Cuando 15 jugadoras de la Selección Española alzaron las voz públicamente no fueron las únicas en Europa. Otras futbolistas habían abierto el camino para no tolerar más desplantes de sus federaciones. Fueron las francesas, hoy rivales de España en la final de la Nations League, quienes comenzaron su revolución nada más caer en los cuartos de final su Mundial en 2019. No fue un proceso fácil, ni dio frutos inmediatos. Tuvieron que volver a tropezar en las semifinales de la Eurocopa de 2022, dejar de vestirse la camiseta nacional y que el presidente de su Federación dimitiera por una escabrosa auditoría de su gestión.
La relación de las jugadoras con la seleccionadora Corinne Diacre estaba envenenada casi desde su llegada y explotó dos años después, tras el Mundial de Francia. La veterana Gaëtane Thiney la acusó de «infantilizar» a las jugadoras y la máxima goleadora francesa, Eugénie Le Sommer, junto a la centrocampista Amandine Henry calificaron de «caos» la gestión de la entrenadora. Como consecuencia, ninguna de las dos estuvo ya en la Eurocopa de Inglaterra.
Pero el golpe de efecto definitivo lo dio a seis meses del Mundial de Australia la capitana Wendie Renard, que había recuperado en 2021 el brazalete que le quitó Diacre cuando llegó al banquillo. El 24 de febrero anunció públicamente que, a sus 32 años, renunciaba a la selección, «porque ya no puedo respaldar el sistema actual lejos de los requisitos requeridos por el más alto nivel», explicó la defensa del Olympique de Lyon. A su decisión se sumaron otras cuatro importantes jugadoras como: Katoto, Diani y Morroni, las tres del PSG, y Mbock, compañera de Renard en Lyon.
De Arabia al banquillo femenino
Esta postura masiva hizo reaccionar a la Federación Francesa, que en marzo despidió a Diacre, porque «la fractura ha alcanzado un punto irreversible que socava los intereses del equipo», y contrató a Hervé Renard, que acababa de salir de la selección de Arabia Saudí tras dar la sorpresa con una victoria ante la Argentina de Leo Messi.
Sin experiencia en fútbol femenino, llevó a Francia a los cuartos de final, en los que cayó por penaltis ante Australia y que se ha mostrado intratable en la Nations League, donde sólo ha cedido un empate y ha encajado dos goles.
Ha armado un equipo letal en las transiciones rápidas que dejará el balón en manos de las futbolistas de Montse Tomé, que sigue arrastrando las dudas de Tere Abelleira y Alexia Putellas pese a que ya han entrenado con el grupo. Francia pierde, por motivos personales, a Sandy Baltimore, que ha sido sustituida por la joven Vicky Becho.
Los precedentes no son buenos para la Selección Española: en 13 enfrentamientos con las francesas sólo han sido capaces de arrancar tres empates. La última vez que España evitó la derrota fue en Eurocopa de 1997, un empate a uno que llevó a las españolas, por diferencia de goles, a semifinales, el mejor resultado en torneos europeos. Hace cinco años, en 2019 se vieron las caras en un amistoso que de nuevo, acabó con derrota (2-0).