Los presidentes territoriales buscan los acuerdos para convocar a la Asamblea, censurar a Rubiales y proponer un candidato alternativo a Pedro Rocha.
Luis Rubiales seguirá apartado de su cargo en la presidencia de la Federación Española de Fútbol hasta el próximo 24 de noviembre, cuando concluyan los 90 días de «suspensión provisional» que le impuso la FIFA. Es el único castigo recibido por el beso no consentido a Jenni Hermoso y sus gestos en el palco. Sin embargo, la maquinaria para su relevo parece imparable. Tendrá que ejecutarse sin la inhabilitación del CSD tras el revés del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), del que ya sólo se esperar a que lo suspenda «temporalmente» mientras incoa el expediente por faltas «graves». La vía gubernamental ha fallado y ahora se vuelve a apuntar con el dedo a la Federación.
Lo hizo el ministro Miquel Iceta al pedir la implicación de «todos los estamentos», aludiendo directamente a las «asambleas y juntas directivas» para que «tomen la iniciativa» y «ejerzan con plenitud» las competencias que ostentan. Esto era una llamada a la acción a la junta directiva y la Comisión de Presidentes Territoriales que han tomado el mando federativo en la última semana. La moción de censura es una herramienta que deben explorar. De hecho, hay presidentes territoriales que ya la defienden públicamente. ¿Por qué no la acordaron el pasado lunes? Distintas fuentes explican a EL MUNDO que no había un consenso claro, como quedó reflejado en lo costoso que fue sacar adelante un comunicado conjunto en el que pedían la dimisión de Rubiales. Algunos no querían enfrentarse al presidente suspendido.
Para saber más
Las deliberaciones del TAD han dado tiempo a que varios barones hayan estado trabajando en esa dirección. Para presentar una moción de censura es necesario el apoyo de un tercio de los 140 miembros de la Asamblea, 46. Los presidentes, miembros natos, son 19, más los 20 clubes de Primera y Segunda, de los cuales muchos pidieron su dimisión. El resto de votos tendrían que obtenerlos de clubes y futbolistas no profesionales, lo cual no sería problema porque tienen vinculación con sus federaciones territoriales.
Además, la moción debe incluir la propuesta de un candidato a la presidencia. Muchos presidentes creen que Pedro Rocha, designado por Rubiales como su sucesor, no debería ser el elegido, pero deberían llegar a un consenso que tampoco se antoja fácil. El valenciano Salvador Gomar, miembro de la junta directiva, se postularía si el resto de presidentes le dan un respaldo unánime.
Interpretaciones jurídicas
Con los apoyos y el candidato en el bolsillo, hay que salvar un escollo legal. Fuentes federativas deslizaron el pasado jueves que la Orden Ministerial que regula los procesos electorales en las federaciones deportivas asegura en su artículo 19 que no podrán presentarse mociones de censura «durante los seis primeros meses de mandato, ni cuando resten entre seis meses y un año hasta la fecha a partir de la cual pueda realizarse la convocatoria de elecciones, circunstancia a determinar por las normas federativas».
El problema es que los Estatutos de la RFEF no hacen referencia alguna y la interpretación de los juristas es distinta. Cuándo comienza a contar ese año es clave. Las elecciones tienen que convocarse en 2024, año olímpico, pero no se pueden celebrar antes de los Juegos de París porque, al menos, la selección masculina los disputará. Aunque finalizarán el 11 de agosto, el resto del mes es inhábil a efectos electorales, lo que lleva a septiembre como primera fecha en la que se pueden convocar los comicios, que suelen tener un proceso de tres meses por la complejidad para elegir a los representantes de los distintos estamentos en la Asamblea.
Por tanto, la Federación tendría margen todo septiembre de 2024 para convocarlas y poder celebrarlas dentro del año olímpico. Eso hace que los presidentes territoriales puedan armar su moción y someterla a votación de manera inmediata sin que falte un año para la convocatoria de elecciones.
Proceso en marcha
La moción colocaría un presidente hasta las elecciones de finales del próximo año, aunque podrían adelantarse si el CSD, mediante petición razonada, se lo permite y que el elegido o elegida disfrute de un mandato completo de cuatro años. Eso sí, cualquier conflicto jurídico que genere la moción ya no lo resolverá el TAD. Con la nueva Ley del Deporte los órganos competentes son los juzgados ordinarios, lo cual complica los plazos del proceso.
Esta es la vía que tiene en su mano el fútbol para cerrar el paso a Rubiales antes de finales de noviembre, pero puede volver a ser la FIFA más resolutiva. Su proceso disciplinario está en marcha. De hecho, Rubiales confirmó ayer en su primer comunicado público desde sus palabras en la Asamblea, que ha presentado alegaciones. Sin embargo, la agilidad que aporta ser una institución privada permite a la FIFA cerrar el proceso cuando lo considere completado e imponer una inhabilitación, si lo considera oportuno, de hasta 15 años.
La tercera vía es la iniciada por la Fiscalía de la Audiencia Provincial, que abrió diligencias de investigación preprocesal contra el presidente al considerar que el beso no consentido a Jenni Hermoso pudiera ser constitutivo de un delito de agresión sexual, previsto y penado en el artículo 178 del Código Penal. Para que este proceso avance, y pueda conducir a una suspensión, es primordial el testimonio de la jugadora, que aún tiene algunos días de plazo para comparecer.