El director del torneo aseguró que el tenista ha confirmado que disputará el primer ‘major’ de 2024.
Nadal, durante su último partido en Australia, el pasado 18 de enero.AP
El director del Abierto de Australia, Craig Tiley, desveló este miércoles el regreso del tenista español Rafa Nadal, doble campeón del torneo, a las pistas de Melbourne para el campeonato de 2024.
“Podemos revelar en exclusiva que Rafa volverá. Ha estado fuera (de las pistas) la mayor parte del año y, al hablar con él los últimos días, confirmó que regresará (al Abierto de Australia), lo cual nos entusiasma mucho. Es increíble”, declaró Tiley en el programa “Today” del Canal 9 de la televisión australiana.
El director subrayó que Nadal, quien previamente anunció que la siguiente puede ser su última temporada en el tenis, “se presentará para ganar”, al igual que hizo en 2009 y 2022.
Nadal, de 37 años, “no vendría al torneo a menos que piense que puede ganarlo. Él no se presentará simplemente para jugar, sino que se presentará para ganar”, remarcó Tiley sobre el ganador de 22 Grand Slams.
El australiano apuntó que además del español se espera el retorno de otras grandes figuras del tenis mundial, como la japonesa Naomi Osaka y el australiano Nick Kyrgios.
El próximo Abierto de Australia comenzará un domingo, el 14 de enero, y se prolongará durante 15 días, uno más que en ediciones anteriores, para evitar a los jugadores la carga de partidos y los horarios excesivos. Un cambio que el propio torneo considera “histórico”.
Nadal jugó su último partido oficial el pasado 18 de enero, cuando cayó en segunda ronda del Abierto de Australia por 6-4, 6-4 y 7-5 ante el estadounidense Mackenzie McDonald.
La semana pasada se le pudo ver entrenando en una pista de tenis en su academia en Manacor (Mallorca) después de la operación de cadera a la que se sometió a comienzos del pasado de junio, en un vídeo que difundió a través de su cuenta en la red social Instagram.
En este puede verse a Nadal devolviendo pelotas de derecha y de revés desde el fondo de la pista como parte de un entrenamiento pensando en su vuelta a la competición.
Sensaciones extrañas en la zona mixta del Santiago Bernabéu. Real Madrid y Manchester City volvieron a empatar camino de la vuelta en el Etihad Stadium y por los pasillos del estadio nadie parecía del todo contento. b, con la cabeza agachada y el rostro serio, pasó por delante de los periodistas sin mover la vista ni un centímetro del horizonte, lejos de las sonrisas que había dejado el año pasado. El noruego apenas tocó balón, fruto de una presión agobiante de Rüdiger sobre él y del resto de los jugadores del Madrid sobre sus compañeros. Hombre a hombre. "Muy raramente lo habíamos hecho y salió bien. Hemos recuperado muchos balones", admitió Ancelotti sobre una de las claves del 3-3.
El técnico italiano decidió cambiar algunas cosas de su once ideal ante la visita de Guardiola. Intercambió las posiciones de Rodrygo y Vinicius, escoró al '11' a la izquierda y centró al '7', defendió en un 4-2-3-1 y eligió a Tchouaméni para acompañar a Rüdiger en el centro de la zaga. Si analizamos sólo el primer minuto, le salió horrible.
Tchouaméni tardó 40 segundos en ver la amarilla que le deja fuera del partido de vuelta y Bernardo Silva tardó apenas 60 segundos en batir a Lunin para el 0-1. Las caras en el banquillo madridista eran un poema, pero no cambiaron el plan de partido. La idea era clara y funcionó: "Hemos empezado mal, con un gol en contra, pero el equipo lo ha manejado bien, robando y buscando transiciones. Con el cambio de posición entre Rodrygo y Vinicius buscaba mantener la buena racha de Rodrygo, que jugó muy bien contra el Athletic, a Vini realmente no le cambiaba casi nada lo que tenía que hacer", explicó Ancelotti.
Su decisión sorprendió a Guardiola: "Me ha sorprendido ver a Vinicius centrado, sí. Había escuchado a Ancelotti decir que no le había gustado el 4-3-3 contra el Leipzig, y pensé que si lo decía no lo iba a hacer contra nosotros. Han tenido sus momentos. El tema es que no puedes parar siempre sus transiciones, es imposible pensar que el Madrid no te va a correr. La cosa es que te lo haga lo menos posible, hoy nos lo han hecho mucho", admitió el de Santpedor.
Vinicius, Rodrygo y Valverde dispararon tres veces a puerta cada uno y aprovecharon los errores del City en salida de balón, fruto de la presión madridista, hasta que el pulmón del conjunto blanco comenzó a sufrir. "Ellos no se esperaban verme por la izquierda, porque siempre está Vini y hoy lo hicimos diferente, una táctica nueva. Salió bien, pese a que el resultado no fuese el que queríamos", declaró Rodrygo.
"Mientras tuvimos piernas..."
La presión hombre a hombre del Madrid impulsó al equipo pero también le hundió cuando los jugadores empezaron a estar más fatigados. "El partido ha sido bueno hasta que hemos perdido energía. Ahí ya hemos tenido que poner bloquebajo y buscar más las transiciones", explicó Ancelotti. En zona mixta, Fede Valverde se reconocía "muy cansado". "Mucho desgaste después de estar corriendo tantos minutos detrás de la pelota, ya nos costaba salir a la contra. Intentamos robar más arriba, presionarles más porque sabíamos que con nuestra velocidad les podíamos hacer daño. Y mientras tuvimos piernas y oxígeno nos dio para marcar goles", reflexionó.
