La semana pasada, Dani Olmo salió a charlar con los medios. Alguien le preguntó por su futuro, un mantra que cada verano se repite con el futbolista todavía del Leipzig. La respuesta fue tal que así: «Estoy abierto a posibilidades que puedan surgir, pero te voy a soltar un topicazo: estoy centrado en el primer partido de la Eurocopa». Hubo risas en la sala de prensa de Donuaeschingen, igual que con otros portagonistas que han ido pasando por el m
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Si alguien pensaba que Pedro Rocha iba a dar marcha atrás, o un paso al lado, después de que el TAD (Tribunal Administrativo del Deporte) le haya abierto, a él y a su Comisión Gestora, un expediente por falta "muy grave", después también de que la jueza del número 4 de Majadahonda le declarase investigado en el caso de los contratos de la Federación, después, incluso, de que se hayan conocido comportamientos extraños respecto de su sueldo, si alguien pensaba que recularía, se equivocaba. Mediante un comunicado hecho público este martes, ha dicho que la resolución del TAD, mediante la cual el CSD podría inhabilitarle, contiene "gravísimas irregularidades" y que "será impugnada".
Rocha "quiere mostrar su más profundo desacuerdo con una resolución completamente sorprendente y ajena a toda lógica y sentido jurídico, en la que se le acusa de excederse en las funciones encomendadas en relación con una serie de decisiones que, como presidente en funciones, se ha visto obligado a tomar por el bien del fútbol durante el periodo de tiempo en el que ha estado a cargo de la gestora, actuando en todo momento con total y absoluta transparencia", dice el texto, que ha sido publicado a continuación de otro, este de la Federación, donde se defiende de todas las acusaciones.
En este otro comunicado, la RFEF subraya que la comisión gestora "siempre ha actuado conforme a derecho". "Todas las decisiones se han tomado con la máxima cautela y respeto, dada la situación de interinidad en la que se encontraba la institución", asegura el texto, que entra en muchos detalles. Justifica el despido de Andreu Camps ("fue una decisión avalada, precisamente, por el propio CSD") y la renovación de Luis de la Fuente ("el contrato se extinguía el 30 de junio, por lo que ante la posibilidad de que el seleccionador careciera del mismo en medio de una Eurocopa, se aprobó ejercer una cláusula ya existente para prorrogarlo"). Dice, además, que la Gestora no participó en ninguna decisión, ni la de Camps ni la de sacar a concurso el VAR del año que viene.
Uribes sugiere la inhabilitación
Es la reacción al movimiento del Gobierno en la mañana de este martes. Horas antes, el Ejecutivo tomó voz también en boca de José Manuel Rodríguez Uribes, presidente del CSD. "La Federación debe alejarse de comportamientos que nos avergüenzan a todos. El fútbol español merece que sus representantes se rijan por la honradez", aseguró el presidente del CSD, que convocará la Comisión Directiva para someter a votación la inhabilitación de Rocha.
"La Asamblea, los electores, son quienes deben decidir quién quiere que sea su presidente en situaciones de normalidad. Lo que estamos viviendo es una situación de anormalidad grave", puntualizó Uribes durante su comparecencia en la Comisión de Educación, Formación Profesional y Deporte del Congreso.
Berlín no es Madrid, ni Viena, ni Johannesburgo ni Kiev. Ni falta que hace. Berlín es Berlín, y desde este domingo el nombre permanece ya para siempre en la historia de un país, España, como la ciudad donde la selección culminó una epopeya maravillosa, la de su cuarta Eurocopa, tejida desde la diversidad más bonita, desde la fe, ciega, en un imposible, desde la humildad, sincera, de quien se reconoce en el compañero, más allá de su color y el de su camiseta, desde la convicción, firme, de que el camino era el correcto, desde la seguridad, en fin, de que esto era real. Vaya que sí. España, la reina, recupera el trono de Europa 12 años después, nadie tiene más Eurocopas, cuatro, nadie la quiso más en Alemania, expulsando en su camino a cuatro campeonas del mundo, ganando los siete partidos, llevándose todos los trofeos individuales (el mejor joven y el mejor jugador) deleitando la vista unas veces y mordiendo los labios otras, como ayer, cuando desmanteló a Inglaterra en un cuarto de hora sublime, pero se levantó con la mandíbula firme del gol del empate. [Narración y estadísticas (2-1)]
España ha sido el equipo más completo, el mejor. Luis de la Fuente ha construido una familia que, además, observa el futuro con una sonrisa, pues los niños, los fabricantes del primer gol, son insultantemente jóvenes, y el corazón del grupo ronda los 27 años. Ríe hoy España y mira a los que nunca le dieron ni el pan ni la sal, pero los mira con el corazón limpio, sin reproches. España es campeona de Europa con todas las letras, nadie se ha acercado siquiera a ella desde el pasado 15 de junio, cuando debutó en este mismo estadio, en esta misma ciudad, Berlín, que no es Madrid, ni Viena, ni Johannesburgo ni Kiev. Berlín es Berlín, qué carajo.
