Otra historia
Gimnasia
Con 1,4 millones de seguidores, es la deportista española con más éxito en esta red social. “Es importante publicar vídeos con los que te sientas cómoda para luego no hacer caso a ciertos comentarios”, dice
Si utilizan TikTok ya la conocen: Marina González, menudo éxito. Pero si no utilizan TikTok…
Hace seis años -¡seis años!-, cuando sólo tenía 14, Marina González, entonces una aprendiz de gimnasta, una niña que hacía playback con sus amigos en su habitación de Malgrat de Mar, se abrió una cuenta en esa red social y vídeo a vídeo, bailoteo a bailoteo, outfit a outfit, empezó a encontrar seguidores. Hubo clips, muchos clips, con 5.000 o 10.000 visualizaciones. Luego otros con 50.000 o 100.000 visitas. Y al final, en su debut olímpico, en los Juegos de Tokio, publicó piezas que superaron los 10 millones de ‘clicks’. Hoy es la deportista española con más seguidores en esta red social, 1,4 millones, muy por delante incluso de estrellas internacionales: en su mismo deporte, Simone Biles, leyenda, mito, apenas supera los 400.000. ¿Cuál es el truco?
“No lo sé, la verdad. Desde pequeñita siempre me he sentido muy cómoda en redes sociales porque me muestro tal y como soy. No me fijo en los seguidores, sólo subo contenido con naturalidad. Para mi es una suerte porque también puedo enseñar un deporte minoritario como el mío, la gimnasia, a un público que no lo conoce. Es bonito”.
Del éxito en redes al acoso
Habla González por Zoom desde Ames, la pequeña ciudad estadounidense que acoge la Iowa State University, donde se ha ido a estudiar Empresariales con una beca deportiva. Incluso allí, asegura, le han parado por la calle para hablarle sobre sus tiktoks, aunque reconoce la cara menos amable de tanta relevancia. Otras deportistas jóvenes, como la pertiguista Clara Fernández, ya señalaron la filia línea entre la admiración y la lascivia.
“Tengo los seguidores más amables del mundo, me mandan mucha energía, me ayudan y yo intento ayudarles a ellos. Pero evidentemente en las redes sociales, como en todos los sitios, no sólo hay gente tan amable. Por eso es importante publicar sólo cosas que te gusten, vídeos con los que te sientas cómoda, para luego no hacer caso a ciertos comentarios. Lo importante es saber quién eres y quienes están a tu alrededor”.
González empezó en la gimnasia como podía haber empezado en cualquier otro deporte. De hecho, lo hizo. Atletismo, snowboard, natación, surf o taekwondo, a todo estuvo apuntada, en todo destacó, pero un día le vieron probando saltos mortales sobre el tatami y le indicaron que quizá ya estaba claro qué era realmente lo suyo. Un encuentro de niña con Gervasio Deferr, de quien guarda una foto, sirvió como acicate, y el resto ya es palmarés: a los 16 años fue subcampeona de España y clasificó a la selección para los Juegos Olímpicos de Tokio cinco ediciones después.
La vida en Estados Unidos
La cita fue especial, tanto que su abuela fundió todas sus pulseras para hacerle un colgante con los cinco aros. La cita fue especial, tanto que le cambió la vida: tras ella llegó la mudanza a Estados Unidos.
“Fue un cambio de cultura, pero me he acostumbrado. Al principio me chocó ver a gente por la calle antes de las seis de la mañana, que las sesiones de gimnasio empezaran tan pronto, irme a dormir tempranísimo, pero al final me he adaptado al ritmo”, expone González que ahora además encara una nueva rutina: de las aulas a rehabilitación y de rehabilitación a las aulas. Antes del último Mundial, recuperada de una lesión de tobillo, se rompió los ligamentos cruzados de la rodilla derecha en una mala caída en la barra de equilibrios y pasará el próximo año en recuperación.
Al volver, le tocará luchar por estar en los Juegos Olímpicos de París 2024 en esta nueva gimnasia, la gimnasia post-Biles, que reclama exageradas acrobacias, que castiga el físico como pocos deportes. “Es exigente, pero también hay que saber mantener el equilibrio. Es importante ser limpia en la parte artística. Igualmente yo sé que para dar el salto, para estar entre las mejores, lo que más necesito es mantener la mente fría, competir como entreno”, finaliza González antes de subir su próximo vídeo. Por difícil que sea, las penurias de una deportista olímpica se puedan compaginar con bailoteos y outfits, bajo la mirada de 1,4 millones de seguidores en TikTok.