El ciclista español Albert Torres Barceló ganó este sábado la medalla de oro en clase ómnium en el Mundial de Ciclismo de Pista UCI 2025 en Chile.
Torres en esta ocasión sumó 133 puntos y desbancó al belga Lindsay de Vylder, que luchó por revalidar su corona obtenida en Ballerup en 2024 y terminó con el bronce tras acumular 131 puntos.
“Ha sido un cierre inmejorable de temporada”, dijo Torres en la entrevista tras ganar la medalla. El ciclista confesó que “realmente no sabía que había ganado” y que tenía sus dudas, pero que por suerte se lo confirmó su equipo tras finalizar la prueba.
Torres finalizó cuarto en el scratch con lo que sumó sus primeros 34 puntos, fue tercero en la carrera de tempo (36) y en la de eliminación (36), mientras que en la última por puntos logró consolidar su primer lugar.
El ciclista Albert Torrres Barceló mostando la medalla de oro en el Mundial ómnium en Chile.Osvaldo VillarroelEFE
El ciclista menorquín, de 35 años, multicampeón mundial y especialista en ómnium, es el único español que ha subido al podio en Santiago, a donde llegó como el ciclista de referencia de la delegación española y única posibilidad de medalla.
Torres ganó su última medalla de oro en esta prueba en 2017, cuando fue campeón europeo en Berlín y bronce en el Mundial en Hong Kong, pero en el campeonato mundial de 2023 en Glasgow fue plata.
También correrá en Madison este domingo, en la última jornada de la competencia, y su última participación en esta modalidad fue el oro en la Copa de Naciones en Konya (Turquía) en el mes de marzo.
Segundo puesto para Kuboki
El belga de Vylder luchó para alcanzar el segundo lugar en el scratch (38), luego terminó undécimo en tempo (20) y se recuperó llegando de primero en la de eliminación (40).
En el segundo lugar quedó el japonés Kazushige Kuboki con 131 unidades, quien había comenzado liderando el scratch (40), terminó segundo en la carrera de tempo (38) y cayó al noveno puesto en la de eliminación.
El alemán Moritz Augenstein, que tuvo un buen arranque tras las dos primeras pruebas del ómnium, finalizó quinto con 127 puntos, mientras que el danés Niklas Larsen finalizó cuarto con 130 unidades.
El mexicano Ricardo Peña fue el mejor latinoamericano ubicado en la decimonovena posición con 18 puntos. Entre los sudamericanos, el venezolano Clever Martínez sumó 15 unidades y cerró en el vigésimo lugar, en tanto que el chileno Jacob Decar acumuló 6 unidades y quedó en el puesto 22.
El australiano Rohan Dennis, campeón del mundo de contrarreloj en 2018 y 2019, se ha declarado culpable este martes, en un tribunal de Adelaida (Australia), de un delito de "riesgo de crear daños" en relación con la muerte de su esposa Melissa Hoskins. Fue atropellada a finales de 2023 por el vehículo que conducía él y murió en el hospital como consecuencia de las lesiones.
El abogado de Dennis declaró ante el tribunal que el antiguo ciclista se mostró imprudente, pero que no tenía ninguna intención de matar a su esposa. Rohan Dennis, de 34 años, fue acusado inicialmente de conducción peligrosa con resultado de muerte y de conducción sin la debida precaución, pero este martes ha admitido ese cargo, menor, de "riesgo de crear daños".
Este cargo podría acarrearle hasta una pena máxima de siete años de prisión y una retirada del permiso de conducir durante cinco años. El caso ha sido derivado al tribunal del distrito para que, más adelante, emita la sentencia.
Rohan Dennis, antiguo especialista en pista, ganó la contrarreloj del Mundial en 2018 y 2019. Antes había logrado una victoria de etapa en el Tour de Francia en 2015. Se retiró al final de 2023 después de correr en sus últimos años en los equipos Ineos y Jumbo-Visma.
Melissa Hoskins, también ciclista de pista, representó a Australia en los Juegos de Londres-2012 y Rio-2016. Formó parte del plantel australiano victorioso en la prueba de persecución por equipos del Mundial de ciclismo en pista de Francia-2015. Se retiró en 2017 y se casó al año siguiente con Dennis, con el que tuvo dos hijos.
"Gracias por no lanzar el ataque desde abajo. Cuando escuché lo de los tres minutos, pensé que no sería suficiente". Thymen Arensman acaba de lograr la victoria de su vida en Superbagnères, un corredor cinco estrellas que nunca cumplió todas las expectativas pero que ahora, sentado a la vera de Tadej Pogacar en el podio, le pide un selfie y le agradece su clemencia.
