El ciclista australiano, campeón del mundo de contrarreloj en 2018 y 2019, fue detenido este domingo en Australia en conexión con el atropello mortal de su mujer, la también ciclista Melissa Hoskins
Dennis, durante el Tour de 2015.EFE
El ciclista australiano Rohan Dennis, campeón del mundo de contrarreloj en 2018 y 2019, fue detenido este domingo en Australia en conexión con el atropello mortal de su mujer, la también ciclista Melissa Hoskins, según la cadena ABC.
La Policía de Australia del Sur informó este domingo en un comunicado del arresto de un varón de 33 años acusado de conducción imprudente con resultado mortal, entre otros cargos, y lo dejó en libertad provisional a la espera de una vista judicial del 13 de marzo.
Las autoridades indicaron que en la tarde del sábado acudieron a una residencia de la ciudad de Adelaida, en el sur del país, a raíz del atropello de una mujer. La víctima, de 32 años, sufrió heridas graves y fue trasladada a un hospital, donde falleció.
Tras la investigación, la Policía, que en su comunicado evita identificar a los involucrados y no precisa las circunstancias, procedió a presentar cargos contra el varón.
Jumbo-Visma
El canal público ABC publicó que el detenido es el ciclista Rohan Dennis y la fallecida su mujer, con quien contrajo matrimonio en 2018 y con quien tenía dos hijos.
Dennis apuraba sus últimas horas como ciclista profesional, pues acababa su vinculación con el Jumbo-Visma, equipo al que perteneció desde 2022, procedente del Ineos. En los últimos meses, el australiano apenas ha competido. Su última aparición trascendente fue el pasado mes de agosto, en los Mundiales.
Allí, en su especialidad, la prueba contrarreloj, acabó séptimo, a 1:53 del ganador, Remco Evenepoel. Durante la primera parte del año participó en el Giro de Italia (41 de la general).
En su palmarés, además de los dos mundiales contra el crono, también destacan dos etapas de la Vuelta de 2018 y, sobre todo, el prólogo en Utrecht del Tour de 2015, por el que se vistió de amarillo un día.
La Unión Ciclista Internacional (UCI) prohibió el uso repetido de la respiración de monóxido de carbono que algunos corredores utilizan para aumentar artificialmente su rendimiento. De momento, este método sigue siendo autorizado por la Agencia Mundial Antidopaje, aunque el organismo presidido por David Lappartient ya ha solicitado a la AMA que tome una posición sobre el asunto.
Tras una reunión del comité ejecutivo el sábado en Francia, el organismo rector aprobó prohibir, a partir del próximo 10 de febrero, la inhalación repetida, con el fin de proteger la salud de los ciclistas. Sin embargo, esta práctica seguirá estando autorizada "dentro de un centro médico y bajo la responsabilidad de un profesional médico experimentado en el manejo de este gas por razones médicas", explicó la UCI.
El uso de monóxido de carbono se popularizó durante el último Tour de Francia cuando la web Escape Collective reveló que al menos tres equipos, entre ellos el UAE de Tadej Pogacar y el Visma de Jonas Vingegaard (el tercero era el Israel PT) habían recurrido a este gas, inodoro e incoloro, responsable de muchos accidentes domésticos.
"No hay nada sospechoso"
Preguntados por la prensa, tanto el esloveno como el danés admitieron su uso, pero desdramatizaron la situación. "No hay nada sospechoso", declaró el campeón, insistiendo que el procedimiento sólo sirve para medir los beneficios en el organismo de los entrenamientos en altitud. Asimismo se usa para evaluar la masa total de hemoglobina, un valor sanguíneo clave.
Hace unas semanas, Vingegaard sí concedió que algunos rivales usan este método para doparse "inhalando regularmente bajas dosis de monóxido de carbono, lo que conduce a un aumento significativo en el rendimiento".
La UCI decidió actuar por motivos médicos, señalando que el gas, cuando se inhala repetidamente en condiciones no médicas, "puede resultar en problemas de salud agudos y crónicos, por ejemplo, dolores de cabeza, letargo, náuseas, mareos y confusión". "Estos síntomas pueden empeorar en cualquier momento y desarrollarse en problemas con el ritmo cardíaco, convulsiones, parálisis y pérdida de conciencia", agregó la instancia, reunida en la ciudad francesa de Arras, sede del Mundial de Ciclocross.
"Proteger la salud y la seguridad"
Las nuevas reglas prohíben la posesión, fuera de un centro médico, de sistemas de respiración de CO comercialmente disponibles conectados a cilindros de oxígeno y CO, dijo la UCI.
Cuando se realiza bajo supervisión médica, la UCI dijo que sólo se autorizará una inhalación para medir la masa total de hemoglobina, con una segunda inhalación permitida dos semanas después de la primera medición. "Nuestra prioridad es proteger la salud y la seguridad de nuestros atletas y la decisión de hoy es otro paso significativo en esta dirección", argumentó David Lappartient, presidente de la UCI.
