España comenzó con mal pie su andadura en el Preolímpico, donde cayó sin contemplaciones ante Japón, vigente subcampeona olímpica (75-86). La selección dirigida por Miguel Méndez no supo adaptarse al peculiar estilo de las asiáticas, basado en el lanzamiento exterior y una defensa muy activa. Un amargo debut para la nacionalizada Megan Gustafson (15 puntos), que no pudo imponer su dominio en la zona ante un rival capaz de imponer siempre su vertiginoso ritmo de juego.
El tropiezo complica el futuro de España, que el viernes se mide a Canadá (15:30 horas), un rival con varias jugadoras en la WNBA y dirigido por el español Víctor Lapeña. Las americanas, semifinalistas en el Mundial 2022, buscan sus cuartos Juegos consecutivos y se presentan como otro duro rival. El domingo se cierra la participación frente a Hungría, la anfitriona, quizá el rival más débil. Hay que recordar que en este grupo, sólo las últimas clasificadadas se quedan sin billete olímpico.
En cualquier caso, nada le funcionó a España durante su debut en Sopron. Sólo la labor de Raquel Carrera bajo los aros (19 puntos) puso en algún apuro a las niponas. La capitana Alba Torrens, que cumplía 200 partidos como internacional, no pudo esta vez dar otra velocidad al equipo apareciendo desde el banquillo.
Lluvia de triples
Las desventajas rondaron casi siempre los 10 puntos, ante un rival liderado Evelyn Mawuli y el acierto desde el perímetro de Saki Hayashi. Nada más volver del descanso, una lluvia de triples desquició por completo a la defensa española.
Con todo en contra, Méndez se sacó de la manga el ‘comodín’ de Leo Rodríguez. Dos triples seguidos de la canaria permitieron a España un leve respiro. No faltó voluntad en el último parcial, sí ideas para frenar a un rival crecido, que no cedió el mando en ningún momento y que controló con frialdad sus nervios. Al menos España pudo rebajar su desventaja, un factor que puede ser clave en los previsibles empates múltiples.
El Barça salió líder de Belgrado tras firmar una exhibición ofensiva ante el Partizan que le llevó a una máxima ventaja de 23 puntos mediado el tercer cuarto (42-65) y recuperarse de un colapso mental y de juego que casi le cuesta el partido. Kevin Punter (18 puntos) y Jabari Parker (17 puntos, siete rebotes) lideraron las operaciones para el equipo de Joan Peñarroya, que hace unas semanas salió también victorioso del temible Belgrade Arena. [Narración y estadísticas (79-87)]
Y eso que arrancó mejor el equipo de Zeljko Obradovic, gracias a su acierto inicial en el triple y unos buenos minutos en ataque de Carlik Jones que abrieron una brecha de 10 puntos (21-11, min.6). La irrupción de Juan Núñez al inicio del segundo cuarto recuperaría la fluidez ofensiva para su equipo, que se ponía por delante con un 2+1 de Jan Vesely (25-26, min.12).
A partir de ahí, el Barça fue un vendaval, con una defensa que ahogaba la ofensiva balcánica para correr sin piedad. Así llegaron los triples de Parker (13 puntos en la primera mitad), los mates de Chimezie Metu y una última penetración sobre la bocina de Darío Brizuela que culminaban un parcial de 3-18 para el 35-49 en el descanso.
Desde el tiro libre
El Barça seguiría abriendo brecha tras la reanudación, con cinco puntos de Kevin Punter, ídolo local durante tres temporadas y MVP del mes de octubre en la Euroliga. Obradovic, obligado a parar el partido en dos ocasiones (42-65, min.25), parecía ocupado simplemente en evitar el bochorno ante su afición.
El Partizan acumulaba pérdidas y errores en el lanzamiento exterior (0/7 de Gabriel Lundberg en tiros de campo) pero su rival entró muy pronto en bonus de faltas y los locales se volvieron a meter en el partido desde la línea de tiros libres. Sterling Brown y Jones sumaban demasiado fácil para los de Belgrado y un triple a tabla al límite de la posesión de Brandon Davies reanimaba a la volcánica afición local.
El triple de Abrines
El encuentro entró en un último cuarto infernal en el que el Barça se fue a un fundido a negro que casi le cuesta la victoria. Justin Anderson y Punter eran los únicos que acertaban en la canasta contraria, mientras que el Partizan empezó a sumar de tres en tres, con Duane Washington, Frank Ntilikina y Aleksej Pokusevski anotando desde los 6,75 y Lungberd metiendo sus cinco primeros puntos para el 79-80 a falta de 1:40.
Pero entonces, apareció de nuevo Punter -máximo anotador del choque con 18 puntos- para sacar su carácter de MVP y también Alex Abrines, autor de un triple desde la esquina para aniquilar definitivamente la reacción local.
Los Boston Celtics estuvieron a punto de desperdiciar una ventaja de 21 puntos en el cuarto período, pero triunfaron este miércoles por 106-99 en el campo de los Dallas Mavericks para tomar ventaja 3-0 en las Finales de la NBA, lo que les deja a un solo triunfo del decimoctavo anillo de su historia.
Los Celtics comenzaron la cuenta atrás para un título que esperan desde 2008 y que rompería el empate con Los Ángeles Lakers para volver a ser la franquicia más ganadora de la NBA. Tendrán su primera 'bola de partido' este viernes, de nuevo en el American Airlines Center.
La baja del letón Kristaps Porzingis no frenó a la todopoderosa máquina de Joe Mazzulla.Jayson Tatum, con 31 puntos, seis rebotes y cinco asistencias, y Jaylen Brown, con 30, lideraron la victoria de los Celtics frente a unos Mavericks en los que el esloveno Luka Doncic metió 27, pero acabó expulsado por cometer seis faltas con 4.12 minutos por jugar en el cuarto período.
