Roland Garros ya tiene a su cenicienta: Boisson, la 361 del mundo, sin sponsor, llega a cuartos en su debut

Actualizado Lunes, 2 junio 2025 - 16:27

"Aux armes, citoyens. Formez vos bataillons. Marchez, marchez. Qu'un sang impur abreuve vos sillons". Ya era hora. Este año el público de Roland Garros ya había cantado 'La Marsellesa' después de éxitos menores, como la victoria de Arthur Fils ante Jaume Munar en segunda ronda, pero llevaba muchas ediciones sin entonarla por una gesta de verdad. Lois Boisson lo hizo posible este lunes. ¿Lois Boisson? Sí, Lois Boisson. Una tenista desconocida para el gran público y para el aficionado experto, la número 361 del ranking mundial, una debutante en Grand Slam se clasificó para cuartos de final después de derrotar a Jessica Pegula, la número tres del mundo, por 3-6, 6-4 y 6-4. Le espera ahora Mirra Andreeva, pupila de Conchita Martínez, y lo tendrá más difícil, pero su historia ya está escrita. París ya tiene su cenicienta.

Ninguna francesa ha jugado la final desde Mary Pierce en 2000, ninguna ha disputado semifinales desde Marion Bartoli en 2011. ¿Y si lo consigue? Para acabar de comprender el alcance nacional de la oportunidad de Boisson sólo hace falta un último dato: Amélie Mauresmo, mito en Francia, actual directora de Roland Garros, nunca pasó aquí de cuartos.

Y todo gracias a una invitación. Cada año el Grand Slam francés convida a muchas de sus jugadoras a la fiesta y la amplía mayoría acaban eliminadas en primera ronda. Este año nueve francesas empezaron el torneo y sólo tres ganaron algún partido. Boisson fue una de ellas, pero el duelo con Pegula parecía su techo. Había vencido a su compatriota Elsa Jacquemot, otra wildcard, a la ucraniana Anhelina Kalínina e incluso a la belga Elise Mertens, número 22 del mundo, pero derrotar a la tercera favorita era otra cosa. Los nervios le atenazaron hasta que empezó a soltar su potentísima derecha y a jugar con la presión de Pegula. El último set fue un intercambio continuo de bolas de breaks. De hecho en el punto final la estadounidense pudo romper el saque a Boisson hasta en cuatro ocasiones, pero perdonó para caer eliminada.

Dos patrocinadores en un día

"No sé muy bien qué decir. No esperaba jugar así, pensaba que tenía alguna opción remota, pero era muy difícil", confesó después del encuentro la joven francesa de 22 años, muy tímida, a preguntas de Alizé Cornet, otra histórica del tenis de su país, que nunca superó los octavos de final en Roland Garros. "Sólo puedo decir que gracias a todos por este ambiente", acabó Boisson y recogió sus cosas para marcharse.

Thibault CamusAP

Ahí estaban dos bolsas de raquetas, una Babolat y la otra Technofibre, sus zapatillas Adidas y sus camisetas Asics. La número 361 del mundo no tiene sponsor, aunque eso cambiará después de Roland Garros como ya se ha podido empezado a ver. En los tres primeros encuentros jugó sin publicidad alguna en su equipación, pero este lunes, ante Pegula, apareció con dos logos en su camiseta: la cadena de hoteles Hyatt y el portal inversor XTB.

Boisson venía del peor momento de su carrera después de romperse el año pasado el menisco y el ligamento cruzado de la rodilla izquierda. Nacida en Dijon, hija del jugador de baloncesto Yann Boisson, que llegó a disputar la Euroliga con el Asvel, su evolución despegaba la primavera pasada con su primer título, el WTA 125 de Saint-Malo, cuando se lesionó de gravedad. "Este es el camino que la vida me ha dado, ¡ahora es hora de que la disciplina me lleve de vuelta a la cima!", anunció entonces y no le faltaba razón: la disciplina le ha llevado a la cima.

Paula Badosa también se retira de Roma por lesión

Paula Badosa también se retira de Roma por lesión

Actualizado Jueves, 8 mayo 2025 - 12:12

Paula Badosa, número 9 del mundo, no participará finalmente en el WTA 1.000 de Roma, en el que se estrenaba este jueves ante la japones Naomi Osaka, por lesión.

"Paula Badosa y Petra Kvitova abandonaron el cuadro por lesión. Badosa será sustituida por la 'lucky loser' Viktorija Golubic, mientras que Ons Jabeur (rival de Kvitova) avanza directamente a tercera ronda", ha informado la organización.

