Mucho más que un Mundial de Ajedrez: el maestro zen contra el imperio ruso

Mucho más que un Mundial de Ajedrez: el maestro zen contra el imperio ruso

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La ausencia del número uno, Carlsen, y la sombra del Kremlin oscurecen el duelo entre Nepomniachtchi y Ding Liren

Ian Nepomniachtchi-EFE

La Rusia de Putin parece a punto de recuperar uno de sus trofeos más preciados, el título de campeón del mundo de ajedrez. Que nadie piense que ahorrará en recursos para conseguirlo. El 7 de abril se celebra la ceremonia de apertura en Astaná (Kazajistán) y dos días después se disputa la primera de las 14 partidas entre el gran maestro ruso Ian Nepomniachtchi y el chino Ding Liren. El 1 de mayo tendrá lugar la coronación, justo el día en que será oficial un cambio geopolítico histórico: la Federación de Ajedrezrusa ya no dependerá de Europa, sino de Asia.

Nepo y Ding son los números dos y tres del mundo. El líder indiscutible, Magnus Carlsen, renunció a la corona y abrió las puertas del palacio a jugadores que muchos no consideran dignos de la pesada carga de reinar. Garry Kasparov es tajante: “Es un duelo amputado. Difícilmente lo podemos llamar campeonato del mundo”.

No hay que desdeñar el citado viraje hacia Asia que vive el ajedrez. La corona acabará allí, dado que la federación rusa acaba de hacer oficial su fuga de la Unión Europea de Ajedrez (ECU). Los grandes maestros rusos competirán así “más libremente“, como celebra el presidente de la Federación Internacional (FIDE), el ruso Arkady Dvorkovich. Malcolm Pein, vicepresidente de la ECU, no piensa igual: “Es es un día vergonzoso para el ajedrez. Somos el primer deporte que ve cómo su órgano rector facilita a su federación en Rusia eludir las sanciones pasándose a Asia”. En tierra de casi nadie quedan muchos ajedrecistas, contrarios a la invasión de Ucrania y a las decisiones de sus políticos y directivos.

Esta politización de los tableros no es nueva. Durante la Revolución rusa de 1917, el juego de las 64 casillas se convirtió en un símbolo. La bandera soviética bien podría haber ondeado con un alfil y un peón, en lugar de la hoz y el martillo. Lenin, empeñado en demostrar la decadencia del capitalismo occidental, se aplicó en fabricar campeones de ajedrez como si fueran armas de seducción masiva. Poco más de un siglo después casi todo ha cambiado, pero el espíritu es similar.

Perfiles de los aspirantes

El héroe soñado por el imperio es Nepomniachtchi (Briansk, 32 años), hijo de profesores, periodista de formación, brillantísimo estudiante y antigua estrella de los videojuegos. Llega en el mejor momento de su carrera a su segundo asalto al título, con más Elo y experiencia que su rival. El marcador particular también le favorece. En 2021 se estrelló contra Carlsen, pero la fuga del noruego le da unas probabilidades de ganar hasta hace poco impensables. También de llevarse la mayor parte de un botín de dos millones de euros.

En su camino solo se interpone un chino menudo y solitario. Ding Liren (Wenzhou, 30 años) suele viajar sin compañía y sin ayudantes. Al menos es lo que hizo en el torneo de Candidatos de Madrid, donde apenas salía del hotel, salvo para dar largos paseos, ni comía mucho más que el arroz hervido que se preparaba él mismo en su habitación. Ding es un asceta del que tampoco conviene fiarse; hace unos años rompió el récord de Carlsen al permanecer imbatido durante cien partidas seguidas.

Ding Liren es un lobo solitario con piel de cordero. En lo primero se parece a Bobby Fischer, el hombre que rompió la aplastante hegemonía soviética de la segunda mitad del siglo XX. Su aspecto inofensivo es inédito para un gran campeón, sin embargo. Hubo otros aspirantes amables, como David Bronstein, pero de un modo u otro acababan perdiendo. Esa posible falla psicológica es el segundo gran obstáculo para el chino. El primero es su presunta desnudez armamentística. Es un maestro zen dispuesto a enfrentarse al formidable equipo humano y tecnológico con el que cuenta Nepo.

A cambio, el favorito ha demostrado ser más débil en los momentos críticos. En su primer asalto al título, resistió bien contra Carlsen en las primeras partidas, pero en cuanto sufrió su primera derrota se desplomó. En los dos Candidatos que ha ganado le fue todo rodado. Está por ver qué ocurre si Ding Liren golpea primero. El chino sería el primer campeón nacido en su país, de donde proceden, curiosamente, la mayoría de las últimas campeonas.

Kramnik, último campeón ruso

El último rey ruso fue Vladimir Kramnik, el hombre que destronó a Kasparov. Perdió su título en 2007, a manos del indio Vishy Anand. Sergey Karjakin anduvo cerca de repetir la gesta contra Carlsen, quien después se la negó también a Nepomniachtchi.

En Kazajistán, veremos un duelo que unos consideran ilegítimo por la ausencia del genio noruego y otros por motivos políticos. El más crítico es el gran maestro Peter Heine Nielsen, ayudante de Carlsen durante años. Insiste en que a Nepo le ayuda un estado con las manos manchadas de sangre y unos patrocinadores controlados por conocidos oligarcas. “¿Puede asegurarse que el Kremlin no utilizará el Mundial para hacer propaganda?”, se pregunta el jugador y entrenador danés.

kpd