Copa del Rey de Baloncesto
Barça – Unicaja (21.30 h.)
El joven pívot del Barça es una de las revelaciones de la temporada a las órdenes de Jasikevicius. “En la Copa del Rey puede pasar cualquier cosa”, avisa antes del duelo de cuartos contra Unicaja
James Nnaji (Makurdi, Nigeria, 2004) es la viva imagen de la perseverancia. Su estatura le empujó a jugar a baloncesto de niño y lo llevó después a la Ratgeber Academy, en Hungría, desde donde llamó la atención de varios equipos. El Barça, finalmente, fue el que se hizo con su fichaje y, en enero del año pasado, debutó con el primer equipo con un impacto fulgurante. Tiene mucha fuerza, mucha explosividad, pero le quedan cosas por pulir, como el tiro, en las que trabaja con una disciplina envidiable. Algo que le viene, quizás, de cuando soñaba con convertirse en soldado.
- ¿Cómo fue su infancia en Makurdi?
- Fue increíble, la típica de un chico africano. Me levantaba por la mañana para ir a la escuela y, después, iba al mercado. Somos comerciantes, tenemos una tienda allí. Estaba allí hasta el anochecer y, luego, iba a actividades en la iglesia. Y en los fines de semana, finalmente, a veces, iba a jugar al baloncesto. Así es como pasaba mi tiempo en Nigeria.
- Hay una base aérea bastante grande en los alrededores. ¿Alguna vez soñó con ser piloto?
- No, nunca soñé con ser piloto. De niño sólo soñaba con convertirme en soldado. A día de hoy, mi padre aún me sigue llamando “soldado” (ríe).
- ¿Fue duro ser diferente de los demás niños a causa de su estatura?
- Sí. Por un lado, me sentía realmente honrado, porque es un gran don, pero a su vez también me sentía algo deprimido, porque no cabía del todo bien en los pupitres, a veces mis piernas tocaban con la taquilla que tenía en clase y hasta crecí más que mi uniforme, porque llevábamos uniforme cuando iba a la escuela en Nigeria… En general, me sentía bastante incómodo.
- ¿Fue entonces cuándo decidió que sería jugador profesional de baloncesto?
- Lo cierto es que no decidí que sería profesional cuando era niño. Empecé a jugar sólo porque era alto, no sabía mucho de baloncesto, sólo sabía que había gente lanzando y haciendo mates, no había visto mucho de este deporte. Me di cuenta de que podía convertirme en profesional cuando estuve en Hungría y jugamos un torneo contra gente de las academias de la NBA. Esos tipos eran tan atléticos que les perseguía con todas mis fuerzas y apenas podía con ellos, me quedé asombrado por cómo dominaban el juego y pensé “yo puedo ser como ellos”. Fue entonces cuando vi que podía ir un paso más allá.
- ¿Ir a Hungría fue una decisión dura?
- Realmente, no. Para mí, era un gran viaje y todo el mundo estaba muy contento por mí. Si vives en Nigeria, o en África en general, viajar al extranjero es un privilegio. No todo el mundo sueña con viajar o dejar su país para ir a un país desarrollado como Hungría, pero, para mí y para mi familia, fue fácil. Por supuesto, a nivel psicológico y emocional fue un golpe, pero todos éramos conscientes de que era algo muy grande para mi futuro.
- ¿Qué pensó cuando le dijeron que el Barça quería ficharlo?
- A decir verdad, me lo dijeron el primero de abril, el April Fools’ Day, el día de los inocentes en muchos lugares del mundo, y pensaba que me estaban tomando el pelo. Fue en 2020, y mi mánager me dijo que había tres equipos españoles que querían ficharme y que el Barça era uno de ellos. “Qué bueno el chiste”, le contesté y me dijo “no estoy bromeando, te lo digo de verdad”. Entonces me di cuenta de que era el momento de ponerme las pilas y tomármelo aún más en serio.
- ¿Cómo es trabajar con un entrenador tan exigente como Jasikevicius?
