Aryna Sabalenka tiene un problema. Es la mejor tenista del mundo, una fuerza desmedida golpeando la bola, quien más se ha acercado al juego de Serena Williams. Pero no soporta que le respondan. Pese a su progresión en los últimos años, desde que llegó al circuito WTA necesita vencer por KO en todos sus partidos. Ganadora de dos Open de Australia y un US Open, lo habitual es que sus rivales se marchen de la pista mareadas, con algún 6-0 en contra y sin saber muy bien qué ha pasado. Pero cuando eso no ocurre, Sabalenka se desespera rápido. Por eso todavía no ha vencido en Roland Garros ni en Wimbledon.
Este sábado Coco Gauff le arrebató el título en París con un ejercicio de defensa, madurez y tenis que acabó con un 6-7(5), 6-2 y 6-4. La estadounidense, mucho más joven, 21 años por los 27 años de Sabalenka, demostró que está más preparada para brillar en un gran escenario. Mientras la bielorrusa fallaba golpes y más golpes -acabó con 68 errores no forzados, una cifra histórica-, Gauff resistía una y otra vez.
Muchas veces pudo rendirse la estadounidense y muchas veces ese levantó para seguir en la pelea. En el partido no hubo control ninguno, se acumularon hasta 15 ‘breaks’ entre ambos lados, pero ella siempre mantuvo la serenidad que le faltaba a su rival. Bajo las bombas de Sabalenka aguantó muchos intercambios para acabar con un pasante, o una dejada, o lo que hiciera falta. Después de aquel US Open de 2023 que le descubrió cuando sólo era una niña, Gauff ha demostrado que su lugar está entre las mejores del planeta.
Hubo un momento clave en el que Sabalenka empezó su descenso a los infiernos. En el primer set dominaba el marcador por 4-1 y 40-0, es decir, contaba con dos roturas a su favor, pero Gauff le remontó ese juego y ahí cambió todo. Otro paseo de la bielorrusa iba a ser. Pero se convirtió en un sufrimiento. Durante algunos minutos pareció recuperada, más con su actuación en el tie-break de ese periodo inicial, pero su mente ya jugaba en su contra. En el segundo y tercer set falló cada punto decisivo, siempre que no tocaba, hasta caer derrotada.
Bádminton
JAVIER SÁNCHEZ
@javisanchez
Actualizado Domingo,
27
agosto
2023
-
16:01Ver 5 comentariosCae ante la coreana An Se-Young, número uno del ranking, un...
«Me crie en un pueblo de Ruanda cerca de la frontera con Tanzania. Mi infancia fue mi feliz, era la novena de 10 hermanos y mis padres me daban mucho amor. Recuerdo que un día en la escuela un niño me llamó serpiente y yo no entendía por qué. Le pregunté a mis padres y me explicaron que éramos tutsis y que algunos de mis compañeros eran hutus. Era incapaz de distinguir quién era quién, no veía ninguna diferencia. Tenía nueve años aquel 7 de abril [de 1994]. Mi tío vino a casa para avisarnos de que los hutus estaban matando a los tutsis y se empezaron a oír gritos por todos lados. Primero acuchillaron a mi tío y luego a mi padre y mis hermanos. Prendieron fuego a nuestra casa. Mi madre, mi hermana y yo huimos hasta el río para llegar a la frontera, pero allí las atraparon, las mataron y las tiraron al agua. Yo logré subir a un bote. Guardo en mi memoria la imagen de mi madre allí tirada»
Cuando Joseline Umulisa relata su vida sólo queda escuchar. Todavía en activo a sus 39 años, es una referente del deporte en Ruanda, siete veces campeona nacional de tenis, una de las pocas que ha jugado algún partido en el extranjero, pero sobre todo es la impulsora de un proyecto que está removiendo el país africano. Su Tennis Rwanda Children's Foundation (TRCF) ha conseguido que casi 2.000 niños cojan una raqueta y sueñen con un futuro mejor. En sólo tres años. Y sin apenas recursos. No hay pistas públicas así que se las inventan: colocan redes en pistas de baloncesto o directamente en explanadas. El material viene de donaciones por organismos como la Federación de Tenis de Estados Unidos.
«Hemos conseguido montar 14 centros cerca de la capital, Kigali. Sería increíble si alguno de nuestros niños llega a ser profesional, pero sobre todo les enseñamos que si se esfuerzan pueden llegar a ser lo que quieran, doctores, políticos, arquitectos, aunque no vengan de una familia rica», cuenta Umulisa a EL MUNDO en conversación telefónica desde Nueva York tras participar en la ceremonia de los premios Emmy del deporte. El documental que recoge su historia, producido por 'Tennis Channel' y titulado 'Tennis can be my medicine' estuvo nominado a mejor largometraje, aunque finalmente no venció.
"No podía dormir del trauma"
¿Cómo llegó al tenis?