Aumentó el nivel Tatum, eclipsado en los dos primeros partidos primero por Porzingis y luego por Jrue Holiday, pero fue Jaylen Brown quien asumió la responsabilidad en un cuarto período de infarto, cuando los Mavs sellaron un 22-2 para revivir tras un 70-91.
Brown, MVP de las finales del Oeste, acabó el partido con 24 de sus 30 puntos en la segunda mitad, a los que sumó ocho rebotes y ocho asistencias.
Holiday no pasó de los nueve y Derrick White firmó 16, con cuatro triples de gran peso. El dominicano Al Horford, con ocho puntos, cinco rebotes, dos asistencias y dos robos, ve acercarse el anhelado anillo.
Los Mavs cayeron con mucho honor, pero el 0-3 los deja prácticamente sentenciados. Así lo dice la historia: cero remontadas en 154 precedentes.
Doncic acabó su partido con 27 puntos, seis rebotes y seis asistencias y Kyrie Irving firmó 35, tres rebotes y dos asistencias para los Mavs.
Vibra el American Airlines Center
Esperó trece años el American Airlines Center para volver a acoger unas Finales de la NBA y la respuesta del público fue contundente. Se jugó en un ambiente vibrante, muy hostil para los Celtics, y los Mavs lo aprovecharon para morder. Desafiaron la lógica los texanos en el cuarto período, pero no pudieron cerrar una gesta para la historia.
Marcaron territorio con un arranque feroz y con Irving decidido a entrar en esta serie. Kyrie firmó una entrada y Doncic conectó un triple para fijar el ritmo del choque. En menos de dos minutos los Mavs se escaparon 9-2 y Mazzulla no dudó en parar el partido con el tiempo muerto.
Irving, que llegaba a este choque tras un 0 de 8 en triples, pisó el acelerador y los Mavs tomaron una tempranera ventaja de 25-12. Pusieron el partido en el carril que deseaban, pero Boston no tembló. Sabe entender los momentos y pese a un arranque con pocas soluciones ofensivas, respondió con un contundente 11-0 que le volvió a poner en el partido.
Sin un coloso como Porzingis limpiando la pintura, Doncic e Irving se movieron con soltura. Entraron en busca de puntos fáciles y no dudaron en lanzar desde el arco. Kyrie selló cuatro de cinco en la primera mitad y llevaba ya veinte puntos al descanso, con Doncic ya sumando 17.
Luka Doncic, durante el último cuarto del tercer partido de la final.Getty Images via AFP
A pesar de eso, los Celtics consiguieron regresar a los vestuarios abajo un solo punto, en el 50-51. Considerado el ritmo anotador de Doncic e Irving, y el hecho de que Tatum (20 puntos) no encontraba apoyo ofensivo en Brown (6) ni Holiday (4), para Mazzulla había razones para sonreír en los vestuarios.
Y en el tercer período los Celtics recogieron los dividendos. Con un Brown monstruoso e incontenible, que lideró con 15 puntos un 35-19 que dejó tocados a los Mavs. Boston tiró con un 65 % de acierto (tiros de campo) y metió cinco triples. Los Mavs tan solo lanzaron dos tiros desde el arco, con el 50 % de acierto.
Mate descomunal de Brown...
Holiday y Tatum sellaron dos triples consecutivos para dar el primer golpe al encuentro y un mate de 'JT' tras un tapón defensivo de White completaba un parcial de 13-2 que dio dobles dígitos de ventaja a los Celtics en el 71-61.
La defensa de los Celtics se cerró y obligó a los Mavs a tomar tiros muy complicados, con pobres resultados. E incluso cuando PJ Washington logró conectar un triple de la esperanza, la respuesta de Boston fue un doble puñetazo. Triple de White con mucha ayuda del tablero y mate estratosférico de Brown que dejó enmudecido al coliseo. Era el 85-70 para entrar en el último período.
Dos triples consecutivos, de Brown y White, en 54 segundos del cuarto período dispararon la ventaja hasta el 91-70. Cuando Jason Kidd paró el partido, el American Airlines Center había perdido la fe. Y los Celtics pensaban tenerlo ganado.
Thriller final
Fue entonces cuando llegó el apagón de Boston. Los Mavs, ya si presión, lograron un 10-0 en 2.43 minutos y volvieron a poner a su público en el encuentro. Los Celtics se atascaron por completo y los texanos reabrieron una contienda que parecía cerrada con un demoledor 20-2 que les dejó a tres puntos, luego de tres libres de Irving.
Sin embargo, en un paseo triunfal de los Celtics convertido en un thriller faltaba una nueva sorpresa. Con 4.12 minutos por jugar, Doncic cometió su sexta falta al derribar a Brown cuando este intentaba entrar en la pintura. Kidd pidió la revisión, sin éxito. Los Mavs se quedaron sin su líder con una 'mini-prórroga' por delante.
Irving redujo el margen a un punto, pero acabó asfixiado por la física defensa de Holiday. Un triple de White subió el 98-92 y dio aire a unos Celtics que llegaron a la línea de meta y que, con susto final, empiezan a ver la gloria.
El lamento de Doncic
Tras el partido, Doncic manifestó su desacuerdo con las decisiones de los árbitros, que lo expulsaron después de cometer seis faltas.
"No pudimos jugar de forma física. No quiero decir nada, pero seis faltas en las Finales NBA, vamos hombre, eres mejor que esto", lamentó el esloveno.
Doncic cometió cuatro faltas en menos de ocho minutos en el cuarto período y acabó expulsado en un momento decisivo, cuando los Mavs rozaban una épica remontada. "Tuvimos una buena oportunidad, estuvimos cerca, pero no pudimos. Me hubiera gustado estar ahí", afirmó.