Aparece en la sala de prensa la italiana Jasmine Paolini, flamante finalista de Roland Garros, y todas las preguntas parecen acabar en una misma: ¿Quién eres? De 28 años, hasta este año no había estado entre las 25 mejores del ranking WTA, pero llegó a octavos del último Abierto de Australia, ganó el pasado Masters 1000 de Dubai y ahora… ¡boom! Este jueves derrotó a la joven Mirra Andreeva en semifinales por 6-3 y 6-1 y consiguió el éxito de su vida.
Con un tenis defensivo que responde a sus 1,60 metros, estos días en París se ha mostrado más agresiva y, sobre todo, muy consistente, muy serena, muy lanzada. En la final de este sábado (16.30 horas, Eurosport) se medirá a la gran favorita, la número uno, Iga Swiatek, pero ya nadie le bajará de los cielos. De hecho, el próximo lunes aparecerá, como mínimo, como la número siete del ranking WTA.
Y entonces… ¿Quién es? Nacida en la Toscana, de padre italiano y madre polaca, su origen familiar genera confusión. En ocasiones se habla de ella como ghanesa porque su abuelo materno era de Ghana, pero nunca lo conoció. “Tengo varias sangres en mi cuerpo, pero no sé mucho de mis orígenes ghaneses. ¡Quizá mi velocidad en la pista venga de Ghana! Conozco más Polonia. Mi abuela vive allí, yo iba todos los veranos y, de hecho, hablo polaco. Con Iga a veces hablo en polaco. Igualmente me siento muy orgullosa de ser italiana”, aclaraba Paolini después de un partido perfecto.
Pese a que nunca había pasado de segunda ronda en París, se plantó ante Andreeva como si fuera una habitual en estos partidos mientras la rusa temblaba. A sus 17 años, en la Philippe Chatrier, también era lógico. En el primer set hubo más discusión, pero el encuentro se acabó pronto. Andreeva, pupila de Conchita Martínez, tendrá más oportunidades.
El dominio de Swiatek
Paolini vivirá la suya el sábado ante Swiatek. La polaca superó a la estadounidense Coco Gauff por 6-2 y 6-4 y siguió su senda triunfal, intratable, dominadora. En los últimos cinco años ha disputado cuatro finales de Roland Garros y, de momento, ya lleva tres títulos. Este jueves le preguntaban sobre si su figura podía compararse a la de Rafael Nadal y ella contestaba con gracia: “Bueno, preguntadme dentro de 14 años y lo valoramos”.
En todo el torneo Swiatek sólo ha sufrido en un partido, en segunda ronda, ante Naomi Osaka, y el resto de duelos han sido una exhibición de su superioridad. Ante Gauff no fue menos. El sábado tendrá la opción de levantar su cuarto Roland Garros, aunque delante tendrá a una Paolini crecida a la que ya nadie bajará de los cielos.