Cuando volví a Ruanda vivía cerca de Kigali en un orfanato de la Cruz Roja y sufría muchísimo. No podía dormir por el trauma y apenas me podía mover por el dolor de espalda. En mi huida del país me violaron y me hirieron. Un día, volviendo del colegio, vi a un hombre con una raqueta y le pregunté qué era aquello. Me dijo que era una raqueta de tenis y me ofreció probarla. Yo no sabía qué era el tenis ni quién era ese hombre, que quería de mí. Pero allí había un club privado, él era entrenador y me enseñó cómo devolver la pelota. Aquel día, durante una hora, no pensé en lo que había sufrido, mi mente sólo pensó en golpear la pelota, y por la noche pude dormir. No le expliqué a nadie que había jugado a tenis porque tenía miedo de que me abofetearan, pero al día siguiente me salté el colegio y volví a la pista. Descubrí que el deporte podía ser mi medicina.
En las semanas posteriores a aquel hallazgo, Umulisa consiguió el permiso del orfanato para entrenar, dejó los antidepresivos que tomaba, fortaleció su maltrecha espalda y, al final, en 2000, a los 15 años, fue campeona juvenil de Ruanda. Aquello le abrió un mundo. Volvió a salir del país, pero esta vez para divertirse, para jugar un torneo en Kenia, y a la vuelta se dedicó a entrenarse. En 2021, ya veterana, a los 35 años, fue parte de un logro nacional.
Por primera vez Ruanda participó en una clasificación de la Copa Federación, la actual Copa Billie Jean King, y se midió a Chipre y Bosnia en Lituania. En cuatro partidos, dos de individuales y dos de dobles, sólo se llevó dos juegos, pero el tenis apareció femenino apareció en la prensa ruandesa, todo un hito. «Enseñé a la gente que mató a mi familia que podía ser una campeona. Había estado ingresada en un psiquiátrico, iba a acabar allí, pero conseguí curarme gracias al tenis. Hubo días en los que la emociones me embargaban, especialmente alrededor del 7 de abril, y sólo me calmaba agarrando fuerte mi raqueta», finaliza Umulisa.
"¡Buen saque, Rafa!", exclama Alcaraz y Nadal se ríe: "Hay que apretar, ¿no?". Apenas 24 horas antes de que España debute en las finales de la Copa Davis ante Países Bajos (este martes, a partir de las 17.00 horas, Movistar), los dos mejores tenistas de la historia del país se citan en el pabellón Martín Carpena de Málaga para un entrenamiento conjunto y un set de práctica. ¿El marcador? 4-4. Pero eso no es lo importante.
Lo importante es que los dos preparan sus partidos individuales o, como mínimo, eso parece. Mientras Marcel Granollers se ejercita junto a Pedro Martínez y la pareja de Estados Unidos para el dobles, Nadal practica en solitario contra Alcaraz con el objetivo de medirse a Botic van deZandschulp en el encuentro que debe abrir la eliminatoria. La decisión está en manos del capitán español, David Ferrer, que ya advertido que apurará al máximo para anunciarlo -debe ser una hora antes del inicio-, pero el entrenamiento sería ilógico si finalmente Nadal juega el dobles.
Su probable rival, Van de Zandschulp, verdugo de Alcaraz en el último US Open, es un tenista inconsistente muy lejos de su mejor ranking -hoy es el 80 de la lista- y, además, el español llega en buena forma. Después de dos días de sesiones más livianas, este lunes se ejercitó al máximo y exhibió de lo que todavía es capaz. Con su familia casi al completo en las gradas -no estaba su mujer Mery, pero sí su hijo con los abuelos-, sobrepasó a Alcaraz con su saque y mandó con su derecha, a pesar de los pesares. Sus problemas llegan en el resto y en los desplazamientos laterales, pero con lo visto ya es capaz de vencer.
Jorge ZapataEFE
Si Nadal se enfrenta a Van de Zandschulp, Alcaraz se enfrentará después a Tallon Griekspoor, un rival al que siempre ha dominado -cuatro victorias sin ceder un sólo set- y si hace falta, quedará el dobles. Granollers y posiblemente Martínez se medirán a Wesley Koolhof y Van de Zandschulp en un duelo siempre incierto por la clasificación. A España, por supuesto, le conviene solventar antes en los dos partidos individuales y encarar dos días de descanso antes de unas semifinales que también serán propicias.
Allí estarían Alemania o Canadá, dos selecciones de peso, pero carentes de sus mejores tenistas. Ni Alexander Zverev ni Félix Auger-Aliassime están en Málaga así que Alcaraz y Nadal no se enfrentarán a un Top 10 hasta una hipotética final, donde sí debería estar Italia con Jannik Sinner, Estados Unidos con Taylor Fritz o Australia con Álex de Miñaur. En su contra, únicamente, la superficie rapidísima instalada en el Martín Carpena que este lunes acaparó sus quejas.