- Es fantástico. No he estado metido en el baloncesto tanto tiempo como para saber qué se necesita para ser un gran entrenador, pero, desde mi punto de vista, él lo es. Sus conocimientos estratégicos para contrarrestar a los rivales o hacernos mejores son fantásticos y sabe qué hace falta a nivel psicológico, físico y en todos los aspectos para poder ganar.
- ¿Trata a los jóvenes de forma diferente? ¿Es más comprensivo con ellos?
- Irónicamente, no. Me dice “no espero que hagas milagros, James”, pero sí espera que haga mi trabajo. Sabe que hay unas expectativas con respecto a mí y quiere que sea capaz incluso de superarlas. Y eso es lo que intento hacer.
- ¿Cuáles son sus puntos más fuertes como jugador?
- Para mí, la defensa. Creo que puedo ser un muy buen defensor. Además, pienso que tengo mucha explosividad, puedo saltar muy rápido y aportarle toda mi energía al equipo cuando hace falta, cuando es más importante darla. Eso es, sobre todo, lo que intento hacer: aportar energía.
- ¿Y sus puntos débiles?
- El tiro. De hecho, lo he estado trabajando mucho durante los últimos años. Desde el punto de vista psicológico, he plantado la semilla y espero que florezca con el tiempo. Lo cierto es que no ha mejorado tanto como esperaba, pero sigo esforzándome para alcanzar el nivel que quiero tener.
- ¿Sueña con la NBA?
- No podría decir que no piense demasiado en ello. A decir verdad, me encantaría ir. La NBA es la mayor liga del mundo, todo el mundo sueña con ir allí. Además, creo que mi estilo de juego se adaptaría muy bien a su exigencia. Hay jugadores muy físicos que continuamente están saltando para bloquear o para ir al rebote. Puede que haya mucha gente que piense que ya tienen bastantes jugadores de este tipo ahí mismo, que no necesitan que vengan más, pero creo que podría hacerme un hueco.
- La Euroliga es uno de sus trofeos más deseados. ¿Piensa que este va a ser al fin el año del Barça?
- Tenemos una muy buena oportunidad para ganarla. En el equipo contamos con jugadores con mucha experiencia, que ya pelearon por ella en el pasado, que saben lo que se siente, qué suponen la presión y la tensión de la competición. Creo que es nuestra mejor oportunidad. Si no conseguimos ganarla este año, pienso que pasarán varios más hasta que podamos estar tan cerca de lograrla. Por eso vamos a ir por ella.
- ¿Cuáles son sus sensaciones para la Copa del Rey?
- No diría que el Barça es favorito. Esto es la ACB, en la Copa del Rey puede pasar cualquier cosa. El Valencia o el Tenerife podrían lograrla sin problemas también. Creemos y esperamos, por toda la energía que estamos invirtiendo, que podemos tener nuestras opciones. Se trata de mantener la mentalidad alta e ir a por lo máximo que podamos.
- ¿Piensa que Unicaja será un rival especialmente complicado?
- A un solo partido, puede pasar cualquier cosa. Tienen mucha energía, defienden con mucha intensidad, muy fuerte. Creo que será un rival duro pero, con la gran experiencia que tienen muchos de nuestros jugadores y teniendo en cuenta el momento en que estamos ahora mismo, creo que tenemos muchas opciones de vencer.
- En las semifinales, el Barça podría medirse al Real Madrid. ¿Sería un duelo especialmente motivador o habrían preferido cruzarse con ellos en la final?
- Creo que sería mejor jugar contra ellos en la final, porque sería el típico duelo que se ha venido dando en los últimos años en la Copa. En una situación como esta, será un rival durísimo. La última vez que nos cruzamos en semifinales fue en la Euroliga, y nos ganaron, así que, ante el Madrid, querremos la revancha. Vamos a coger toda esa rabia y todo ese dolor que sentimos entonces y convertirlos en energía positiva para meternos en la final y cumplir con el camino que nos hemos marcado.