La española tenía previsto entrenar a las 9.00 hora local y decidió que no estaba en condiciones físicas de saltar a la pista para medirse por vez primera a Osaka, antigua número 1 del mundo y campeona de cuatro Grand Slam que poco a poco vuelve a recuperar su nivel.

Badosa se perdió recientemente del torneo de Madrid por una lesión crónica en su espalda, que ahora le impide preparar Roland Garros.

El misterio de la desaparición de una tenista: su teléfono apagado, el antidopaje, la huida al extranjero... ¿Qué ha pasado con Camila Giorgi?

El misterio de la desaparición de una tenista: su teléfono apagado, el antidopaje, la huida al extranjero… ¿Qué ha pasado con Camila Giorgi?

Actualizado Jueves, 9 mayo 2024 - 14:44

Última ubicación conocida: una historia en Instagram de hace 20 horas con un vestido de encaje escotado con pequeñas rosas, plagada de comentarios masculinos (corteses, atrevidos, aduladores: el habitual clímax desencadenado por su innegable belleza) y corazones virtuales.

Fuera del ámbito de las redes sociales, se han perdido las huellas de Camila Giorgi, de 32 años, originaria de la región italiana de Las Marcas, de la ciudad de Macerata. Es hija de un argentino (Sergio, también su entrenador) y de una italiana (Claudia, estilista personal de su hija), con pies de una pintura del siglo XV -Steffi Graf también los tenía: es un cumplido- y un talento tenístico intermitente, debido a limitaciones personales. Ha desaparecido repentinamente, sin previo aviso, y sin seguir, como es habitual, el curso lógico de las cosas.

De hecho, antes de comunicar su voluntad de retirarse a la WTA, el circuito profesional femenino, con un movimiento astuto del que no había informado a nadie, Camila se ausentó del protocolo antidopaje. Quienes con la curiosidad de revisar el archivo (público) del organismo responsable de la integridad del tenis (la Itia se ocupa de sustancias prohibidas y apuestas) son los que descubrieron que Giorgi ya no era una tenista en activo desde el 7 de mayo, fecha de inicio de la competición en el Foro Itálico, a la que no se había inscrito.

Atónita, la WTA la buscó para hacer un comentario, encontrando teléfonos desconectados (el suyo, el de su padre, los de sus hermanos Leandro y Amadeus), un mensaje vago y sibilino (Camila dará noticias no antes de Roland Garros, tal vez), y el eco de un rumor que sugería que se había trasladado precipitadamente al extranjero debido a problemas en Italia.

Lo único cierto, porque se ha registrado, es el reciente enjuiciamiento por parte de la Fiscalía de Vicenza por el asunto de los certificados falsos de Covid. "Las investigaciones se centran en una médica de Vicenza que, para cubrirse las espaldas, ha mencionado a personas famosas: yo me vacuné en varios lugares, estoy tranquila", según la última entrevista en el Corriere, también involucrando a la cantante Madame.

Emigrada por elección o necesidad, este parece ser el punto final de una jugadora llena de cualidades no materializadas: número 26 del mundo en su mejor clasificación, un Masters 1000 (Montreal 2021) y los cuartos de final en Wimbledon (2018) como punto culminante. Siempre con una fe ciega en las habilidades como entrenador de su padre, un veterano de la guerra de las Falkland con ideas propias sobre preparación, táctica y técnica, locura y carisma bajo la misma cabellera despeinada, capaz de mantener unida a la familia Giorgi después de la más terrible de las pérdidas: la muerte a los 23 años de su hija mayor, Antonela, en un accidente automovilístico en París.

Es ahí donde Camila se entregó por completo a Sergio, adoptando sus métodos, defendiéndolo a capa y espada ("Papá ha creído en mí desde el principio, tenemos un vínculo único, ha dedicado su vida a mí"), rechazando entrenadores mucho más cualificados, patrocinadores prominentes y consejos, Camila y Sergio contra el mundo, una batalla personal hasta la derrota contra Swiatek -la número 1 de la WTA- en Miami, fue el 23 de marzo, su último partido.

A las pocas colegas con las que hablaba les reveló su intención de abandonar el tenis para tener un futuro en la moda. La apatía de los últimos meses era evidente, pero nadie pensaba en un final así, lleno de prisa y sospechas. Derrotada por Swiatek, sonreía, casi liberada: "Finalmente puedo ir a Orlando al parque de atracciones de Harry Potter", dijo. Perdida en el mundo mágico de Hogwarts, precisamente, así es como está Camila.