«Lawn Tennis & Croquet Club», se repite en todos los letreros de Wimbledon después del nombre «All England» y hay tenis sobre hierba –lawn tennis– por todos los lados, 18 pistas listas para usarse y un centenar de partidos cada día, pero de croquet no se ve ni rastro. «Recuerda a tu lector que este club se fundó en 1868 como el primer club de croquet del mundo, el tenis vino luego», apunta un voluntarioso voluntario cuando se le pregunta por dónde queda el campo de croquet, pero al final admite la verdad: «En este recinto ya no se puede jugar al croquet».
Desde hace más de una década, el croquet se ha desplazado en Londres unos cinco kilómetros al norte de Wimbledon, al Roehampton Club, un recinto más pequeño donde se disputa la fase clasificatoria del Grand Slam de tenis. Allí se ha celebrado algún torneo, aunque, según cuenta el steward, el deporte va perdiendo peso en Inglaterra, el país en el que se creó. Pero, ¿Qué es el croquet?
Lo explica José Riva, vigente campeón de España, tercero en el Mundial de 2018 y actualmente en el Top 30 del ranking mundial. «Hay mucha gente que lo confunde con cricket o que nunca ha escuchado hablar. En el croquet hay dos modalidades, el croquet de asociación, que es más complejo, se parece al snooker porque hay que ir enlazando tiros y el golf croquet. En el golf croquet hay que golpear la bola con el mazo para que vaya pasando por los seis aros reglamentarios antes de que lo haga la bola del rival. Primero en un sentido y luego en el otro. El que llegue a siete aros, gana. Es entretenido porque hay mucha estrategia para coger la posición, para desviar la bola del rival… Siempre llama la atención el golpeo entre las piernas», explica en conversación con EL MUNDO días después de revalidar su título en el Campeonato de España celebrado en el Real Club de Campo Villa de Madrid a finales de junio.
A sus 38 años, lleva desde la adolescencia practicando un deporte que antes apenas tenía practicantes y que ahora va creciendo en el país.
- ¿Qué hace un español jugando a croquet?
- En Gijón, con mis amigos de infancia, jugábamos en el jardín de casa de mis abuelos. Era nuestro hobby de verano. Teníamos un kit de croquet de juguete y nos inventábamos las reglas. Era una cosa anárquica. Un día vino el amigo de uno de los padres y era Fernando Ansorena, el pionero del croquet en España. Él nos explicó cómo se jugaba de verdad. Justo en esa época se creó la Federación Española de Croquet, se empezó a jugar en Gijón en el club de golf de La Llorea y entré en el deporte. De aquella no había torneos para menores de 16 años y tuve que esperar.
«Ahora entreno en el Villa de Madrid y en España hay muchos campos, la mayoría en clubes de golf. En Asturias, en Galicia, en el País Vasco, en Andalucía, faltan en Levante», analiza Riva, que se congratula de que ya haya una treintena clubes y cerca de 2.000 federados en España. «Si vas a un club verás muchas personas mayores jugando, principalmente jubilados, pero en los torneos hay veinteañeros de mucho nivel», comenta quien ha asistido a algunos actos en Wimbledon, pero acepta que el futuro no está aquí, sino en Estados Unidos.
En los últimos años, Croquet America organiza una suerte de circuito PGA en el que hay premios económicos y eso ha creado los primeros profesionales de la modalidad. La televisión todavía no paga por las retransmisiones, pero han aparecido las primeras empresas especialistas, los primeros patrocinadores, los primeros inversores. Después de una época dominada por Egipto, que décadas atrás abrazó el croquet como propio, los últimos tres campeones del mundo son yankees. «Me han invitado a alguna exhibición y está claro que, más allá de la tradición de Inglaterra, el deporte pasa por allí», finaliza Riva, que asume que en España raramente se convertirá en profesión. De hecho, él es uno de los responsables de la naviera Grupo Suardiaz, especializada en el transporte marítimo de mercancías.
«All England Lawn Tennis & Croquet Club», se sigue leyendo en todo Wimbledon y tenis sobre hierba, todo el que quieras, pero el croquet ya se ha marchado a otro lugar.