LaLiga EA Sports
Valencia 1 Granada 0
Vence con un polémico penalti de Lucas Torrente a Hugo Duro al filo del descanso. El equipo de Paco López no fue capaz de reaccionar en un duelo sin apenas ocasiones
No quiere Baraja que su Valencia sea un equipo cualquiera. Si la temporada pasada el objetivo era hacer flotar un cesto agujereado, esta temporada lo ha tejido con mimbres y una idea en mente. Esa identidad es apreciable: veloz, peleón, descarado y, por primera vez en mucho tiempo, con un orden defensivo aceptable. Desde ahí se puede crecer, al menos, para no volver a sufrir. El valencianismo ya no se atreve a pedir más y en esta realidad, ni aceptada ni tolerada pero inevitable, tiene momentos de disfrute. Es el sello de la ‘Quinta del Pipo’, catalizada por un centrocampista como Pepelu y veteranos como Hugo Duro, Gayà, Paulista o Thierry, que ya estaban aunque ahora parezcan mucho más valiosos. Esas credenciales jamás las esconde el Valencia en Mestalla y las mostró ante el Granada, aunque no sirvieron para descoser por completo al equipo de Paco López. [Narración y estadísticas]
Llegó el Granada tocado por la denuncia que les puede dejar fuera la Copa y le tocó bregar para maniatar a un Valencia mandón que supo masticar un partido crudo. Hugo Duro, a quien Baraja recuperó de su lesión en el hombro, desquició sin ni siquiera probar a André Ferreira. Chocó, trampeó y presionó todo lo que el permisivo colegiado García Verdura le dejó, que no fue poco. En una idea coral como la del Valencia, no importó que el 9 apenas tirara a puerta porque, desde el inicio, apareció Javi Guerra para meter miedo. Primero probó a buscar la escuadra y después cruzó en exceso con un golpeo desde el pico del área. Quiso inquietar Uzuni, pero el Valencia aún tenía piernas para morder en la presión y alcanzar el área rival.
Esa intensidad le costó la lesión a Amallah en apenas 20 minutos que no cambiaron el guion. Al equipo de Paco López le costó aparecer, demasiado, tanto como a Bryan Zaragoza entrar el juego, a pesar de que lo hizo tirando un caño en carrera a Thierry. Un destello de genialidad, apenas el único que vio Mestalla.
Un tiro entre los tres palos es lo único que logró el Valencia pese a la sensación de estar ganando el duelo a los puntos. Se acercaba al área con más peligro que capacidad de remate. Canós, que había sustituido al marroquí, pidió un penalti por agarrón que ni el árbitro ni el VAR vieron y un saque de falta de Pepelu rozó la escuadra de la meta nazarí. Sólo falta clarividencia para que el marcador se abriera.
Quien la tuvo fue el colegiado en el añadido de la primera parte. Vio cómo en el duelo que echó chispas entre Lucas Torrente y Hugo Duro, la mano del defensa rozó la cara del valencianista y pitó penalti sin necesidad de evaluar si la fuerza del golpeo fue suficiente para tumbar al delantero. Ni dudó ni el VAR quiso hacer el cálculo de los newtons. Con muchos golpeó Pepelu desde el punto de penalti ajustadito al palo para batir a André Ferreira y poner al Valencia en ventaja.
No pudo digerir Paco López el gol con la serenidad que acostumbra a lucir. Camino del túnel, esperó y se encaró con Hugo Duro. No le gustó lo que él considera que era “un teatro”. En el fondo, este semana fue negra y su banquillo está en el aire.
La segunda del partido casi sobró. El Granada, acostumbrado a luchar contra corriente, fue incapaz de no dejarse llevar. Por más que lo intentó refrescando su once, no pudo. Y se encontró con otra decisión polémica que reclamó: la expulsión de Paulista por una entrada que se castigó con amarilla. “Las dinámicas existen y a nosotros no nos están dejando. No sé si le debemos algo a alguien. El colegiado del VAR es reincidente con nosotros. Sólo pido que nos traten de forma justa”, aseguró Paco López al final del encuentro, enfadado cuando se le cuestionó por su continuidad.
Mestalla se relajó en la segunda parte al ver que el Granada dañaba. Baraja pidió activación, Sergi Canós erró un cara a cara con el portero, pero el entrenador ya empezó a guardar ropa. Protegió a Hugo Duro y evitó que cualquier percance le dejara sin Pepelu, que acabó con un vendaje, y hasta sin el joven Mosquera. Y es que el sábado espera el Bernabéu.