Siete alpinistas -cinco nepalíes y dos polacos- encontraron con vida al indio Anurag Maloo en una grieta peligrosa a 5.800 metros. Ahora se debate entre la vida y la muerte
“La emoción es enorme. Sinceramente todos pensábamos que íbamos a recoger el cuerpo y hemos salvado una vida. Cuando acabamos, lloramos mucho, lloramos de felicidad. De hecho todavía estamos a tope de adrenalina. No nos podemos creer que Anurag haya sobrevivido después de una caída así y de pasar dos noches en esa grieta. Es algo absolutamente increíble. Una lección de que nunca debemos rendirnos, de que siempre debemos organizar el rescate, de que, incluso después de varios días, existe la posibilidad de salvar a un montañero”.
Anurag Maloo estaba muerto. Alpinista indio de 34 años, en un proyecto solidario para ascender a los 14 ochomiles, el pasado lunes cayó en una grieta a 5.800 metros de altitud cuando descendía al campamento II del Annapurna. Las malas condiciones climatológicas le habían obligado a renunciar a la cima y estaba en plena retirada cuando ocurrió la tragedia. En una avalancha, el vacío. Y bajo una intensa nevada, entre continuas avalanchas, ayudarle era imposible. Para las autoridades del Nepal, Anurag Maloo ya estaba muerto. Mejor esperar a una ventana de buen tiempo para ir a por el cadáver.
Pero la compañía que le acompañaba, Seven Summit Treks, la mejor del sector, aquella que consiguió hacer cumbre en el K2 el invierno de 2021, no renunció a intentarlo. Al conocer lo ocurrido, el jefe de la expedición, Chhang Dawa Sherpa, organizó una operación de búsqueda con otros cinco sherpas (Lakpa Nurbu Sherpa, Chhepal Sherpa, Dawa Nurbu Sherpa, Lakpa Sherpa y Tashi Sherpa) y dos polacos que se encontraba en el campo base (Adam Bielecki y Mariusz Hatala) y todos juntos ascendieron en helicóptero al mismísimo infierno a por Maloo.
Las posibilidades de encontrarlo eran pocas. Las posibilidades de encontrarlo con vida eran nulas. Pero había muchas, muchas posibilidades de vivir otro accidente. Además de la fuerte tormenta, el alpinista indio se encontraba en uno de los tramos más peligrosos de la ruta de ascenso al Annapurna más conocida, entre 5.600 y 6.000 metros. Y pese a todo…
“Respiraba, sus pupilas reaccionaban”
“Pasamos unas horas allí arriba buscando a Anurag. Finalmente lo encontramos y tres de nosotros bajamos haciendo rappel a una grieta muy complicada. Para mi sorpresa e incredulidad, cuando le encontré mantenía funciones vitales, respiraba, sus pupilas reaccionaban a la luz. Incluso diría que se movió, que gimió un par de veces. Los nepalíes construyeron un sistema de cuerdas para sacarlo a la superficie, luego lo trasladadoron en helicóptero al hospital de Pokhara y de allí a Katmandú. Diría que toda la operación duró unas seis horas”, relataba a la radio polaca RMF24 Bielecki, posiblemente el más conocido de todos los héroes del milagro.
Con otro compañero, Janusz Golab, ya consiguió la primera invernal del Gasherburn I y como parte de un equipo polaco (junto a Artur Malek, Maciej Berbeka y Tomasz Kowalski) logró la primera invernal del Broad Peak. Además, en 2018, con Denis Urubko ayudaron a descender a Elisabeth Revol de su Nanga Parbat invernal después del accidente de su compañero, Tomasz Mackiewicz.
Según el comunicado médico que ha publicado Seven Summit Treks, Anurag Maloo se encuentra en estado extremadamente crítico, pese al rescate su vida sigue en peligro. El alpinista permanece en coma, con respiración asistida y en la UCI del Hospital de Katmandú, aunque al parecer los doctores han observado signos esperanzadores dentro de la gravedad.