El Olímpico vio a una selección madura, respetuosa, tranquila, con los niños sentados en el sofá sin pedir de comer en casa ajena, pero mirándose con la picardía de quien no va a aguantar mucho y termina levantándose sin permiso para coger una chuchería. Eso hicieron Lamine Yamal y Nico Williams nada más comenzar la segunda parte, desmontar el partido con una trastada, y de ahí nació el partido que enseñó, escrito está, todas las versiones de este equipo: la brillante, hasta el empate, y la madura, desde él, para levantar el trofeo con una sonrisa mestiza, millenial, una sonrisa que reconoce al diferente como igual, una lección de fútbol, y de vida, para todo un país.
Enredados en la tensión
En fin, que el saque de inicio correspondió a Inglaterra. El balón fue directamente a Pickford sin pasar por nadie, y el portero del Everton mandó una pelota larguísima que salió por línea de fondo. Ese saque lo hizo España en corto, de Unai Simón a Le Normand, y la jugada salió limpia para morir, como todas las de la primera parte, en la maraña que los ingleses montaron en el balcón de su área. Fueron las dos primeras jugadas del partido, algo así como una presentación de intenciones.
Dos no se pelean si uno no quiere, y como hubo uno que no quiso, pues no hubo pelea en la primera parte. Inglaterra salió a que no pasara nada. Pero nada era nada. Ella estaba dispuesta a no atacar, y se metió tan atrás que impidió a España hacerlo. Enredados los dos equipos en la tensión propia de una final, en lugar de un partido de fútbol aquello devino en una partida del Risk, por no recurrir al tópico del ajedrez. Cada movimiento de España era contrarrestado por Inglaterra. Southgate empleó a Foden para perseguir a Rodrigo, y a Mainoo para atosigar a Fabián. Rice vigilaba con el cogote los movimientos de Dani Olmo.
Como quiera que los extremos no podían recibir en ventaja, la cosa se atascó de mala manera. No hubo que contabilizar ni una sola parada de los porteros. España tuvo más el balón, sí, pero fue para nada, mientras que Inglaterra se fue acomodando en esa monotonía en la que metió la noche. Ninguno de los entrenadores había inventado, quizá no había que hacerlo (Southgate metió a Saw en lugar de Trippier, pero vaya), y ninguno de los jugadores quiso pasar a la historia como el tipo que se equivocó en una final. Jugaron todos con miedo, agarrotados, y de ese modo salió un tostón muy serio hasta el descanso.
Nico Williams festeja el 1-0 ante Pickford.AFP
Inglaterra no quería jugar, y España no quería arriesgar, confiada en que el paso de los minutos validase el día más de descanso que había tenido por jugar su semifinal el martes. El partido, así las cosas, necesitaba que ocurriese algo. Lo que fuera, algo que agitase las cosas en cualquier dirección. Y lo que ocurrió fue que Rodrigo se marchó llorando al vestuario, lesionado, y el faro de España se quedó sin luz. En su lugar apareció Zubimendi, en otra demostración más de que, si falla el titular, aquí juega el suplente. Sin más. Pero claro, en el caso del mejor mediocentro del mundo, la baja podía ser más grave.
