GP de Gran Bretaña
El español de Aston Martin saldrá noveno mientras Carlos Sainz lo hará quinto. Lando Norris y Oscar Piastri se colocan detrás del dueño de la pole, Max Verstappen.
Hace no tanto, unos meses apenas, la fiesta era en la casa de Aston Martin. En Jeddah, en Miami, en Mónaco, en las primeras carreras de la temporada, la escudería de Fernando Alonso saltaba con sus éxitos en las clasificaciones: hasta tres veces partió desde la primera línea, sólo por detrás de los Red Bull. Ahora la alegría ha cambiado de garaje. El español mantiene su racha de presencias en la Q3 -sin fallo esta temporada-, pero cada vez está más lejos de las poles. Si en Barcelona empezó noveno y en Austria, séptimo, este domingo en Silverstone (16.00 horas, DAZN) volverá a arrancar desde la novena posición con el podio como un objetivo casi imposible.
Su misión: cazar todos los puntos posibles, mantener cierta regularidad. La euforia de principios de año se ha difuminado y ahora es el momento de tirar de veteranía, de probar que puede brillar en el barro, fuera de los focos. “Habrá que remontar. Parece que los circuitos de curvas rápidas no nos van bien, pero igual en Hungría luchamos por el podio y volvemos a la confusión. Lo mejor es mantener la calma”, valoraba Alonso en zona mixta con semblante serio.
Con otra cara, entre celebraciones, están ahora los Ferrari, en clara mejoría las últimas semanas, y especialmente los McLaren. Pese al ambiente enrarecido en la escudería italiana, entre la guerra para ver qué piloto es el líder, Charles Leclerc y Carlos Sainz volvieron a situarse en Inglaterra en disposición de subirse al podio. El monegasco saldrá cuarto y el español, quinto, en un circuito donde ya ganó el año pasado. Como todos, ambos sufrieron la tensión por la lluvia caída durante la Q1 y la Q2, pero sobrevivieron y en la Q3, ya en seco, volaron.
“Llevamos unas cuantas qualys este año en condiciones mixtas, muy complicadas, donde es difícil arriesgar. Igualmente se ha decidido todo por milésimas”, analizaba Sainz, que no acabó más adelante por una sorpresa: la resurrección de McLaren.
La pole de Verstappen
Lando Norris logró el segundo mejor tiempo de la clasificación y Oscar Piastri, el tercero. Un éxito inesperado. Casi un milagro. Al inicio de la temporada, el conjunto británico parecía perdido, incluso estuvo dos pruebas sin puntuar, pero el paquete de nuevas piezas presentado en Austria ha hecho magia. Allí, en el Red Bull Ring, Norris terminó cuarto. Aquí, cualquier cosa.
Cualquier cosa, menos ganador, claro. Porque Max Verstappen consiguió la séptima pole de la temporada, la quinta consecutiva, y tiene todas las opciones de volver a vencer. En un circuito perfecto para las características del Red Bull, sólo la lluvia podría apartarle de la gloria porque un error propio no se contempla. El holandés está en el mejor estado de forma de su carrera y ya es decir. Infalible. Intratable. Todo lo contrario que su compañero de equipo, Checo Pérez, en depresión.
Por quinta vez consecutiva esta temporada no llegó a la Q3, es más, se quedó en la Q1. Mientras la pista se secaba, arriesgó demasiado al salir con neumáticos usados y terminó en la zona de eliminación. Con el coche más rápido de la F1, su objetivo volverá a ser puntuar, evitar que Alonso se le acerque por la segunda plaza del Mundial y mantener su asiento. En el paddock se multiplican los rumores sobre su continuidad, incluso este mismo año.
