del querer y no poder del que otrora era la envidia del resto, ahora relegado a las migajas. Carlos Rodríguez no pudo intentarlo con más ahínco y ambición en la fuga del día. Fue protagonista total, sumando su esfuerzo al de la jornada anterior camino de Superbagnères (donde ganó su compañero Thymen Arensman), pero cada vez que había una selección, el granadino perdía comba.

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Algo parecido a Iván Romeo, “etapa marcada”, sacrificio suyo y de todo el Movistar que acabó en las lágrimas del prometedor ciclista en meta, en la escapada pero lejos de la victoria. “Era un día para mí, pero fui siempre a contrapié. Terminar el 14º no es lo que quería. Tengo mucha rabia dentro porque había piernas para estar más adelante”, se sinceró.

Rodríguez finalmente sacó un buen pellizco de ventaja para la general (« no era lo principal»), en la que ascendió a la novena plaza. Las migajas. No quebró ninguna de las maldiciones que persiguen a los nacionales en el Tour. Precisamente él fue el último en alzar los brazos, 42 etapas atrás, brillante en Morzine 2023, donde hizo lo que casi nadie, sorprender a Pogacar y Vingegaard. Ese mismo año, días antes, Pello Bilbao había roto una racha que había puesto alarmantemente el contador de la sequía en 100. Otro dato para reflexionar: España no se queda sin al menos un top cinco en las primeras 15 etapas desde 1980. Para encontrar otro caso similar, hay que remontarse a 1950.

Y más. En lo que llevamos de siglo, España sólo se ha quedado una vez sin representación en el top 10 final del Tour. Fue en 2022, cuando Luis León Sánchez sólo pudo ser 13º a casi 50 minutos de Vingegaard.

Rodríguez, que habló de sus «mejores sensaciones» y de «seguir intentándolo», y Enric Mas, son los señalados. Por contrato, por talento y por galones. Ambos amanecieron mirando a la general y ambos han acabado pensando en otra cosa. Una escapada, una etapa que alivie las críticas. Mientras que el del Ineos admite ir a más, el balear, con tres podios de la Vuelta en su palmarés, parece bloqueado mentalmente con el Tour, en el que ya cumple siete participaciones (quinto en 2020 y sexto en 2021). «Cuando vienes a intentar hacer la general y tienes la mala suerte, por llamarlo de alguna manera, de salir de esa clasificación, asimilarlo cuesta un par de días», analiza su director José Joaquín Rojas después de la decepción de las jornadas alpinas. «Es más psicológico que físico, es más mental que otra cosa. Tiene que pasar el duelo. En los Alpes veremos al Enric de siempre», augura.

Carlos Rodríguez, en el Tour.CHRISTOPHE PETIT TESSONEFE

Rojas, que presenció bien de cerca los éxitos de su inseparable Valverde, de Contador y Purito, cuando ganar era norma, es consciente de la presión sobre el ciclismo español. Que no gana un Tour desde 2009 (Contador, el último en vestir de amarillo también), que no pisa un podio desde 2015 (Valverde), pero que tampoco lucha por la Montaña (el último fue Samuel Sánchez, en 2011) o por la Regularidad (Freire en 2008). Rojas se ciñe al Movistar, un equipo que no se lleva una etapa desde Nairo Quintana en Valloire, en 2019. «No nos sentimos presionados. Somos un equipo de la mitad de la tabla para atrás en cuanto a presupuesto y no se pueden hacer muchas maravillas. Cualquiera del UAE estaría en el podio. Nosotros con lo que tenemos estamos satisfechos. Sabemos cuáles son nuestras posibilidades», confiesa.

Esta vez fueron 10 los españoles de inicio, cada uno con diferentes misiones. Por suerte, ninguno ha tenido que retirarse. Marc Soler brilla en su preciada labor de sombra de Pogacar. Los jóvenes Iván Romeo y Pablo Castrillo se divierten (y sufren) en su debut. Ion Izagirre (que también ganó etapa en aquella edición de 2023) y Alex Aranburu, compañeros en el Cofidis, pasan desapercibidos. García Cortina y su espíritu disfrutón cumple en su labor de protección y apunta a jornadas más propicias: «En la tercera semana hay un par de etapas que me gustan y también habrá más fatiga en todo el mundo. Ojalá».

Luego está la pareja del Arkea, dos tipos bajo el radar que están rindiendo. Pues ambos, Cristián Rodríguez y Raúl García Pierna, tienen la misión de proteger a la esperanza francesa, Kevin Vauquelin. El almeriense es el segundo mejor español en la general (19º), espoleado por el fin de su contrato en el equipo galo. «Para mis aspiraciones personales no es el momento. Con la edad y la experiencia que tengo, me gusta más trabajar para un compañero así, que hace buenos resultados. Que por ejemplo, ser el 15 de la general, que podría», confiesa en EL MUNDO quien pronto tuvo que buscarse la vida fuera de España. «Fue lo mejor que pude hacer. En Francia estoy súper bien y no sé si volveré, porque se me valora más. Cuando voy a España siempre me piden más, no me valoran lo que hago. Es un poco raro», protesta.

A su lado, también de rojo Arkea (aunque el año que viene le espera el Movistar), la sonrisa inseparable de García Pierna, estirpe de ciclistas (su padre es Félix García Casas, su hermano Carlos corre en el Caja Rural). El año pasado fue su debut, este vuela con sensaciones estupendas. «Me noto mejorado y tengo más interiorizado el ritmo de carrera», admite, brillante en los Pirineos (12º en Hautacam, 26º en Superbagnères).

«El ciclismo ha subido a niveles estratosféricos con Pogacar, Van der Poel y todos estos genios. Es una época gloriosa y es súper difícil. Tuvimos la suerte de tener a Contador, a Valverde a Purito. Antes a Indurain, a Perico. Ahora hay jóvenes con talento que no están para ganar el Tour pero sí para hacer cosas grandes. Hay que seguir insistiendo con la cantera», concluye con el análisis Rojas. “Nos toca una época en la que es súper complicado conseguir victorias y luchar por algo, pero a la vez estás compartiendo pelotón con el que quizá sea el mejor de la historia y hay que saber disfrutarlo también”, añade García Cortina.

kpd