La mente privilegiada de Carlos Rodríguez, el español que ilusiona en el Tour: “Tiene mentalidad de ingeniero”

La mente privilegiada de Carlos Rodríguez, el español que ilusiona en el Tour: "Tiene mentalidad de ingeniero"

Tour de Francia

Actualizado

El andaluz, debutante en el Tour a sus 22 años, se luce en los Pirineos y mira al podio de París a pesar de su accidentado 2023. Artetxe y Zandio, sus directores, hablan de su «inteligencia» y alaban su personalidad: «Está súper relajado»

Carlos Rodríguez, durante una de las etapas del País Vasco.MUNDO

En la ya calurosa mañana de Mont de Marsan, a unos metros de la plaza de toros de Plumaçon, del autobús del Ineos Grenadiers emerge una figura impresionantemente enjuta, con los brazos y las rodillas enrojecidos de cicatrices recientes. «¡Hannah, ahí está el sol. Que le de la sombra!», grita Xabier Artetxe a la reponsable de prensa del equipo británico. Todas las atenciones son pocas para Carlos Rodríguez (Almuñécar, 2001) el chico que pone el acento español en el presente Tour, quinto ya en la general tras sus estupendas pinceladas en los Pirineos.

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Más allá de los inalcanzables Vingegaard y Pogacar, hay otro Tour de hombres ilustres que buscan las migajas de un hueco junto a ellos en el podio de París. Una foto pretendida de la que pronto se cayó Enric Mas y a la que Mikel Landa no parece con suficiente energía para opositar. España tiene ansia de esos éxitos en la Grande Boucle que eran costumbre hace no tanto y ve a Carlitos con su pedaleo grácil ascender Cauterets y se ilusiona como hacía tiempo.

El andaluz es de discurso corto y carácter decidido. Tiene 22 años y debuta en un Tour, pero no le pesa demasiado ser ya el líder de una escuadra con tanto pedigrí y poderío económico como el Ineos, la que de 2012 a 2019 ganó siempre en París. «Hay que tener calma, tendemos a buscar al nuevo Indurain, al nuevo Contador, pero Carlos es Carlos. Está súper relajado, da gusto verlo», cuenta a EL MUNDO Xabier Zandio, pañuelo rojo de San Fermín al cuello, uno de los directores deportivos del equipo antes llamado Sky, para el que corrió seis temporadas.

LUIS TEJIDOEFE

Esa calma la corrobora Artetxe, otro de los capos de la escuadra, que habla de lo que más distingue a Rodríguez, además de sus virtudes fisiológicas: su personalidad. «Es un corredor fiable, seguro, sólido, consistente. Es un tío que le gusta trabajar y optimizar todo lo que hace al máximo. Empezó a estudiar una carrera de Ingeniería, pero tiene esa mentalidad de ingeniero, de tenerlo todo bajo control, planificado. Quiere tener un proyecto, un plan, y todo lo que sea fuera de eso, le rompe los esquemas», comenta el vasco.

Accidentes

Carlos, formado en la Fundación Contador, tuvo que dejar aparcados sus estudios de Ingeniería Industrial, en los que presumía de sobresalientes, e irse a vivir a Andorra. Saltó directamente de juveniles al Ineos, donde ha ido marcado su progresión también con nota. «El primer año con nosotros fue de adaptación, el del Covid. Pero ya hizo cosas bonitas. El segundo demostró su regularidad en el Tour del Porvenir, quedó segundo por detrás de Jorgenson [además, fue campeón de España]. El tercero preparamos la Vuelta y le fue muy bien, a pesar de la caída que le pudo mandar para casa. Luchó hasta el final y demostró lo duro que es [acabó séptimo]. Este año ya queríamos probarlo en el Tour», continúa Artetxe, que sigue alabando la mente privilegiada de su pupilo: «Lo pilla todo a la primera. Está rodeado de gente súper profesional, en el bus tenemos a un ganador de Tour y Giro [Egan Bernal], a Castroviejo, uno de los mejores gregarios del mundo, a Kwiatwoski, campeón del mundo, a Pidcock, campeón olímpico… Él no pregunta y observa.Se está haciendo un nombre entre ellos».

Rodríguez sigue repitiendo que está aquí para «aprender», pero cómo obviar su osadía al salir a rueda de Vingegaard y Pogacar camino de Laruns o sus estupendos últimos kilómetros en Cauterets (marcó el tercer mejor tiempo ahí, más rápido que el líder). En la general le separan dos minutos de Jay Hindley, tercero. Una pelea por el podio en la que sube en las apuestas. «Por supuesto que es el objetivo. Vamos a ir día a día, sabiendo que es difícil, que Hindley es un gran corredor que ha hecho primero y segundo en el Giro. Pero Carlos está bien», admite Zandio, que no dudará en poner toda la maquinaria del Ineos en favor del corredor español.

Y tanto Zandio como Artetxe, los senseis de la perla, recuerdan que no todo fue tan bonito, los «momentos difíciles», pues, a pesar de las grandes sensaciones actuales, ni mucho menos este 2023 ha sido fácil para un Carlitos al que los incidentes le persiguen incluso estos días: el miércoles se fue al suelo ya cruzada la meta tras chocar con un aficionado. «No ha sido nada fácil, porque tiene una manera de ser de que como se le muevan los esquemas, le cuesta, se le hace duro. Se rompió la clavícula en la Strade Bianche y cuando empezó a retomar los entrenamientos le atropelló un coche. Después, tuvo problemas de rodilla. Ha llegado a cuenta gotas, pero desde que empezó en altura en mayo, no ha tenido ningún paso atrás», apunta su director.

Cuando le preguntan por sus ídolos, Carlos habla de Contador y de Froome, pero sorprende al admirar también a un Indurain al que no llegó a ver nunca en acción, pues no había nacido. «Le estoy descubriendo», dice. ¿A quién se parece él? Difícil respuesta hasta para los que le rodean. «Quizá no pueda romper un día la carrera, pero tampoco falla ninguno»; «Es un tío que mira mucho los vatios y entiende muy bien su cuerpo»; «Es muy fondista, tiene las ideas muy claras. Es duro, valiente». Todo eso pronuncian de él Zandio y Artetxe, orgullosos. «Tiene una grande en las piernas», dicen otros que también le conocen. Un secreto a voces, como su fichaje por el Movistar para el próximo año: Carlos Rodríguez será el nuevo líder de la escuadra telefónica en 2024.

kpd