No dio tiempo a reflexionar mucho sobre ello pues a los dos minutos llamaron a la puerta los niños con el ímpetu de quien quiere jugar a la pelota en el parque. La cogió Lamine en su banda, tiró la diagonal hacia dentro amagando con la cintura, atrajo la basculación de los ingleses y descargó, justo a tiempo, para la llegada de Nico, que cruzó abajo, imposible para Pickford y sus florituras. Pudo sentenciar Olmo un minuto después, con Inglaterra grogui, pero el caso es que lo que necesitaba el partido, ya había ocurrido, y encima había sido bueno para España.
Ya por delante, la selección, claro, empezó a jugar más suelta y mereció sentencia. Quitó Southgate a Kane, inmóvil, pero el cambio que le dio la vuelta al partido fue la entrada de Palmer. En una mala salida a la presión de Cucurella, Inglaterra armó su mejor ataque y un disparo incontestable del futbolista del Chelsea igualó el partido a falta de 20 minutos, ya con Oyarzabal por Morata en el campo. Pero esta España es mucha España. Agarró de nuevo la pelota, tranquilizó al personal y fue acumulando ocasiones hasta que Cucurella, un catalán que vive en Londres, encontró a Oyarzabal, un vasco sin complejos, para poner el punto y final a una preciosa historia de amor por el fútbol y por la vida. La vida de todos para todos. La vida en España.
Recuperó la sudadera colgada del cuello, y en estos tiempos del márketing ya es imposible saber si es casualidad o si responde a una compleja estrategia de ventas de la marca que viste a la selección, que es Adidas y que es alemana, y que aquí tiene un mercado de muchos millones de personas. De negro riguroso, con la prensa de un color impreciso al cuello, el seleccionador compareció ante la prensa apenas 24 horas antes de medirse a Italia, buscando la clasificación directa como primera de grupo para octavos de final si gana y lográndola casi de igual forma si empata.
Luis de la Fuente volvió a insistir, a cuenta de Fabián, en que los españoles debemos valorar mejor lo que tenemos en casa, y la verdad es que viendo lo complicado que es moverse por las carreteras alemanas, quizá hasta tenga razón. Pero el caso es que, cuestiones mundanas al margen, al seleccionador se le ve contento, relajado, cómo no estarlo después de debutar con un 3-0 ante Croacia, un partido que le dejó "muy buenas sensaciones".
Vio el partido repetido al día siguiente y su mensaje es claro: buenas sensaciones, pero hay que mejorar. "Hay que tener humildad, y sabemos que no queda otra que mejorar en todas las facetas del juego", reconoció. "Estoy muy contento con el rendimiento de los jugadores el otro día, pero también estoy contentísimo con cómo entrenan los que no jugaron o no jugaron tanto", prosiguió.
Ganarle a Italia supone estar en octavos como primeros. "Italia es un equipo similar al nuestro. Es como si nos miráramos en un espejo. Han cambiado de seleccionador, tienen un espíritu de equipo encomiable, trabajan en conjunto y luego tienen grandes individualidades", explicó el técnico, que tiene a todos disponibles. "Nosotros estamos preparados para trabajar en el barro, en la grúa y en el despacho, donde haga falta", respondió a Spalletti, el seleccionador italiano, que horas antes dijo que ellos vestían de Armani, pero que se pondrían el mono de trabajo. A lo de Armani, también contestó De la Fuente: "Aquí somos de El Pulpo".
Por cierto, ¿ha muerto el tiqui-taca? "Intentamos ser superiores a los rivales, interpretando cada situación de juego. Tenemos jugadores para tener diferentes registros, pero no renunciamos al fútbol control, más combinativo", respondió. Insinuó que podría haber cambios, aunque aquí en Gelsenkirchen nadie apuesta por ellos.
Fabián, por su parte, que fue la estrella en el primer partido y que ayer compareció también por haber jugado en Italia mucho tiempo (cuatro años en el Nápoles), dijo estar orgulloso de llamarse Fabián Ruiz y sorprendió escucharle hablar en un perfectísimo italiano cuando los periodistas de aquel país le preguntaron. El chico no dijo mucho, pues le gusta más la hierba que los micrófonos. "Italia es la campeona de la última Eurocopa, sabemos los jugadores que tienen y va a ser un partido dificilísimo".