El uruguayo también se refirió al calendario, que les dio una cierta ventaja a la hora de tener más descanso que el City para el partido, pero según Valverde es un arma de doble filo. "Yo, y hablo por mí, estoy acostumbrado a jugar cada tres días, nos gusta más y nuestro cuerpo se acostumbra a eso. Cuando paras una semana y dices 'voy a descansar' es peor. Parece que te cuesta el doble, te cansas más, te contracturas más durante el partido... Pero es parte de quien hizo el calendario".
Wojciech Szczesny salta al terreno de juego para empezar a ejercitarse justo antes de que empiecen los partidos con una tranquilidad pasmosa. Casi como si estuviera aún en el campo de golf en el que recibió la llamada del Barça para incorporarse como recambio del lesionado Marc-André ter Stegen. A base de no inmutarse ni cuando sus compañeros marcan un gol decisivo ni cuando le toca abandonar el césped tras ver tarjeta roja, como le ocurrió ante el Real Madrid en la Supercopa, transmite una tranquilidad contagiosa. Y además, se ha ganado con su personalidad, a veces un tanto socarrona, a unos compañeros que son bastante más jóvenes. Tiene 34 años.
«No lo sabía. ¿Tenéis un ramo de flores para mí?», llegó a espetar este lunes en plena rueda de prensa cuando le comentaron que el 14 de abril es el día del portero, fecha establecida tomando como homenaje el día de nacimiento del colombiano Miguel Calero, estrella del Pachuca y fallecido algo más de un año después de colgar los guantes.
Eso sí, tan pronto bromea como se pone serio. Sobre todo, a la hora de hablar de un factor tan importante para él como es la meditación. «No tengo tiempo para explicar toda mi rutina, es bastante larga, pero empecé hace tiempo, cuando me mudé a Italia. Me ayudaba a centrarme en el fútbol y me ayuda mucho en el día a día, con mi familia y con mis hijos. Se lo recomiendo a todos los jugadores, porque da una perspectiva mejor y creo que los profesionales pueden mejorar sus habilidades con ella. Saber gestionar la presión es algo muy bueno», apuntó.
«No necesito silencio»
Según aseguró en declaraciones a los medios oficiales del Barça, ni siquiera necesita aislarse del ruido. «No necesito silencio para meditar. Lo hago, a veces, en el autobús, camino del partido. Muchos no saben lo que estoy haciendo y seguramente piensan '¿qué está pasando?' No he visto a nadie hacerlo conmigo, pero creo que es muy útil», aseguró. E, incluso, desveló una anécdota al respecto. «Me siento cómodo haciéndolo delante de todo el mundo. Y una vez tuve una situación divertida con Ter Stegen. Marc me contó que su hijo había entrado en el vestuario antes del partido, vio que todo el mundo estaba haciendo lo suyo mientras yo meditaba y le preguntó: 'Papá, ¿por qué duerme Szczesny?'», agregó.
El alemán, que sufrió una grave lesión de rodilla a finales del pasado mes de septiembre, ya ha empezado a trabajar prácticamente a ritmo de competición. Para jugar en la Champions y emular lo que hizo Thibaut Courtois el año pasado, con todo, el polaco debería quedarse sin ficha en Europa. «Si Marc está de vuelta y en forma y los técnicos deciden que vuelva a la portería, estaré de acuerdo con ello. Dicho esto, quiero jugar esta competición, por supuesto. Espero que si la decisión es en la otra dirección, Marc lo entienda también. Tenemos una gran relación, pase lo que pase es decisión de Flick y la respetaremos», apuntó Szczesny al respecto.
«Ahora, solo está centrado en los entrenamientos. Cuando esté disponible, la decisión es del técnico, no nuestra. Ambos lo entendemos, no es incómodo ni hay tensión entre nosotros. Pase lo que pase, lo aceptaremos y lo respetaremos. Los dos queremos lo mejor para el equipo», recalcó, sin olvidarse tampoco antes de elogiar a su compañero y a la vez rival. «Compararnos no tiene sentido. Está volviendo de una lesión muy grave, pero, cuando esté recuperado, no creo que haya muchos porteros que puedan competir con su nivel», sentenció.
Szczesny, durante la rueda de prensa del lunes en Dortmund.AFP
Su gran objetivo, cómo no, es ganar la Champions. Un título que se le resistió en su paso por el Arsenal, la Roma o la Juventus. «Lo que más me gusta del fútbol es ganar, quiero ganar trofeos grandes y cada vez estoy más cerca de ganar esta competición, así que voy a intentar aprovechar la oportunidad y lograr algo realmente especial tanto para el club como para nosotros», aseveró el polaco.
Flick, por ahora, evita decir si seguirá o no siendo su número uno hasta el final del curso, pero insistió que todo en Europa pasa por apear definitivamente al Borussia Dortmund. «Quiero que mi equipo muestre lo bueno que es y que disfrute de jugar contra uno de los más importantes de toda Europa. Queremos hacer un buen partido, el 4-0 de Barcelona fue genial y queremos mantener el nivel», zanjó. Como Szczesny.