Gukesh sigue sin descifrar a Ding Liren en Singapur

Gukesh sigue sin descifrar a Ding Liren en Singapur

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Los dos grandes maestros que se disputan el título de campeón del mundo en Singapur son recompensados con 200.000 dólares cada vez que ganan una partida. Es una prima jugosa que se extrae de la bolsa de premios. Lo que sobre de los dos millones y medio del fondo se dividirá a partes iguales. Es una fórmula pensada para incentivar el espectáculo, pero en un Mundial la gloria pesa mucho. Más que el dinero. Más aún en el caso de Ding Liren, un campeón del mundo humilde y frugal (o ‘arrozal’), que daría todo lo que tiene por recuperar la paz interior.

En ese contexto socioeconómico, alguno esperaba que Ding, con las piezas blancas, se lanzaría al cuello de Gukesh Dommaraju en busca de una segunda victoria con la que fantaseaban sus fans. Habría sido un golpe casi definitivo contra un aspirante de sólo 18 años, que pasaría de favorito a casi desahuciado en 48 horas. El campeón, sin embargo, no fue tan ambicioso y se presentó a jugar la segunda partida con dos únicos objetivos: no perder la ventaja conseguida y seguir recuperándose de una larga depresión que lo ha expulsado del top 20 mundial.

Lo que no se le puede negar a Ding es que en Singapur está desconcertando a todos. Fue una sorpresa mayúscula que ganara con las piezas negras en la partida inaugural y este martes demostró a su rival que sabe cómo aparecer por donde menos se les espera para desactivar sus impulsos agresivos. El ajedrecista chino parece dominar el arte de la guerra y todos sus matices psicológicos, justo la faceta en la que se suponía que mostraría mayor debilidad. Ding Liren jugaba con blancas, pero prefirió no arriesgar. Ante un rival con ganas evidentes de atacar, secó la posición en las primeras jugadas y, una vez superada la apertura, se encaminó a una posición incómoda para Gukesh, quien se tuvo que conformar con evitar males mayores.

Larga lucha de maniobras

En la segunda partida se jugó una apertura conocida como giouco piano, juego lento en italiano. Suele conducir a una larga lucha de maniobras, muy diferente al desequilibrio que se alcanzó en la jornada anterior. Con todo, la posición que alcanzaron ambos jugadores tenía sus peligros. Pisar una mina es cada vez más fácil en el ajedrez moderno y si las negras no tenían cuidado, podían dirigirse a un final con aspecto de encerrona. No por casualidad, en los primeros 14 movimientos el indio empleó 45 minutos más que su oponente, que jugaba de memoria y con los índices de confianza más altos que ha registrado su organismo desde que logró la corona.

Por suerte para Gukesh, Ding apretó lo justo, vio que el aspirante estaba prevenido y decidió acordar unas rápidas tablas. El reglamento del Mundial prohíbe ofrecer el empate antes de la jugada 40, pero hay formas tan sencillas como repetir jugadas para firmar la paz antes de tiempo. Así, después de 23 movimientos, los grandes maestros se dieron la mano, acudieron a la rueda de prensa con las ganas justas de irse de la lengua y empezaron a preparar la partida de mañana.

Palabras sanadoras

La estrategia de Ding puede parecer demasiado modesta, como él mismo. Quedan todavía 12 enfrentamientos y es pronto para jugar a mantener el 1-0, pero es Gukesh quien debe probar que puede asaltar el fuerte chino. Eso sí, todavía no tiene motivos para desesperarse. Este martes demostró su madurez al mantener la calma y conformarse con la igualdad. Mañana, con blancas, tendrá una buena oportunidad.

Gukesh reveló que las palabras de Gaju, su segundo, el gran maestro polaco Grzegorz Gajewski, fueron de gran utilidad para recuperar su particular nirvana después de la derrota inicial. “No sólo me ayuda en el ajedrez, sino también en prepararme mentalmente y mantener mi bienestar. Me dijo unas pocas cosas que me ayudaron a recuperarme rápidamente. Hoy ha sido un buen día y espero que vengan jornadas aún mejores”, declaró el aspirante.

kpd