"Gracias por no lanzar el ataque desde abajo. Cuando escuché lo de los tres minutos, pensé que no sería suficiente". Thymen Arensman acaba de lograr la victoria de su vida en Superbagnères, un corredor cinco estrellas que nunca cumplió todas las expectativas pero que ahora, sentado a la vera de Tadej Pogacar en el podio, le pide un selfie y le agradece su clemencia.
La suficiencia del esloveno es tal que el Tour de Francia escapa de los Pirineos no cuestionándose quién lo ganará, más bien intentando colocar a Pogacar en la historia, especulando hasta dónde puede llegar, qué no podrá conseguir de lo que se proponga. Tras la enésima exhibición en la cronoescalada de Peyregudes del viernes, cuarto triunfo parcial en 13 etapas disputadas, L'Equipe directamente se preguntaba si el esloveno alcanzaría el récord de ocho en una misma edición logrado por Charles Pélissier en 1930, Freddy Maertens en 1976 y Eddy Merckx en el 70 y el 74.
El tríptico pirenaico, tres de tres (¿quién fue el último que ganó tres etapas seguidas de montaña?), era demasiado goloso, otro alarde más. A por él pudo acudir Pogacar, tan poderoso después cuando Jonas Vingegaard le probó -«esperaba que Tadej atacara en la última subida. Luego me di cuenta de que no era el caso. Así que decidí ir a por todas», admitió el danés-, cuando Arensman, bravísimo ganador después, afrontaba Superbagnères con tres minutos de diferencia y una paliza en sus piernas. Podría haber pedido un punto más a Marc Soler o gas a Jonathan Narváez, como en Hautacam, y haberse lanzado a otra gesta. Pero Pogacar esta vez optó por contradecir su instinto, por «defender el amarillo, por no atacar».
«Jonas ha estado realmente bien. En realidad, esperaba que atacara un poco antes», aseguró el esloveno, que amagó con el contraataque, pero se dio cuenta de que sus piernas no estaban esta vez para demasiadas fiestas. «Por eso he optado por controlar la etapa, mantenerme a su rueda y esperar al sprint final. Éste es probablemente el día de Pirineos en que le he visto más fuerte. Estoy seguro de que seguirá atacándome en los Alpes», anticipó.
Quizá también en su mente daban vueltas las reflexiones del día anterior, cuando fue cuestionado por eso de dejar algo a los demás, por la imagen que puede labrarse en un pelotón quien arrasa sin compasión. Y él razonó, como en otras ocasiones, que cómo iba a hacer eso a sus compañeros del UAE Emirates que se dejan la piel por él, que cómo no iba a pelear por un triunfo «si se presenta la oportunidad», y que eso de los amigos y los enemigos, cuando acabe su carrera, «probablemente ya no hable con el 99% del pelotón».
Pero el deporte profesional pocas veces entiende de magnanimidad y tipos como Miguel Indurain quedan pocos. Lo de ayer desde Pau fue cuestión más de precaución. «De mantenerse seguros. Estábamos asustados cuando bajábamos el Tourmalet con la niebla cerrada. Apenas se veía la carretera, 20 metros delante...», confesaba Tadej, que se acercó con honor y cariño a tender la mano al vencedor Arensman cuando el neerlandés estaba tendido en el asfalto completamente exhausto. «No he venido a hacer enemigos...». Y realmente no se percibe en el pelotón ningún síntoma de odio contra quien lo domina.
Pogacar, por delante de Vingegaard en Superbagnères.Thibault CamusAP
Pogacar, pese a la tregua del sábado y la que el domingo camino de Carcassone también se dará, seguirá teniendo oportunidades de ampliar su palmarés de victorias parciales mientras asegura su cuarto Tour (ya aventaja a Vingegaard en 4:13). La próxima, que sería la quinta (el año pasado estableció su récord, con seis, las tres últimas seguidas), será el martes en Mont Ventoux, cima mítica, etapa monopuerto ideal para un ataque definitivo. Allí pusieron su nombre Bobet, Charly Gaul, Poulidor, Julio Jiménez, Merckx, Thevenet, Pantani, Froome... Apetecible. Y todavía con dos de alta montaña por delante en los Alpes (la venganza de La Loze...) y la última en París, que este año introduce la novedad de Montmartre que seguramente eliminará a los sprinters. "Parece que este año el Tour ha querido traerme a los lugares donde peor lo he pasado. Hautacam, el Ventoux, el Col de la Loze, donde exploté en 2022. Son tres puertos que me gustan y estoy impaciente por volver a subirlos", amenaza.
Pogacar amontona ya 21 victorias de etapa en el Tour, algo que a su edad, 26 años, sólo habían logrado Merckxs y el velocista Mark Cavendish, y 30 en grandes vueltas (el Caníbal sumó 64 en toda su carrera). Y se le intuye tanta cuerda que, cuando ayer le preguntaron en la televisión francesa por la candidatura de su país, Eslovenia, de acoger la salida del Tour de 2029, cuando él ya tenga 30, se mostró realmente ilusionado. . "Siempre he tenido un poco de envidia de los ciclistas franceses que pasan por sus pueblos o ciudades de origen. Espero que en 2029 todavía esté en la bicicleta, al inicio de ese Tour. Sería un sueño", expresó.