La suficiencia del esloveno es tal que el Tour de Francia escapa de los Pirineos no cuestionándose quién lo ganará, más bien intentando colocar a Pogacar en la historia, especulando hasta dónde puede llegar, qué no podrá conseguir de lo que se proponga. Tras la enésima exhibición en la cronoescalada de Peyregudes del viernes, cuarto triunfo parcial en 13 etapas disputadas, L'Equipe directamente se preguntaba si el esloveno alcanzaría el récord de ocho en una misma edición logrado por Charles Pélissier en 1930, Freddy Maertens en 1976 y Eddy Merckx en el 70 y el 74.
El tríptico pirenaico, tres de tres (¿quién fue el último que ganó tres etapas seguidas de montaña?), era demasiado goloso, otro alarde más. A por él pudo acudir Pogacar, tan poderoso después cuando Jonas Vingegaard le probó -«esperaba que Tadej atacara en la última subida. Luego me di cuenta de que no era el caso. Así que decidí ir a por todas», admitió el danés-, cuando Arensman, bravísimo ganador después, afrontaba Superbagnères con tres minutos de diferencia y una paliza en sus piernas. Podría haber pedido un punto más a Marc Soler o gas a Jonathan Narváez, como en Hautacam, y haberse lanzado a otra gesta. Pero Pogacar esta vez optó por contradecir su instinto, por «defender el amarillo, por no atacar».
«Jonas ha estado realmente bien. En realidad, esperaba que atacara un poco antes», aseguró el esloveno, que amagó con el contraataque, pero se dio cuenta de que sus piernas no estaban esta vez para demasiadas fiestas. «Por eso he optado por controlar la etapa, mantenerme a su rueda y esperar al sprint final. Éste es probablemente el día de Pirineos en que le he visto más fuerte. Estoy seguro de que seguirá atacándome en los Alpes», anticipó.
Quizá también en su mente daban vueltas las reflexiones del día anterior, cuando fue cuestionado por eso de dejar algo a los demás, por la imagen que puede labrarse en un pelotón quien arrasa sin compasión. Y él razonó, como en otras ocasiones, que cómo iba a hacer eso a sus compañeros del UAE Emirates que se dejan la piel por él, que cómo no iba a pelear por un triunfo «si se presenta la oportunidad», y que eso de los amigos y los enemigos, cuando acabe su carrera, «probablemente ya no hable con el 99% del pelotón».
Pero el deporte profesional pocas veces entiende de magnanimidad y tipos como Miguel Indurain quedan pocos. Lo de ayer desde Pau fue cuestión más de precaución. «De mantenerse seguros. Estábamos asustados cuando bajábamos el Tourmalet con la niebla cerrada. Apenas se veía la carretera, 20 metros delante...», confesaba Tadej, que se acercó con honor y cariño a tender la mano al vencedor Arensman cuando el neerlandés estaba tendido en el asfalto completamente exhausto. «No he venido a hacer enemigos...». Y realmente no se percibe en el pelotón ningún síntoma de odio contra quien lo domina.
Pogacar, por delante de Vingegaard en Superbagnères.Thibault CamusAP
Pogacar, pese a la tregua del sábado y la que el domingo camino de Carcassone también se dará, seguirá teniendo oportunidades de ampliar su palmarés de victorias parciales mientras asegura su cuarto Tour (ya aventaja a Vingegaard en 4:13). La próxima, que sería la quinta (el año pasado estableció su récord, con seis, las tres últimas seguidas), será el martes en Mont Ventoux, cima mítica, etapa monopuerto ideal para un ataque definitivo. Allí pusieron su nombre Bobet, Charly Gaul, Poulidor, Julio Jiménez, Merckx, Thevenet, Pantani, Froome... Apetecible. Y todavía con dos de alta montaña por delante en los Alpes (la venganza de La Loze...) y la última en París, que este año introduce la novedad de Montmartre que seguramente eliminará a los sprinters. "Parece que este año el Tour ha querido traerme a los lugares donde peor lo he pasado. Hautacam, el Ventoux, el Col de la Loze, donde exploté en 2022. Son tres puertos que me gustan y estoy impaciente por volver a subirlos", amenaza.
Pogacar amontona ya 21 victorias de etapa en el Tour, algo que a su edad, 26 años, sólo habían logrado Merckxs y el velocista Mark Cavendish, y 30 en grandes vueltas (el Caníbal sumó 64 en toda su carrera). Y se le intuye tanta cuerda que, cuando ayer le preguntaron en la televisión francesa por la candidatura de su país, Eslovenia, de acoger la salida del Tour de 2029, cuando él ya tenga 30, se mostró realmente ilusionado. . "Siempre he tenido un poco de envidia de los ciclistas franceses que pasan por sus pueblos o ciudades de origen. Espero que en 2029 todavía esté en la bicicleta, al inicio de ese Tour. Sería un sueño", expresó.