Mundial de Francia 2023
Los británicos hacen valer su eficacia con el pie y su defensa en los últimos minutos
El día previsto, a la hora fijada, puntual como acostumbra, Inglaterra se ha clasificado para las semifinales del Mundial de rugby. Sin brillantez pero con eficiencia. El quince británico llegó renqueante al campeonato y ha sacado adelante todos sus partidos comprometidos. Fiyi ha sido una de las notas agradables de Francia 2023. Entró en los cuartos de final como segunda de un grupo igualado pero cediendo dos derrotas. Venció precisamente a los ingleses en el último partido de preparación antes del campeonato y eso ha reducido su margen de sorpresa este domingo.
Los océanicos, un quince de físico rotundo con habilidades para el juego a la mano, destacan además en la pesca. En cuanto un rival cae al suelo con el balón, acuden como depredadores a robarlo. Tres veces lo hicieron en el primer cuarto de hora. Inglaterra jugaba menos al pie que en partidos anteriores pero empezaba, cómo no, muy eficaz. De sus primeras entradas en la 22 fiyiana extrajo 15 puntos, gracias a dos ensayos de Tuilagi y a Marchant y a un golpe de castigo.
En los contactos en mediocampo, por el contrario, el choque se inclinaba del lado fiyiano. Aunque sólo anotó uno de los tres primeros tiros a palos, el conjunto rojinegro fue capaz de, en inferioridad numérica, hacerle a Inglaterra el ensayo de Mata después de un imaginativo -pase por debajo de las piernas- manejo del oval (15-10, minuto 29).
Ante un rival que crecía, que le echaba hacia atrás en los placajes, los ingleses recurrieron a otro de sus principios básicos: sumar de tres en tres con los tiros a palos para mantener una cómoda distancia de seguridad (21-10 al descanso). En los primeros 40 minutos, Inglaterra había cometido cinco golpes de castigo y Fiyi, seis y una exclusión de 10 minutos. Pero los primeros, siempre oficio y precisión, habían sacado mucho más provecho tanto en metros como en puntos.
Cuenta Fiyi, además, con jugadores que devoran el territorio con el balón en la mano. Primero chocan y luego pasan al compañero. Hasta ese momento ni habían podido hacerlo ni habían castigado con balones colgados a Marcus Smith, un apertura alineado como zaguero. Nunca rehuyó el contacto y terminó magullado.
El retorno al partido se definió por la alternancia en ocasiones perdidas en ambas zonas calientes del campo. La delantera inglesa se sentía cada vez más a gusto retando, combatiendo y robando el oval en el suelo. Sin apartarse del manual, Farrell ampliaba con el pie la ventaja (24-10, min. 53).
Parecía que iba a apagarse el encuentro en el último cuarto cuando Fiyi consiguió por fin mover el balón a lo ancho del campo para fabricar la ruptura y el ensayo de Ravai (24-17, min. 63). Los océanicos se lanzaron entonces a una ofensiva frontal, en apariencia desorganizada pero muy fiel a su estilo. Una ruptura de decenas de metros les daba la marca de Botitu para el empate (24-24, min 69). Dos ensayos seguidos en un suspiro cuando el XV de la Rosa sólo había encajado tres antes de este choque.
Comenzaba una eliminatoria de once minutos. Inglaterra pisaba de nuevo la 22 rival y, tras una decena de fases, regresaba a su muy rentable regla del tres: drop de Owen Farrell (27-24, min. 71). Y una carrera de 40 metros del tercera línea Earls, destacado en este mundial, concluía con otro tiro a palos (30-24, min. 77).
Fiyi presionó pero Inglaterra, aferrada ahora sí a su defensa, le hizo retroceder decenas de metros. Un golpe de castigo con el tiempo cumplido daba a los oceánicos la última oportunidad. De nuevo se estrellaron. Se han convertido en un equipo peligrosísimo, pero no tanto como para despachar este domingo, en un partido a vida o muerte, a Inglaterra, cada vez más cómoda entre tanto sufrimiento.
