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Atlético de Madrid- Mallorca (1-0)
Los rojiblancos adelantan al FC Barcelona por diferencia de goles y ya son terceros en LaLiga
Fue un buen parón para el Atlético y para Simeone. De vuelta de la ventana de selecciones, todos cansados, pero sanos. Más de lo que pueden decir los dos rivales que los rojiblancos tienen para el título. Porque, este año sí, el Atlético está ahí con un juego sólido y mecánico. Sin fisuras. Con el molde de su entrenador. Ganó y lo mereció. Partido a partido. [Narración y Estadísticas 1-0]
Un molde que quizás no reconocería el Simeone de 2012, pero el argentino no es el mismo que hace 11 años. Tampoco lo son en su plantilla. De hecho, solo hay un jugador que sobrevive el paso del tiempo madurando como el buen vino. Un jugador que hoy hacía, ni más ni menos, que 600 partidos con la zamarra rojiblanca. Se llama Jorge y, como su apellido, ha practicado la resurrección en varios momentos, pero siempre de la mano del técnico argentino.
Sin embargo, el primero que avisó fue el nuevo Koke. Pablo Barrios filtró un pase cruzado precioso que Morata no llegó por poco. El Atlético empezó con un ritmo infernal ante un Mallorca que llevaba 21 días sin competir. En los primeros cinco minutos no se sabía quién había acumulado más minutos en el parón internacional. Los rojiblancos eran motos.
Y Lino, una Repsol Honda de los buenos tiempos de Marc Márquez. Cada balón que tocaba desafiaba al defensa sin importarle el lugar del campo. Hasta que cogió no a uno sino a dos defensas en el pico del área contraria y les enseñó su matrícula tras dos regates a 200 por hora. Después cedió a Correa que, desde el punto de penalti, la mandó arriba.
Otro que ha vuelto a meter potencia al motor ha sido Llorente. En un esfuerzo de 40 metros, le recuperó 20 a Abdon Prats cuando ya se veía el mallorquín con ganas de encarar a un Oblak. Tiene calidad el delantero mallorquín, pero no es Muriqi. El kosovar aporta mucho al juego de Javier Aguirre. Le lanzas lavadoras y las baja y las pone a jugar y eso, en un equipo con bloque bajo, es un mundo.
Tras la primera media hora, el partido perdió fuelle. El Atlético bajó su intensidad y el Mallorca aprovechó para separarse algunos metros más de la portería de Rajkovic. Se mantenía el monólogo rojiblanco, pero con menos filo. Sólo un córner que remató Hermoso alto pudo considerarse digno de llamarse ocasión, y lo hizo agarrado en lo que Medina Cantalejo no considera digno de llamarse penalti y lo califica de penaltito. Resumen: 0 tiros a puerta de ambos equipos en 45 minutos. Podría haber llegado el primero al filo del descanso, pero en una contra bien conducida por los jugadores de ataque rojiblanco terminó mal resuelta por Lino, que tenía libre de marca a Griezmann. Decidió tirar y taponó la defensa.
Griezman y Mr Hide
Nótese que acabamos de nombrar a Griezmann y ya quedan pocas líneas para terminar la crónica. “Estoy muy bien”, respondía en redes a quien cuestionaba la saturación de partidos del francés, 180 minutos en el reciente parón. El francés, vértice del ataque colchonero, no encontró ni el ritmo ni el sitio que tan bien desempeñó ante Celtic en Champions.
Tampoco hemos mencionado apenas a Morata. Apareció el madrileño al inicio de la segunda mitad con un potente pero centrado cabezazo, a centro de Azpilicueta. 10 minutos después, Morata fallaba un claro remate tras otra jugada espectacular de Lino, el mejor rojiblanco del partido junto con Koke.
Pero Griezmann siempre tiene tiempo de arreglar partidos y de estropear crónicas. El francés, segundo máximo goleador de la historia del Atlético con 170 goles adelantando con el de ayer a Adrián Escudero, remató de cabeza un buen centro de Hermoso a la escuadra de Rajkovic. Es lo que tienen los genios, no necesitan un cuadro, tan solo una pincelada.
El gol cambió un poco el guión del partido, con más salidas peligrosas del Mallorca más por fallos de los jugadores rojiblancos que por aciertos propios. Larin asustó tras un barullo en el área de Oblak y luego Lato con una volea de fuera del área. Y la última fue de Amath, la más clara de todas. Sólo y con campo ante Oblak, se fue encogiendo mientras se acercaba al esloveno hasta que falló. Hubo tiempo para el redebut de Memphis y para poco más. El Atlético ya es tercero con un partido menos.