Mallorca 1 Valencia
Cae en Mallorca y deja escapar la primera opción de cerrar la permanencia. Tendrá que vencer al Espanyol en Mestalla
El ruido descentra, enturbia la concentración, distorsiona. Al Valencia le venció. Los 40 puntos no iban a ser suficientes, como una letanía lo repitió Rubén Baraja a su vestuario y a su afición, pero en medio de una batalla ensordedora, nadie consiguió abstraerse. Un Mallorca salvado, sin nada en juego más que la honrilla, le endosó una derrota que no le permite sacudirse la angustia. El duelo ante el Espanyol en Mestalla será a vida o muerte. Siete equipos para dos billetes hacia el infierno. [Narración y estadísticas]
No fue capaz el Valencia de salir con la tensión suficiente que le permitiera encontrarle una sola grieta a un rival pétreo. No se sacudió la resaca anímica de lo ocurrido ante el Real Madrid, con Diakhaby renegando de la campaña institucional contra el racismo, ni tampoco del susto que le privó de su mejor referencia en ataque. El asalto a su casa dejó a Kluivert noqueado hasta la segunda parte. No es que antes ocurriera demasiado. No lo provocó el Valencia, no lo necesitaba el Mallorca.
Un disparo demasiado cruzado de Almeida fue el primer aviso, al que siguió a la media hora la mejor ocasión valencianista. Con un recorte casi en la línea de fondo, Lino le sirvió la pelota de gol a Diego López, pero el canterano, esta vez, solo pudo empujarla con la espinilla y se topó con Rakjovic. No pudo volver a ser el salvador. Al descanso, al Valencia le daba vida pensar que tenía un punto y 45 minutos para buscar dos más. Pero las cuentas no salieron.
Se activó más el Mallorca en la segunda parte con un cambio de Aguirre. La entrada en la banda de Jaume Costa permitió liberarse a Kang In Lee, que se convirtió en un quebradero de cabeza. En el minuto 63, se escapó por la banda y puso con precisión milimétrica el balón en la cabeza de Muriqi, solo en el punto de penalti. La letal pareja del Mallorca no pudo encontrar más facilidades para meterse la victoria en el bolsillo. Una sola acción les fue suficiente.
Porque nada más pasó después del gol. Baraja buscó a Cavani y a Alberto Marí para apuntalar su ataque, pero el error defensivo lo pagó paro porque, ante las tímidas ocasiones que generaron Kluivert y Almeida, apareció de nuevo Rakjovic.
Mestalla dictará sentencia en una final que creía haber esquivado.